viernes, agosto 11, 2006

VIEJOS ENEMIGOS ACECHAN A RAUL CASTRO EN CUBA

Nota del Blogguista


En La Habana es famosa una pelea entre Raúl Castro y Ramiró Valdés, hace ya muchos años, cuando todavía Ramiro Valdés tenía gran poder, cerca de la casa de Raúl y Vilma que está ubicada casi al lado del Cementerio Chino en la calle Zapata en el Vedado. Ramiro le entró a golpes a Raúl en plena calle y las escoltas de ambos no sabían que hacer ante esa situación.
Esta anécdota a veces se le otorga a otro alto militar.

Ramiro, que ya desde antes del Moncada era un joven revoltoso y problemático en Artemisa, fue uno de los integrantes del primer auto que tenía que ¨neutralizar¨ ( léase matar) a la posta por la que debían entrar los asaltantes; posteriormente al desembarco intervino de manera relevante en combates, ganándose grados y responsabilidades y formó parte de una de las dos columnas invasoras. Ramiro, al frente del G-2 después del triunfo revolucionario, se destacó por su vesanía con los prisioneros así como por su vida disipada acompañada de ostentosos alardes de poder.

Raúl Castro ( leer el artículo de Antonio de la Cova sobre la verdadera historia de la detención de Raúl después del Moncada, la cual se publicó en Baracutey Cubano hace muy pocos días), tuvo un pobre papel combativo en el Moncada y no formaba parte de la dirección de la expedición del Granma, como sí lo fueron Juan Manuel Márquez y otros. En la Sierra no se destaca como combatiente y su hermano Fidel lo manda a fundar el II Frente Oriental Frank País en la Sierra Cristal, después que una avanzada, en la que estaba Delio Gómez Ochoa, inspecciona y valora que no hay serios peligros para que Raúl funde dicho frente combativo, en el cual no se dieron grandes acciones combativas; más bien Raúl se dedicó a administrar el territorio ocupado, hacer un congreso de campesinos donde el ya dirigente comunista José Ramírez Cruz participa ( recordar que Raúl perteneció a las juventudes del partido comunista o PSP ), a conformar la Fuerza Aérea Rebelde ( utilizando entre otras tácticas, el secuestro de aviones civiles) y a secuestrar civiles norteamericanos, aunque en otro momento también secuestró a militares norteamericanos. Algunos historiadores dicen que inauguró esa práctica terrorista de utilizar a civiles como escudos humanos. A uno de esos secuestros se le llamó operación ¨Antiaérea¨.

Se le atribuye erróneamente a Raúl la organización, después del triunfo revolucionario, de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, cuando realmente el gran organizador lo fue el ya fallecido Zenén Casas Regueiro.

El artículo no dice nada sobre las rencillas personales que habían desde casi el mismo triunfo del 1 de enero de 1959 entre Arnaldo Ochoa y los Casas Regueiro porque uno de ellos se casó con la hermano del otro y la dejó a muy poco tiempo. Ese detalle determinó en gran parte que Julio Casas Regueiro estuviera en el tribunal que juzgó a Ochoa.
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VIEJOS ENEMIGOS ACECHAN A RAUL CASTRO EN CUBA


Por John Dorschner
El Nuevo Herald
Florida
E.U.
Infosearch:
Antonio Tang Báez
Jefe de Buró
Canadá
La Nueva Cuba
Agosto 11, 2006

Mientras Raúl Castro sustituye temporalmente a su hermano en los puestos más importantes del gobierno cubano, los expertos están analizando los enemigos que pudo haberse creado durante sus cuatro décadas como segundo al mando de la isla.

De izquierda a derecha: Raúl, Juan Almeida Bosque y Ramiro Valdés Menéndez --->


La lista la encabeza Ramiro Valdés, un funcionario de línea dura que tiene un tormentoso historial con Raúl, según los expertos. Otro es un alto general que no se consideró para el mando durante las guerras en Africa en los años 1980.

La lista también pudiera incluir a oficiales del ejército críticos de cómo Raúl manejó la ejecución del general Arnaldo Ochoa en 1989; oficiales más jóvenes que no fueron considerados para promociones y beneficios económicos, así como los cientos de funcionarios del Ministerio del Interior purgados a raíz del juicio de Ochoa.

''En estos momentos, mientras Fidel está vivo, yo los llamaría retadores, no enemigos'', dijo Eugenio Yáñez, un profesor de Economía que trabajó cerca de altos oficiales en la década de 1990 y ahora vive en Miami. ``Pero después de Fidel, todo podría cambiar''.

Las rivalidades pudieran manifestarse abiertamente, dijo Yáñez, pero las facciones también pudieran tratar de cooperar para asegurar la supervivencia del sistema que los mantiene en el poder y evitar el tipo de caos que pudiera invitar a una intervención norteamericana. ``Nadie quiere una confrontación con Estados Unidos''.

Los expertos dicen que la clave para los posibles oponentes de Raúl es que la hábil manipulación de Fidel Castro ha mantenido un control total sobre las luchas dentro de la estructura de poder, al mismo tiempo que ocasionalmente tal vez haya estimulado rivalidades para mantener a los subalternos a raya.

Pero ahora eso pudiera cambiar cuando el hermano mayor ha cedido sus principales cargos a Raúl mientras se recupera de la operación provocada por un sangramiento gastrointestinal la semana pasada.

''En algún momento Raúl tendrá que abrir la caja de Pandora política, la interioridad del Estado cubano que Fidel ha mantenido cerrada'', dijo Damián Fernández, director del Instituto de Investigaciones Cubanas de la Universidad Internacional de la Florida (FIU). ''Es una caja muy, muy negra y no sabemos lo que hay adentro'', observó Fernández.

El principal de los potenciales rivales, mencionado por casi todos los observadores, es Ramiro Valdés, ahora miembro del Consejo de Estado del gobierno. Participó con Fidel y Raúl en su ambicioso ataque al cuartel del Moncada en 1953, estuvo en las cárceles de Fulgencio Batista, en el exilio en México y en el Granma de regreso a Cuba. Aún mantiene el rango de comandante, que sólo se otorga a los más altos combatientes de la revolución.

Durante más de dos décadas, después que Castro tomó el control en 1959, Raúl y Valdés dirigieron centros rivales de poder: Raúl, las Fuerzas Armadas; Valdés, el Ministerio del Interior, que incluye la policía, la inteligencia interna y las fuerzas especiales de seguridad usadas para aplastar la disidencia.

Pero en diciembre de 1985, Valdés fue destituido de sus cargos como ministro y en el Buró Político del Partido Comunista Cubano y se alejó de las candilejas. No se dio una razón oficial, pero se especuló mucho dentro y fuera de Cuba que fue un encontronazo con Raúl.

''Son enemigos de sangre'', dijo Brian Latell, un ex analista de la CIA sobre Cuba que ha escrito un libro sobre las relaciones entre Fidel y Raúl.

Lentamente, sin embargo, Valdés recuperó favores. A mediados de los años 1990, fue nombrado jefe de Grupo Electrónico de Cuba, un negocio altamente lucrativo que comerciaba con computadoras. Y en el 2003 fue nombrado al Consejo de Estado.

La forma en que Valdés reaccione a la enfermedad de Fidel pudiera ser crucial, pero se desconoce. ''Nadie sabe qué planea Ramiro Valdés'', dijo Latell, ahora un académico del Instituto Cubano y Cubanoamericano de la Universidad de Miami (UM).

Los expertos especulan que el regreso de Ramiro Valdés fue concebido por Fidel para mantener controlados a los disidentes o para equilibrar el poder de Raúl. Roberto Ortega, un antiguo coronel del ejército que fue jefe de servicios médicos para las Fuerzas Armadas antes de desertar en el 2003, dijo que Valdés ``es muy peligroso para Raúl''.

Pero ¿cómo pudiera ser peligroso? Tanto Jaime Sucklicki, un experto cubano de la UM, como Lisandro Pérez, un experto de FIU, señalaron que Valdés no tiene mando sobre hombres con armas y tanques, lo que limita su capacidad para confrontar a Raúl.

Por otra parte, Andy Gómez del instituto de la UM señala que el año pasado Fidel mandó a Raúl y a Valdés juntos en una misión comercial a China. Y en el 2001, según partes de prensa, Raúl celebró su 70 cumpleaños subiendo una montaña con Valdés y otro viejo veterano del Granma.

Otros potenciales opositores serían los altos militares que eran leales a Ochoa, un héroe de las guerras de Angola y Nicaragua que fue ejecutado con otros tres altos oficiales, supuestamente por narcotráfico. Latell escribió recientemente que todavía hay oficiales resentidos con el fusilamiento de Ochoa. ``Estos antagonismos pudieran hacer erupción durante la transición. Los admiradores de Ochoa pudieran querer vengarse de los oficiales a los que acusan de haberlo traicionado. Raúl Castro sería un posible objetivo''.

Y también están los varios cientos de altos oficiales del Ministerio del Interior --casi todos fieles a Valdés-- purgados tras el caso Ochoa y reemplazados por oficiales del ejército. Muchos de los oficiales del Interior --considerados de tanta élite, si no más, que los oficiales del Ejército-- recibieron empleos cómodos en las lucrativas compañías extranjeras que surgieron en La Habana a principio de los años 1990. Pero un antiguo coronel entrevistado en 1995 dijo que muchos de sus compañeros estaban sin trabajo, y se sentían resentidos.

Y luego está el caso del Gen. Ramón Espinosa, de 62 años, y jefe desde 1982 del poderosos Ejército Oriental --uno de los tres mandos regionales del país-- y miembro del Buró Político del Partido Comunista. José Quevedo, un general retirado que recientemente desertó en Miami, le ha dicho al instituto de la UM que la relación de Espinosa con Raúl ''no es muy buena'' y que pocas veces se hablan.

Yáñez, que fue el coautor de una novela sobre una violenta ruptura en las filas del ejército tras la muerte de Fidel, dijo que los problemas de Espinosa con Raúl tienen décadas. Espinosa es uno de los curtidos guerreros de las campañas africanas y se irritó cuando Raúl mandó a otro oficial desde Cuba para que fuera su superior en los años 70.

El mismo Espinosa ha negado las especulaciones. El 1 de julio, el periódico oficial del gobierno, Granma, publicó un extenso artículo sobre sus méritos y le preguntó directamente cuáles eran sus relaciones con Raúl. ''Excelentes'', respondió.

<--- De izquierda a drecha: Ramón Espinosa Martín, Guillermo García Frías y ramiro Valdés Gómez y el personal del instituto de UM piensan que el artículo, y la pregunta, pudieran haber servido como una sutil advertencia de que los posibles retadores de Raúl estaban siendo vigilados. Otro desafío pudiera venir de los oficiales más jóvenes que emergerían como ''una poderosa incógnita política'' escribió Latell, si demandan cambios en la largamente estancada jerarquía militar. Todas estas amenazas juntas pudieran significar serios desafíos a la autoridad de Raúl Castro, pero los expertos señalan que lo más probable es que el Ministro de Defensa, el de más largo servicio en el mundo, responda --y responda ferozmente-- a cualquier posible cuestionamiento. La editora Betsy Martínez contribuyó con este artículo. *********************** CUBANET PRENSA INTERNACIONAL Agosto 18, 2003

http://www.cubanet.org/CNews/y03/ago03/18o1.htm

El Nuevo Herald

Regreso de Ramiro Valdés amenaza la sucesión

Pablo Alfonso. El Nuevo Herald

El intrigante retorno del comandante de la revolución Ramiro Valdés Menéndez a posiciones claves con ''importantes funciones ejecutivas'' dentro del gobierno, plantea un serio reto a la sucesión de Raúl Castro, cuando se produzca la muerte del gobernante Fidel Castro, aseguró un experto en asuntos cubanos.

''Ramiro es una figura importante en el proceso de sucesión y transición que se desarrollará en una Cuba postcastro y ya está jugando ese papel'', afirmó Juan Benemelis, ex diplomático cubano, en una entrevista con El Nuevo Herald.

Asaltante del cuartel Moncada y expedicionario del Granma, Valdés, considerado uno de los hombres de línea dura del régimen, tuvo a su cargo la creación de los servicios cubanos de inteligencia luego del triunfo revolucionario de 1959. Fue ministro del Interior durante la etapa más represiva del régimen (1961 a 1969) y ocupó el mismo cargo desde 1978 hasta 1986. En esa fecha fue sustituido también del Buró Político del Partido, aunque siempre ha pertenecido a su Comité Central.

A principios de este año, Valdés fue incorporado sorpresivamente al Consejo de Estado y desde entonces ha dejado progresivamente el anonimato de los últimos años, durante los cuales acumuló un importante poder económico al frente del Grupo de la Electrónica, uno de los más poderosos ''holdings'' estatales del régimen.

''Su notoria enemistad con Raúl [Castro], dificultaría la sucesión de éste, a no ser que existan poderosas razones internas, que hayan obligado a Fidel [Castro] a traer de nuevo a Ramiro [Valdés], que es un hombre de su confianza absoluta'', afirmó Benemelis.

Analista discreto y sistemático de las interioridades del castrismo, Benemelis descarta la creencia generalizada de que el liderazgo cubano "es un sólido monolito detrás de Fidel''.

''Siempre han existido pugnas entre diversos grupos de poder que Fidel ha sabido manejar muy bien, manipulando a unos contra otros'', subrayó. "Fidel los ha convencido de que la suerte de ellos está ligada a la de él, pero cuando éste desaparezca, se producirá el conflicto''.

En Cuba existe un poder territorial, afirma Benemelis, que ejercen los jefes del Partido en cada una de las provincias, nombrados por Castro, que actúan como verdaderos gobernadores con poder absoluto.

''Los jefes del Partido tienen el poder económico, político y social y eso a la hora de una sucesión, cuenta'', subrayó. "Son gangas, son grupos de poder que se mueven de una región a otra con toda su gente de confianza cuando son trasladados''.

Consciente de esa realidad, señala Benemelis, la estrategia del sucesor designado, Raúl Castro, ha sido la de ubicar en los últimos meses gente de su confianza al frente del Partido en las provincias.

''A partir de la desaparición de Castro hasta que comience la transición, va a existir un período de pugnas en estos grupos, durante la sucesión'', indicó.

Aunque los analistas del tema cubano han previsto un sinnúmero de escenarios posibles para el postcastrismo, Benemelis afirma que cualquiera que sea el escenario "no habrá respuestas para solucionar los problemas inmediatos que le va a presentar la población al gobierno de la sucesión''.

''Los sindicatos jugarán en esto un papel importante, porque ellos canalizarán las demandas'', asegura Benemelis.

El movimiento sindical ha sido controlado por Fidel Castro, al igual que el resto de la sociedad cubana, a pesar de lo cual dentro de sus filas se mantiene viva la conciencia reivindicadora del sindicalismo tradicional.

''No será lo mismo con Fidel que sin Fidel, y cuando se celebren las primeras elecciones sindicales, a Raúl se le va de las manos ese control'', dijo Benemelis. "Los sindicatos son el único reducto controlado por el régimen donde la idea de una supuesta democracia se mantiene''.

Autor de numerosos libros sobre Cuba, el más reciente de ellos Las guerras secretas de Castro, Benemelis subraya la importancia que los altos jefes militares tendrán en la sucesión y el papel que juegan en lo que él califica de "poder territorial''.

''El Ejército no es un bloque detrás de Raúl, ahí también hay tantos grupos como en el campo civil'', subrayó.

Otro factor a considerar en el período de sucesión es la Asamblea Nacional del Poder Popular que preside Ricardo Alarcón, por cuanto este organismo tendrá a su cargo legitimar institucionalmente al sucesor.

''Raúl piensa que la legitimidad se la dio ya Fidel, pero eso no es así'', afirmó. "En la Asamblea subsistirán los grupos de poder, con fuerza y con dinero, cuando ya no esté Fidel para controlarlos. Ese será el lugar del debate y por eso Alarcón es el hombre necesario para todo grupo. Cualquier grupo lo va a necesitar''.

Como trasfondo de este escenario en el que se mueven las figuras del régimen, Benemelis afirma que la disidencia jugará un papel esencial en cualquier régimen futuro en Cuba.

''El que no pacte con la disidencia tiene un handicap en la política exterior, tan necesaria para la recuperación económica'', subrayó. "Cualquiera que sea el sucesor, Raúl Castro o Ramiro Valdés, tendrá que pactar con ella y yo creo que la disidencia está dispuesta a pactar la transición, salvo muy pocas excepciones''.

palfonso@herald.com