viernes, diciembre 16, 2005

LLEVAN REPORTERO A PRISION LUEGO DE SUFRIR INFARTO. OTRAS REALIDADES CUBANAS

Tomado de: http://www.payolibre.com/noticias%20Diciembre%202005.htm#Llevan

Llevan reportero a prisión luego de sufrir infarto
Por Pablo Rodríguez Carvajal / PayoLibre
15 de diciembre de 2005

Alberto Triay Casales, quien desde el día 9 de noviembre del año en curso se encontraba detenido en el Departamento Técnico de Investigaciones, localizado en 100 y Aldabó, fue trasladado a Valle Grande, prisión de mayor severidad en Ciudad de La Habana, el 12 de diciembre, luego de haber sufrido un infarto el lunes día 5 y una subida de presión el día 9, según informó su esposa la señora Isabel Morales.
La esposa tuvo conocimiento de la emergencia de Alberto dado a que fue informada por una persona conocida quien vio cuando lo introducían en el Hospital Nacional, donde fue llevado a causa de dicho infarto.
( <-- foto del Hospital Nacional )
Alberto Triay, de 55 años de edad, se desempeñaba como reportero del Centro de Información “La Estrella Solitaria”, publicando sus notas semanalmente en el portal cibernético PayoLibre, siendo esto una de las razones por lo que el 9 de noviembre fue visitado por agentes de la policía política, quienes luego de registrar su vivienda e incautar sus pertenencias lo llevaron detenido para 100 y Aldabó.
Refiere Isabel que Alberto ha bajado 13 libras desde su detención, padece de presión alta y tiene un problema en las caderas por el cual existe la posibilidad de quedar inválido de no recibir el tratamiento adecuado. Entre las pertenencias incautadas se encuentra un equipo para darse radiación en los huesos.
Al redactarse esta nota no se sabe el por qué aun mantienen a Alberto en prisión puesto a que no tienen nada de que acusarle, como el mismo dijo a su esposa: “no tengo porqué estar aquí”.
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15 de diciembre de 2005
Nota del Autor del Blog:
Esta noticia de Cubanet del 15 de diciembre del 2001 les ayudará a conocer lo que es el DTI de 100 y Aldabó:
En el DTI de 100 y Aldabó hay lugares de tormento... y se tortura
LA HABANA, 14 de febrero (José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad) - El presidente del Movimiento 24 de Febrero, Leonardo Bruzón Avila, fue liberado recientemente tras dos meses de detención en el Departamento Técnico de Investigaciones (DTI) de la policía, cuya sede radica en 100 y Aldabó, Ciudad de La Habana.
Bruzón accedió a responder algunas preguntas para los lectores de CubaNet.
¿Cuál fue el tratamiento que le dieron durante estos dos meses los funcionarios del Ministerio del Interior?
"El tratamiento... desde el primer momento de mi detención fue antihumano", dice lentamente.
¿En qué basa usted esa afirmación?
"Yo me fundamento, en primer lugar, en el hecho de que el DTI de 100 y Aldabó es un centro de detención destinado a delincuentes comunes, y los opositores políticos pacíficos al gobierno del Partido Comunista somos encerrados en dicho lugar como si fuéramos vulgares criminales. Pero, además, hubo ensañamiento con mi persona. Después de encerrarme durante unos días en una celda tapiada me trasladaron para un calabozo de castigo, donde me mantuvieron ininterrumpidamente esposado a la reja durante cuatro días, y el suelo estaba inundado permanentemente de agua: el nivel del agua me daba por debajo de las rodillas", explica Bruzón Avila.
¿Cómo calificaría usted ese trato? Porque la Convención de Ginebra Contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos y Degradantes condena, o debe condenar ese tipo de hechos.
"Lo califico como un acto de tortura física contra mi persona. He oído decir que esos métodos no se usaban en Cuba desde el año 1990, pero en mi caso se utilizó ese método. También conocí que se le aplicó a otras personas, igualmente por razones políticas.
"El diez de diciembre, estando en la celda 240, en el segundo piso, por dar vivas a los derechos humanos y gritar '¡libertad para Cuba!' -debo aclarar que los demás detenidos se sumaron a las proclamas- fui sacado de la 240 y trasladado a lo que uno de los militares que me conducía llamó 'el cuarto frío'.
"Allí, en un pequeño recinto, me quitaron la ropa y bajaron la temperatura del lugar. Permanecí dos días en el llamado cuarto frío. Me puse muy mal de salud. Al segundo día me sacaron y varios oficiales de la Seguridad del Estado me llevaron al hospital militar Carlos J. Finlay", recuerda Bruzón Avila.
A simple vista se nota que la salud del presidente del Movimiento 24 de Febrero se ha quebrantado. Su brazo izquierdo no cesa de moverse. Se asemeja al tic tac de las manecillas de un reloj. No puedo contenerme y le pregunto: ¿Algo en específico le afectó el brazo?
"Respecto a eso", dice Bruzón Avila a la vez que señala con sus ojos hacia su brazo izquierdo, "es que permanecí mucho tiempo con las manos en alto, esposado. Tengo mucho dolor en el hombro y en la zona del pulmón izquierdo. Desde que me esposaron cuatro días a la reja comenzó este temblor, yo pienso que es producto de la humedad y del agua que había en aquel calabozo, pero el problema se agravó luego que me encerraron en el cuarto frío".
Señor Bruzón, en su opinión, ¿qué motivó que los del DTI y los de la policía política lo trataran de tal manera? ¿Qué hizo usted realmente?
El hombre me mira fijamente y expresa: "Yo hace algún tiempo trataba de realizar una campaña en favor de la libertad y la amnistía de todos los presos por causas políticas. Habíamos llevado esa campaña a varios municipios de la capital cubana. Desarrollábamos cultos de oraciones en la sede de nuestro movimiento en Campanario #564, en Centro Habana".
Bruzón prosigue rápidamente: "Desde el primer momento que los de la policía política me apresaron me dicen que yo pedía la libertad de los prisioneros políticos, pero que ahora quién la iba a pedir por mí. Yo les dije a ellos que en el mundo hay muchas, muchísimas personas que seguirían abogando no sólo por mi liberación, sino por la de todos los presos de conciencia y políticos que hay en Cuba. Además, que yo aún podía reclamar por mí y por los demás comenzando una huelga de hambre".
¿Eso fue lo que usted hizo?
"Sí".
¿Qué tiempo estuvo en huelga de hambre?
"Estuve 42 días. Cada día de la huelga de hambre era por cada año de la dictadura comunista en Cuba y a favor de la amnistía de los presos políticos", explica.
¿Cuántos días estuvo ingresado en el hospital militar?
"Seis días. Me amarraron a la cama, me suministraron sueros y me alimentaron forzosamente por un levín (tubería de goma que se introduce por la nariz). Al hospital llegué inconsciente. Cuando volví en mí empecé a gritar que me quitaran todo eso (se refiere al levín y a las amarras), entonces, aparecieron unos oficiales de la Seguridad del Estado y me dijeron que no, que ellos no iban a permitir que me pasara nada, que yo no podía morir, que ellos ordenaron que se mantuviera el tratamiento", recuerda.
¿Usted está pendiente a juicio u otro cambio de medida?
Bruzón Avila opina: "Bueno, esta liberación no corresponde a una libertad real. No sé qué me pueda suceder. Creo que si me dejaron salir se debe a la solidaridad de todos los que abogaron por mi liberación".
Y prosigue enfáticamente: "En mi nombre y en el de la organización que presido quiero agradecer ese apoyo, esa solidaridad que recibimos los presos y nuestras familias".
Señor Bruzón, muchas gracias. En nombre de la agencia de prensa Cuba-Verdad le deseamos que se restablezca su salud rápidamente, en el seno de su familia.
"Gracias a ustedes que dan a conocer la realidad cubana", agrega.
Leonardo Miguel Bruzón Avila tiene 45 años de edad. Es casado y padre de tres hijos adolescentes (dos varones y una hembra). Bruzón es licenciado en Economía. Reside en Campanario #564, Centro Habana.
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Amenazas de desalojo por la fuerza
Por Mario Hechavarría Driggs

14 de diciembre de 2005
La Habana – www.PayoLibre.com – Vecinos del caserío “El Dique”, en el poblado de Casa Blanca, municipio capitalino de Regla, recibieron amenazas de la Policía Nacional Revolucionaria y de inspectores del Poder Popular de ser desalojados por la fuerza.
Alrededor de unas treinta familias tienen de plazo hasta el 16 de diciembre para que abandonen el lugar, de no hacerlo serán desalojados con violencia, según informe de Jorge Arango Faure, director de la Biblioteca “Eduardo Chibás”, y vecino del lugar.
“Todo el mundo está preocupado por lo que pueda ocurrir, pero en este caserío estamos preparados para enfrentar lo que sea; no le tenemos miedo a las amenazas de la policía. No tenemos a donde ir y las autoridades no te ofrecen ninguna solución, no te venden materiales para arreglar las viviendas. Aquí viven niños, ancianos, personas discapacitadas, solamente contamos con la ayuda de Dios”, concluyó Jorge Arango.
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Denuncia opositora acto represivo contra pacíficos ayunantesPor Julia Cecilia Delgado
14 de diciembre de 2005

La Habana – http://www.payolibre.com/ – El sábado 10 de Diciembre, día en que se conmemoraba el 57 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, mientras un grupo de miembros del Partido Liberal de Cuba llevábamos a cabo un ayuno en mi vivienda, y sede del partido, ubicada en 20 de Mayo #531 Apto B-14, entre Marta Abreu y Línea de Ferrocarril en el municipio Cerro, Ciudad de La Habana, como medio de la lucha cívica pacífica para exigir la libertad de los presos políticos y el respeto a los derechos humanos en la isla, fuimos objeto de un “acto de repudio” organizado por la policía política del régimen.
Varios agentes de la Seguridad del Estado, acompañados de miembros del partido comunista y otras fuerzas gubernamentales represivas, se encontraban desde horas muy tempranas en los alrededores de mi vivienda. Dos autos de la policía y varios agentes policiales de la 4ta Unidad de Policía del Municipio Cerro impedían el acceso de personas a la cuadra donde resido.
Una vecina, miembro del partido comunista, me llamó para “persuadirme” de que suspendiera el ayuno y retirase la bandera cubana que había colocado en la ventana de mi casa. Le respondí que sólo hacía uso de mis derechos y seguiría adelante con la actividad programada.
Después de este incidente, fue aumentando el número de personas en el parque del edificio “Granma 2”, ubicado frente a mi domicilio. Entre los allí reunidos se encontraban dos o tres vecinos que se prestan para este tipo de “repudio” organizado por la policía política. Entre ellos se hallaba la presidenta del “Comité de Defensa de la Revolución”, Milagros González Torres. Esta señora tiene en su domicilio una venta ilegal de cerveza que, como es conocido por todos en el barrio, su esposo roba de la empresa donde trabaja y, además, posee una “antena parabólica” para la recepción de canales extranjeros de televisión, algo que el régimen ha prohibido para la mayor parte de la población.
La señora González Torres, con un agresivo comportamiento, incitaba a gritos al grupo para que traspasaran la cerca de mi casa y nos golpearan.
Lidia Matriz González, Dulce Rubiel (ambas con cargos en la organización pro-gubernamental “Federación de Mujeres Cubanas”, Dolores Mederos, Agustín González (oficial “retirado” de la contrainteligencia), Alcides Reyes, Tomás Díaz Rubier y otros, eran parte de la turba que vociferaba consignas y ofensas a las personas que pacíficamente, y dentro de mi vivienda, nos manteníamos en el ayuno.
Inicialmente el aparato represivo del régimen había concentrado en la fábrica de tabacos “La Corana” a un grupo de miembros del partido comunista, del ministerio del interior y de otros organismos gubernamentales, pero la mayoría se retiró al conocer el objetivo de la convocatoria. Entonces la policía política recurrió al taller de ómnibus ASTRA, ubicado en la calle 20 de Mayo, donde suministraron bebidas alcohólicas a un grupo “seleccionado” de trabajadores y les dijeron que se trataba de un acto de repudio contra una “gusana terrorista”.
Este grupo vino armado de tubos de hierro dispuestos a atacar físicamente a las personas que se encontraban en mi casa.
Este último hecho no se consumó gracias a que un grupo de valientes vecinos les manifestaron que solo por encima de sus cadáveres llevarían a cabo semejante injusticia. Entre estos valerosos cubanos estaban Raquel Gómez Vasallo y Alcenio (este último el encargado de “vigilancia” de la cuadra que, sin embargo, se negó a ser partícipe de este hecho brutal y denigrante). Un grupo de vecinos se mantuvo cerca de los agresores para defendernos en caso de que tradujeran en acción sus amenazas.
Una vez más hago un llamado a la opinión pública nacional e internacional, a los gobiernos democráticos de todo el mundo, a intelectuales y a toda persona de buena voluntad para que exijan al gobierno fascista de Fidel Castro, autor intelectual directo de estos hechos tan denigrantes y deshumanizados, para que ponga fin a los mismos y haga una apertura política donde se respete la integridad física y los derechos inalienables del ser humano.
Denuncia Julia Cecilia Delgado. Presidenta en funciones del PLC y miembro de la Comisión de Relatoría de Todos Unidos.
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