FARIÑAS SE MUERE. EXIGE LIBERTAD DE EXPRESION
Fariñas en huelga de hambre: exige libertad de expresión
6 de febrero de 2006
Guillermo Fariñas, el valiente, el implacable, defensor hasta lo increíble porque en su país se respeten los derechos humanos y se permita la libertad de expresión y de pensamiento está una vez más en huelga de hambre.
Pide al régimen del doctor Castro que se atienda la petición de que la prensa independiente tenga libre acceso a la Internet y de que a los periodistas de la agencia Cubanacán Press, que el dirige en el centro de isla, se les respete y permita exponer por esa vía electrónica las noticias de violaciones de derechos humanos a las emisoras y prensa independiente que desde el exterior apoyan y divulgan todo lo relacionado con la patria cubana, sometida por más de 47 años.
Es una actitud que no me sorprende del líder inclaudicable de la oposición en Santa Clara.
La amistad y la hermandad de ideas y de esperanzas con Guillermo Fariñas me lleva en este momento a pedir a todos, aquí o en cualquier parte del mundo, solidaridad extrema y clamor unísono internacional a favor del hombre que cumple al pie de la letra cada acción que promueve contra la tiranía castrista y contra los atropellos y abusos continuados en Cuba.
El deber me lleva a insistir a todos en el apoyo al hombre, al opositor, al hijo ilustre de la tierra de Marta Abreu que no vacila ante la enfermedad y la muerte que pueda ocasionarle una huelga de hambre a favor de que se preste atención en el mundo entero al reclamo continuado de que Cuba quiere libertad.
Esta SEMBLANZA SOBRE GUILLERMO FARIÑAS fue escrita antes de declararse Fariñas en Huelga de Sed y de Hambre
Tras el fragor del repliegue, la vehemencia de las balas trazadoras queriendo perforar la carne, el empeño en truncar una carrera, la sed por dejar en la jungla, inermes, a un puñado de cubanos que estaban allí en el vórtice de un conflicto, intenso y enervante.
En pocos minutos la evacuación. Un helicóptero llegaba oportunamente para sacar a esos hombres fuera del perímetro de los disparos. Ya en el aire, gotas de sangre en el piso de la aeronave, vienen de la espalda de uno de los combatientes. No nota que tiene una balaalojada muy cerca de la columna vertebral. La mochila rota, roída por el fuego, herida como su dueño, pero a salvo. Ambos libres de la muerte.
Transcurría 1981. El tiempo en Angola se dejaba llevar por las tensiones y las incertidumbres. En Huambo se podía morir despedazado por una mina, también en las fauces de una serpiente, por el paludismo concentrado en el aguijón de los mosquitos o por los vómitos de fuego proveniente de las emboscadas que la UNITA preparaba con minuciosidad.
Ese mismo año culminaría la misión, el regreso a la casa, más adelante el desencanto, la rebelión del espíritu, el cese de la anestesia que prodigan los dogmas, el salto a las zonas vedadas por la propaganda del régimen.
"Los niños y el tigre" fue la puerta para entrar a un mundo que le habían escamoteado. Lo recuerda como el primer libro, la fuente de inspiración, la llave para abrir la mente a nuevas concepciones, el medio con el cual revolucionar los sentidos y ver el bosque desde una colina sin los lentes graduados por los ideólogos del partido comunista.
Iniciaba el despegue, en 1995, hacia la disidencia. En los inicios tuvo como fondo al Frente Democrático Independiente. Allí consolidó las lecciones que destrozaban la iconografía del totalitarismo, supo de la larga estela de arbitrariedades, vio de cerca los horrores de la intolerancia y se convirtió en un paradigma de la tenacidad, en un caballero del valor, en uno de los ejemplos más emblemáticos de la osadía.
En 10 años de activa militancia en pro de la defensa de los derechos humanos, tiene en su haber tres condenas a privación de libertad por asumir, cabalmente, su papel contestatario.
Lo he visto inválido, pero inclaudicable. Renqueante sobre su bastón y firme en su lucha por echar del país todos los odios, todas las perfidias que vuelcan las dictaduras sobre los que ponen al descubierto sus falsedades. Así percibo a este psicólogo que ha sobrevivido a varias huelgas de hambre, en protesta por los abusos contra él y sus semejantes.
Le es imposible zafarse de las consecuencias de la polineuropatía. Cojea, pero no declina en sus aspiraciones de exigir para Cuba un estado de derecho.
Es de la raza negra y cuenta con 6 pies de estatura. Sufre de una alopecia generalizada debido a la ausencia de Vitamina E. Otra de las secuelas de las repetidas y prolongadas huelgas.
Ha perdido el cabello, las pestañas, las cejas, pero no la fe en la democracia, ni el sentido del deber. Se le ve jovial, humilde, locuaz y forrado de ideas para edificar una sociedad no excluyente y equilibrada.
Vive en el Condado, un barrio marginal de la ciudad de Santa Clara, en el centro del país. Por allá se le admira. Saben, con amplitud, que es un hombre digno y amigable.
De eso estoy convencido y también de que se llama Guillermo Fariñas Hernández, el mismo que dirige la Agencia de Prensa Independiente Cubanacán Press y la biblioteca independiente "Roberto Ávalos". Un amigo que el próximo 3 de enero cumple 43 años. ¡Felicidades!.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home