CARTA A KIRCHNER
Teniente de Fragata Juan Alfonso Pegasano
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"Soy consciente que con este mail, puedo ser severamente sancionado o expulsado de las filas de la Armada..."
"Hoy rompo mi silencio con todas las consecuencias que puede acarrear esto, pero me queda la tranquilidad de que cuando llegue a mi casa voy a poder mirar a mis hijos y decirles que su papá sigue firme a sus ideales y valores hasta las últimas consecuencias."
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Fragmentos:
"Argentinos asesinados por aquellos "jóvenes idealistas" en la década del 70, por el simple hecho de no comulgar con la violencia y sí creer que con su trabajo y entrega contribuían a la construcción de una patria mejor, con igualdad de derechos y posibilidades para todos. Estos "jóvenes idealistas", en la actualidad rectores de los derechos humanos e inocentes corderos democráticos en el poder, insultan y agreden gravemente a estos argentinos y sus familias, para los cuales, pareciera no existir derechos humanos ni leyes que los contengan o protejan.
Es realmente vergonzosa y angustiante esta situación, es inadmisible que después de casi 40 años no hayamos aprendido a mirar hacia adelante, a verdaderamente decir "nunca más" y construir un país justo para todos.
Soy nieto e hijo de civiles, perseguidos por el peronismo y luego por los movimientos guerrilleros, por el simple hecho de ser una familia tradicional conservadora de la historia y tradiciones. Sin embargo cuando decidí seguir mi vocación no lo hice con intenciones de venganza, sino realmente por profunda vocación de servicio a mi país.
Soy, y con orgullo lo digo, Oficial de la Armada Argentina en actividad, de esta Argentina golpeada y mal tratada por algunos argentinos que no quieren mirar hacia un futuro para todos, de esta Argentina que se desangra por el capricho irresponsable de aquellos pocos que no quieren cerrar las heridas de un tristísimo y vergonzoso pasado, que lo único que hace es dividirnos y alejarnos más de una verdadera unión.
Por eso no dejo de indignarme por los continuos ataques cobardes e inescrupulosos, de aquellos que aprovechan el poder para contar una historia a medias y perversa, justificando su accionar como derecho y humano y grabar en el inconsciente colectivo a las instituciones del país, como las aberrantes fuerzas de la irracionalidad y atropello.
No solo destruyen las instituciones, hoy más democratizadas que el mismo gobierno, que hicieron a este país en el transcurso de la historia, grande y generoso, sino más grave aun, ofenden y dejan olvidados a aquellos ciudadanos honrados y patriotas, que sin tomar parte, fueron contribuyendo al crecimiento del país y luego asesinados...
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