martes, diciembre 06, 2005

ACTO DE REPUDIO CONTRA ARCO PROGRESISTA, ORGANIZACION SOCIALDEMOCRATA CUBANA

Un nuevo episodio en la cadena de actos de repudio que estamos sufriendo muchos opositores a lo largo del país ocurrió el jueves 1º de diciembre en la noche contra Leonardo Calvo, Marta Cortizas y Eugenio Leal, en la sede de la revista Consenso.
Domingo 4 de diciembre de 2005
Reporte de Manuel Cuesta Morúa (Portavoz)

Cuando alrededor de las 8 de la noche Leonardo Calvo, el organizador de la Corriente Socialista Democrática y miembro de nuestra concertación, intentaba abandonar el apartamento de Marta Cortizas y Eugenio Leal, ambos miembros del Consejo de Redacción de dicha revista, fue agredido física y verbalmente por un grupo de vecinos pertenecientes a las brigadas de respuesta rápida, algunos de los cuales mantuvieron una guardia permanente para bloquear nuestro acceso al apartamento de este matrimonio durante 8 días después del pasado 10 de octubre, fecha del primer acto de repudio que sufrió la revista Consenso. En esta nueva edición de la Batalla de Ideas, a Manuel Cuesta le halaron y le rompieron la camisa y Eugenio Leal, tambien coordinador de la Red Ciudadanos por el Cambio Tranquilo, fue golpeado en la cara.

Dos hechos nuevos y de extrema gravedad aparecen en este acto de repudio: la agresión física misma y las amenazas de muerte que les fueron hechas a Marta Cortizas y Eugenio Leal.

Dada la tensa y peligrosa situación provocada por quienes han asumido la ley de la calle, nos vimos en la extrema necesidad de llamar a la policía, quien acudió al lugar y a la que a duras penas pudimos convencer de que requeríamos su protección para poder abandonar el lugar sin mayores consecuencias para nuestra integridad física. Esposados, fuimos conducidos posteriormente a la estación de policía sita en Zapata y C, Vedado, y permanecimos allí detenidos Leonardo Calvo, Manuel Cuesta y Eugenio Leal por espacio de 4, 5 y 6 horas respectivamente. Al ser liberados se nos presentó un Acta de Advertencia por “escándalo en la vía pública” y se nos impuso una multa de 30 pesos. Ninguno de los tres firmamos el Acta ni la imposición de multas.

Esos son los hechos. ¿Su motivación?: el intento ilegal de impedir la visita al domicilio de ciudadanos diferentes. ¿Su espíritu?: el del linchamiento físico a hombres y mujeres decentes y pacíficos. ¿Su entorno?: el de la impunidad revolucionaria, contraria a toda ley, incluyendo la suya propia, y que coloca a la policía ante el dilema de preservar la tranquilidad ciudadana o promover y proteger la violencia revolucionaria. ¿Su posible consecuencia?: la del asesinato extrajudicial.

Junto a la delincuencia común, la delincuencia política gana las calles. Las dos comparten su flagrante violación a la ley y el rostro y los actos violentos con el que se les imponen a sus víctimas. Ambas están poniendo en peligro la precaria paz civil en la que vivimos los cubanos y ambas merecen ser combatidas a través de la ley y de las iniciativas cívicas si queremos evitar que combinadamente destruyan a Cuba.

Como ciudadanos respetuosos de la Constitución y la ley, emprenderemos decididamente una acción ante los tribunales por violación de la legalidad, por agresión y por amenazas a pacíficos ciudadanos. Esta acción acompañará la denuncia ante la Fiscalía General que, conforme a la ley, Eugenio Leal presentó por el acto de repudio del pasado 10 de Octubre –que se prolonga con éste y otros actos en el futuro– y otras provisiones que hemos tomado y tomaremos para que las instituciones obligadas a preservar el orden actúen de acuerdo a su mandato.
Responsabilizamos a las autoridades si, en el desenfreno de la violencia que estimulan y organizan, resultan lesionados o simplemente asesinados cualquiera de los miembros, activistas o simpatizantes del Arco Progresista.

Pedimos a la comunidad internacional, especialmente a aquellos sectores dentro de la izquierda que tienen una privilegiada relación con las autoridades cubanas, que intercedan para evitar los nefastos subproductos de la política hormonal que no ha conducido a Cuba por buen camino ni ha promovido una sana y decente convivencia entre cubanos.

En lo que a nosotros toca, y como hemos expresado en otras ocasiones, no hay marcha atrás en el camino del diálogo, la reconciliación y la lucha por un estado democrático, respetuoso de todos los derechos humanos.