GAESA contra PCC: perro sí come perro. Rafaela Cruz desde Cuba sobre el enfrentamiento entre el conglomerado militar GAESA ( Grupo de Administración Empresarial, SA) y el PCC (Partido Comunista de Cuba)
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Tomado de https://diariodecuba.com
GAESA contra PCC: perro sí come perro
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Aparte de estar confabulados apretando el gaznate a los cubanos de la Isla, para que mendiguen remesas de los cubanos de allá, es a dentelladas la disputa entre estos dos perros castristas.
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Por Rafaela Cruz
La Habana
18 Feb 2025
El castrismo es un parásito de dos tentáculos. Por un lado, los enguayaberados obesos y endogámicos del Partido Comunista de Cuba (PCC); por el otro, la pujante GAESA, esencialmente una banda de delincuentes con entrenamiento militar y arsenales, a quienes Raúl Castro dio patente de corso para hacer metástasis y desplazar al PCC de estructuras de poder que este antes colonizaba en exclusiva, una situación que aumenta la fricción entre estos grupos ya de por sí enfrentados por el maná que les sostiene: las remesas.
En general, cuando la colaboración acrecienta el tamaño del premio, los diferentes competidores tienden a colaborar para maximizar ganancias; pero cuando el premio está definido, por ejemplo, el número de medallas en una olimpiada —o el número de dólares de remesas—, la estrategia que prevalece es la rivalidad, pues cada contendiente intentará apoderarse de la mayor parte del premio antes de que el otro lo haga. Por ese puñado de dólares es inevitable la pelea de perros dentro del castrismo.
GAESA mordió primero adueñándose de las más lucrativas fuentes de divisas que antes lubricaban las siempre absurdas iniciativas económicas de los educandos de la Ñico López, mientras el Partido, aparte de su único próspero negocio, la trata de médicos, se quedó con las esperpénticas empresas estatales socialistas que pierden dinero de lunes a viernes de 8:00AM a 5:00PM, y más cuando hacen horas extras.
Y convencido como está el castrismo —GAESA y PCC— de que no existe prosperidad sin libertad, pero aun así decidido a seguir empobreciendo al país bajo un férreo totalitarismo —el PCC claramente y GAESA al menos de momento—, ya el Gobierno ni se molesta ideando reformas económicas, y lleva meses haciendo ingeniería financiera que solo sirve para desangrar esta vaca cada vez más flaca, pues desde su parasitario punto de vista, es mejor vaca flaca pero dócil que dejarla pastar libremente, engorde y de una coz aplaste a las garrapatas.
Donde único convergen los intereses de estas dos facciones delincuenciales, y por ello ahí colaboran, es en mantener al sector privado al nivel mínimo indispensable. A GAESA, como monopolio económico, le interesa eliminar competencia; al PCC, como monopolio político, le aterra una sociedad civil organizada; y a ambos les conviene la miseria generalizada que estimula emigración y remesas.
Porque sí, es erróneo asumir como perenne el actual declive de las remesas. Cuando el flujo migratorio se ralentice por la razón que sea —Trump, por ejemplo— los recursos hoy destinados a financiar la emigración, probablemente serán reconvertidos en remesas y visitas a Cuba, sobre todo cuando los nuevos emigrantes se asienten económicamente en su país de destino, algo que toma tiempo. A eso le está apostando el castrismo desde que hace años abrió Nicaragua.
Entonces, aparte de estar confabulados apretando el gaznate a los cubanos de aquí, para que con un hilo de voz sufriente mendiguen remesas de los cubanos de allá, es a dentelladas la disputa entre estos dos perros castristas que ahora mismo afinan diferentes estrategias para limpiar de dólares los bolsillos del pueblo.
GAESA concentra sus esfuerzos en una red de servicios —tiendas, hoteles, combustible, finanzas— cobrados directamente en dólares o mediante tarjetas cuyos fondos van a cuentas de instituciones financieras alejadas del escrutinio del público… y del PCC.
Por su parte, el Partido, aunque mediante el MINCIN también abrirá tiendas en dólares para competir con las de GAESA, poco confía en su propia habilidad administrativa —lo sucedido con las tiendas MLC es prueba suficiente de su incapacidad— y centra su estrategia en captar los dólares antes de que sean realizados en consumo, utilizando el mercado cambiario como aspiradora.
Como el PCC aún gobierna el Banco Nacional, tiene potestad para crear pesos de la nada. Así, aplicando su poder de señoreaje —ser el emisor de la moneda— y aprovechando el efecto Cantillon —primer usuario usa dinero sin nueva inflación— pretende el Partido, adoptando una política de tipo de cambio flotante, comprar tantos dólares como pueda, aunque ello implique inflación.
Si todavía no han instaurado el ya anunciado tipo de cambio flotante, no es porque sea técnicamente difícil. La demora más bien puede deberse a que no han podido pagar los nuevos billetes de pesos cubanos que necesitan para comprar dólares —les faltan dólares para comprar pesos para comprar dólares—, algo que probablemente vayan a solventar parcialmente instaurando otra novedad económica, la compraventa de divisas desde cuentas bancarias.
Pero es casi seguro que el escollo más importante para la instauración del tipo de cambio flotante con el cual el PCC espera comprar dólares a mansalva es que no ha llegado a un acuerdo con GAESA sobre el denominado "nuevo mecanismo de asignación de divisas", es decir, cómo van a repartirse el pastel de remesas.
Durante mucho tiempo la juvenil GAESA tenía ventaja porque eran sus financieras, aliadas con Western Union, quienes se quedaban los dólares antes de que le llegaran al pueblo. Pero ahora que las remesas mayormente se envían mediante intermediarios privados, y que a GAESA le cerraron Orbit, es el veterano PCC, con su poder de emisión de pesos, quien tendría la ventaja si instaura un mercado cambiario de tipo flotante, algo que a los militares no les debe gustar mucho, pues cada dólar que compre el PCC será un dólar menos gastado en tiendas de GAESA. ¿Correrá la sangre entre el perro viejo y el joven?
Para el brillantísimo intelectual marxista Antonio Gramsci, "la crisis consiste precisamente en que lo viejo está muriendo y lo nuevo no acaba de nacer". De Cuba diría que está en un "interregno mórbido" porque GAESA no termina de dominar plenamente, mientras el PCC sigue ocupando tanto espacio que parece estorbar más que serle útil a este nuevo castrismo extractivo-parasitario que emergió cuando Raúl Castro, incapaz de mantener las riendas a base de mentiras y terrores como hacía su hermano, comenzó a comprar fidelidades con dólares.
El poder se ha ido desplazando desde los ideólogos del PCC a los negociantes de GAESA, y es inevitable que esa tendencia continúe hasta que se produzca el parto de una nueva Cuba donde se deje de hablar de socialismo, pero los derechos de propiedad sigan en manos de una casta que se reparte el país. Y sí, serán tiburón que salpica y habrá cierta mejoría material y hasta simbólico-política, pero será también el funeral de cualquier esperanza de una Cuba moderna, realmente próspera y medianamente democrática.
Si los perros de GAESA terminan de comerse a los perros del PCC, convertirán a Cuba en un país centroamericano de los años 80. Así de macabro es nuestro destino, a menos que acabemos con la rabia… ¿Y cómo se acaba con la rabia?
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