Alberto Méndez Castelló desde Cuba: Cuba 2025: Apuntes del cambio (in)esperado
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Cuba 2025: Apuntes del cambio (in)esperado
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La muerte de Raúl Castro, jefe real del régimen totalitario castrocomunista, no significará la caída de la dictadura de un día para otro.
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Por Alberto Méndez Castelló
Diciembre 28, 2024
PUERTO PADRE, Cuba.- El panorama sociopolítico cubano hoy es profusamente cambiante aunque una nueva clase que se asoma al poder dice ser “continuidad” de Fidel Castro, ya distante como para usufructuar sus huellas, que fueron, en sí mismas, de grandes trancos cuando no en zancos fiados que hoy nadie presta.
Disímiles causas y condiciones, sistémicas todas de la llamada “dictadura del proletariado”, y que la aúpan, pero que actúan como un bumerán cuando dejan de funcionar, enzarzan la ya poca lana castrista en lo que Max Weber llamó “rutinización del carisma”, en este caso, ponzoña desde las consabidas penurias económicas y las alarmantes cifras demográficas por pérdida de población, hasta la degradación moral, de valores cívicos de un cinismo apabullante, tanto en viejas como en nuevas generaciones, transformadas en transgresoras de las debidas costumbres ciudadanas, y, en suma, en delitos, que son cometidos no solo por lo que los criminalistas solemos llamar la “persona delincuente”, sino también por aparentemente circunspectos militantes del Partido Comunista de Cuba (PCC).
De tal panorama cabe pensar que, concluyendo 2024, la dirección central del Ministerio del Interior (MININT) debe haber ordenado o acaso esté por ordenar una muy exhaustiva actualización de estudio, análisis y apreciación de la situación operativa de todos los objetivos bajo su jurisdicción, que integran desde cualquier barrio, ciudad, campo, costa o montaña de Cuba y su población, hasta todas las instituciones, gubernamentales, no gubernamentales y ministerios que conforman el Estado cubano, salvo el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (MINFAR), que, como archiconocido es, nos recuerda a un Estado autónomo dentro del Estado cubano por su estructura militar, política, económica y empresarial, nacional y transnacional, no subordinada ni sujeta a auditorias ni fiscalizaciones de instituciones gubernativas civiles.
Si se ha realizado esa apreciación de la situación operativa del país todo, profesionalmente, de forma objetiva, como si fuera un examen clínico, capa por capa, órgano por órgano, estructura por estructura de Cuba y de los cubanos, los investigadores ya habrán llegado o estarán por llegar a estas conclusiones: El Estado socialista es una ficción según está codificado en la Constitución.
Los poderes del Estado, así y todo totalitario, están en peligro por desmoronamiento de la sociedad y de sus cuadros dirigentes más que por sedición. El irrespeto de los cubanos –salvo honrosas excepciones– a sí mismos, a sus semejantes, al principio de la buena fe, la propiedad ajena, las relaciones de vecindad, las leyes, y en suma total al derecho consuetudinario que es el de la costumbre, corroen los cimientos de la nación cubana y del Estado como el salitre al acero descubierto en el hormigón armado.
Fidel Castro se hizo venerar tanto, demolió de tal forma los valores individuales y colectivos de las personas y de las familias movidas como masas sobresaliendo él como mesías, que empequeñeció hasta a Raúl Castro, su propio hermano y segundo al mando desde 1959 hasta cuando por enfermedad debió ocupar su lugar en el ya lejano 2006; y hoy prosigue siendo una trampa para los dirigentes del PCC de la “continuidad”, calificados como meras caricaturas del “máximo líder” por muchísimas personas que todavía se sienten revolucionarias, nacidas después de los años 60, 70, 80 y hasta quizás 90 del pasado siglo.
Esa degradación socioeconómica y sobre todo moral de la nación cubana y el encogimiento de sus líderes, propiciará –si antes no ocurre una rebelión de consecuencias trágicas– un cambio, que no sucederá, como he apuntado en otras ocasiones, con la muerte biológica de Raúl Castro.
La muerte de Raúl Castro, jefe real del régimen totalitario castrocomunista, no significará la caída de la dictadura de un día para otro, pues, como sabemos, tras la desaparición de Fidel Castro de la escena política y del país todo, la dirección del régimen está en manos del Buró Político del PCC. Dentro de este, el mando lo poseen muy concretos cargos, que habiéndose adueñado de todos los poderes del Estado, y no solo del poder ejecutivo, legislativo y judicial, sino también de la cultura y los intelectuales, los estudiantes, las universidades, los gremios, los sindicatos, las profesiones liberales constituidas por abogados, periodistas y profesionales de las artes, y el pensamiento y la ciudadanía como nación, con tal castración del sentimiento y gestación del grupo cívico, queda poco espacio para la emisión del pensamiento libre, pero sí mucho terreno para la insidia, la confabulación política y por supuesto, para la corrupción y la malversación de los caudales y de la empresa pública.
Con ese panorama sociopolítico en Cuba, agravado por una crisis económica sin precedentes y sin solución sin una apertura democrática auténtica, plural, con todos esos lastres y añadido el de las relaciones internacionales adversas, en algún momento de 2025, quizás, observemos partiendo de la cúpula del régimen, sí, desde el domo del PCC –y tómese el vocablo domo como acto de domar y a la vez como punto elevado–, un signo de cambio, que ni remotamente hemos pensado después de tantos discursos y arengas de “socialismo o muerte”. Sin procesos perentorios ya a esta cota del tiempo, para quienes de forma real o potencial están muy bien situados económicamente, será preferible conservar el poder económico aunque pierdan el poder político.
La toma de esa decisión puede partir de ellos mismos en la jefatura político-militar del régimen, sin diálogos, conversaciones ni negociaciones absolutamente con nadie, honrando el Manifiesto al Pueblo de Cuba, firmado en la Sierra Maestra el 12 de julio de 1957. Basta convocar a la formación de partidos y a elecciones democráticas con observación nacional e internacional. Ya las urnas dirán. Peor será para todos que prosiga el estado de necesidad y se imponga la rebelión y la justicia por su mano.
Etiquetas: apuntes, cambio, cuba, dictadura, Estado, fallido, ficción, fidel castro, inesperado, minfar, minint, muerte, operativa, Raúl Castro, situación, socialismo, socialista
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