BARACUTEY CUBANO

“MANILA” ERA LA HABANA

Por Esteban Fernandez

Julio 3, 2022

Ernesto Guevara siempre se creyó superior a los cubanos. De primera y pata les caían mal: bullangueros, hacían muchos aspavientos, alardosos, bailadores de rumba y no entendía ese afán criollo con el beisbol.

Increíble resultaba para él que no les gustara el mate, por racista no soportaba al negrito Juan Almeida, decía que apestaba mal, que olía diferente.

Detestaba a Camilo por su gracejo, chabacanería y campechanía. El chusma y marihuanero Efigenio Ameijeira le resultaba grotesco, despreciaba el amaneramiento y afeminamiento de Raúl.

Lo que pasó en México fue que estaba desesperado por  irse a una ventura, aburrido de tirar fotos en un parque público, se encontró con un tipo llamado Ñico López ,  este le habló maravillas  de Fidel Castro, de sus planes,  y pensó que un desembarco en una islita de indios con levitas no le vendría mal.

La primera entrevista de “Bola de Churre” y “el Chancho” fue de estudio mutuo. Midiéndose el aceite uno al otro. Ni por la cabeza le pasó al engreído Ernesto que Fidel era un monstruo y él un pobre diablo.

(Fidel Castro y Ernesto ¨Che¨Guevara en una cárcel mexicana. Notas agregadas por el Bloguista de Baracutey Cubano; salvo esta foto, las demás  fueron añadidas al artículo por dicho bloguista)

El argentino era tan atorrante que se creyó durante los meses de picnic en la Sierra Maestra que él estaba realizando la batalla de las Termopilas y que era un tremendo y aguerrido guerrillero. Para embullarlo la bestia de Cueto le pone primero que a nadie las estrellas de comandante en sus hombros…

Al “triunfo” se cree un Napoleón Bonaparte, se decepciona completamente de Fidel Castro y de su asquerosa verborrea. Se cree de igual a igual con él. Tal vez hasta superior.

(Fidel Castro y Che Guevara en la Sierra Maestra)

Choca con él, discrepa públicamente con el recién estrenado tirano, y se come el millo de irse a hacer su propia revolución en otros parajes. Pensó ingenuamente que todo sería igual  al lomerío oriental cubano...

Estúpidamente todavía cree que Fidel Castro le va a tirar un cabo.  Sin embargo, el terreno era distinto, la vegetación diferente, los soldados son desemejantes al Ejército Constitucional de Cuba, y los indios bolivianos eran agresivos a diferencia de los afables guajiros cubanos.

Se pasó todo el tiempo quejándose del embarque de “Manila”, de la falta total de ayuda, y repite muchas veces en su diario: “Sin noticias de Manila”. “Sin contacto con Manila” … “Manila” era La Habana, “Manila” era Castro.

Y vivo convencido que al morir, acobardado y pidiendo clemencia, gritó un par de veces: “¡FIDEL, BOLUDO, ME DEFECO EN TU MADRE!”

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