LAS CRONICAS DE GABRIEL GARCIA MARQUEZ
Las crónicas de García Márquez
Tania Díaz Castro
LA HABANA, Cuba - Junio (www.cubanet.org) - En las casi doscientas crónicas que publicó Gabriel García Márquez entre 1961 y 1984 y compiladas en el libro Notas de prensa, Editorial Mondadori, España -verdadera lectura para conocer el buen periodismo- se comprende mejor el indefinido criterio que tiene este autor colombiano por la libertad de expresión y de prensa, las dictaduras y la implícita represión social.
Aparte de gustarme su estilo literario, de haber disfrutado de sus novelas y cuentos, de ser, en fin, una admiradora suya más, siempre me he preguntado por qué su amistad íntima de años con los que dirigen el gobierno cubano hace casi medio siglo, representantes de una revolución convertida en dictadura, que socava la libertad de los cubanos, controla la prensa nacional y reprime socialmente al que trata de participar en la economía y en la política, de forma disidente, hace casi medio siglo.
Si algún rechazo he sentido por el autor de Cien años de soledad, fue por haberle dado la espalda a mi pueblo, víctima de esa nomenklatura de la que el escritor y periodista disfrutó durante años y que como bien lo ha visto con sus propios ojos, ha sumido en la peor de las miserias al país, gracias a un modelo económico improductivo.
En cambio, en sus crónicas de los años ochenta, el Premio Nobel de Literatura 1982 ha dejado escrito su criterio sobre los beneficios de democratizar la información por medio de una prensa libre y no controlada por gobierno alguno.
A pesar de haberle gustado el dulce sabor del poder absoluto, escribe que "el tiempo de los gobernados es más lento e insidioso que el del poder", y recrimina a Francisco Franco por no haber tenido la dignidad de preguntarle a los españoles a través de un plebiscito si lo querían o no, algo que se ha negado a hacer su amigo cubano. Antes de morir el dictador de España, escribe García Márquez, que "convocó a los periodistas que mantuvo amordazados durante 40 años y también a los que su propio régimen pagaba para que lo adularan y sorprendió a todos con una declaración fantástica: no puedo quejarme de la forma en que siempre me ha tratado la prensa".
Gabriel García Márquez --->
En esa misma crónica, titulada El cuento de los generales que se creyeron su propio cuento, García Márquez reprocha al régimen de Uruguay por ser "dueños de todo su poder, con la prensa comprada, los partidos políticos prohibidos, la actividad sindical suprimida, con media oposición en la cárcel y nada menos que la quinta parte de la población nacional dispersa por el mundo". ¿Acaso este célebre escritor contemporáneo pensaba en Cuba mientras describía el sistema político uruguayo?
Al parecer, ni siquiera se dio por enterado de que los Beatles estuvieron prohibidos cerca de treinta años en el país que aún gobierna su amigo cubano, cuando escribe una bellísima crónica sobre el célebre grupo musical inglés, publicada en 1980. Fue en México donde primero los escuchó con su melodía Help, I Need Somebody. ¨El mundo fue igual desde su nacimiento hasta que los Beatles empezaron a cantar¨, expresa García Márquez.
En cambio, como si Cuba no hubiera sido parte del mundo, los rebeldes de Liverpool no habían empezado a cantar aquí todavía. Ni siquiera pudimos los cubanos compartir la conmoción general que ocasionó el asesinato de John Lennon, descrita por el escritor colombiano como "Una victoria mundial de la poesía".
Actualmente García Márquez, cruel paradoja del destino, tiene su residencia en Maryland, Estados Unidos, descrito por él como un país atroz, gracias al Santa Claus de los gringos, aislado de la vida pública por razones de salud, y escribe sus memorias, lentamente, según dicen. Ojalá y en ellas pueda explicar a todos su amistad con el hombre que ha vivido durante 47 años en la cima del poder mientras destruye un país de doce millones de esclavos, en las mismas narices del mundo.
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