domingo, noviembre 12, 2006

CUESTIÓN DE FORMAS

Cuestión de formas




Por Pablo Alfonso




Los cubanos se enteraron esta semana, mediante un amplio reportaje publicado en la revista Bohemia, de un escalandoso caso de corrupción ocurrido hace tres años.

Según explicó el semanario, once ejecutivos del consorcio estatal CIMEX, fueron condenados a penas de entre cuatro y 20 años de cárcel acusados de fraude y corrupción, en un caso relacionado con la empresa española, Provimar S.A, que vende artículos para las tiendas libres de impuestos conocidas como Duty Free.

Bohemia no reveló el nombre de los encartados y sólo identificó al principal acusado como Iván a quien se le ocuparon numerosos equipos electrodomésticos, cuatro automóviles y tres cuentas bancarias con un saldo total de $129,000.

Los empresarios estatales del CIMEX arrestados al parecer en 2003, fueron enjuiciados en noviembre del pasado año y condenados bajo cargos de cohecho continuado, malversación, falsificación de documentos, proxenetismo, trata de personas, hurto y contrabando.

¿Por qué la prensa cubana mantuvo silencio hasta ahora? La respuesta es obvia: Los medios controlados por el régimen responden a los intereses políticos del Gobierno y del Partido Comunista. Cuando se trata de informaciones serias no pueden abrir la boca sin permiso.

Como afirmó en una ocasión el gobernante en funciones, general Raúl Castro, en Cuba se publica lo que el Partido considera necesario, en el momento en que sea necesario y en la forma en que sea necesario. Cuestión de formas, dirán algunos. Particularidades de la libertad de prensa en Cuba, como explican en ocasiones algunos condescendientes analistas del tema.

Quizás sería más útil preguntarse ¿Por qué lo publican ahora?. En este caso, aunque la respuesta no sea tan obvia, una interpretación acertada estaría relacionada con casos semejantes de corrupción e ineficiencia administrativa que la prensa oficial ha comenzado ''a descubrir'' y publicar en las últimas semanas.

La información de Bohemia se suma a un reportaje publicado a fines de octubre por el semanario Tribuna de La Habana que da cuenta de cuatro casos de corrupción administrativa. ¿Los delitos? Ventas de botellas de ron al mercado negro; robo y venta de materiales de la construcción; compras ficticias de una empresa estatal para reducir deudas, y pago con dinero de una compañía estatal de diversas compras para consumo particular o para vender.

En resumen nada que no haya sido hasta ahora ''el pan nuestro de cada dia'' en las estructuras administrativas de la dictadura.

Lo que parece evidente es que el aparato de orientación ideológica del Partido, está enfrascado ahora en ofrecer a los cubanos la mayor cantidad de información posible, sobre casos de corrupción y deficiencias en el sistema empresarial del Estado. El objetivo, según algunos, es preparar el terreno para introducir cambios signficativos en el sistema, que liberen del control estatal a pequeñas y medianas empresas del país.

Sin embargo no todas las informaciones divulgadas en esa dirección están al alcance de los cubanos dentro de la isla.

Ese es el caso, por ejemplo, de una entrevista concedida el pasado lunes a la agencia AP en La Habana por Felipe Pérez Roque, ministro de Relaciones Exteriores. La prensa oficial no publicó ni una coma de esa entrevista, en la cual el canciller cubano reconoció también que no existe ninguna garantía de que Fidel Castro, pueda participar en el homenaje que se prepara para celebrar el 3 de diciembre su pospuesto 80 cumpleaños.

De acuerdo con el despacho firmado por Vanessa Arrington, el funcionario reconoció que el gobierno cubano enfrenta cierto descontento y sugirió que algunos cambios podrían despuntar en el horizonte.

"El gobierno cubano y la dirección del Partido conocen y comparten estas preocupaciones sobre ... las dificultades del nivel de vida de la gente", afirmó Pérez Roque, quien agregó que: "Todos nuestros esfuerzos van dirigidos a lograr resolver estos problemas".

Como era de esperar Pérez Roque, apeló al manido tema del 'bloqueo' de Estados Unidos como causa principal de los problemas que confronta la economía y la sociedad cubana, pero dejó también espacio para admitir ''errores'' e ''ineficiencias'' por parte de la administación estatal.

"Requiere nuestra economía que tomemos decisiones para cambiar cosas y arreglar las que están mal? Sí'', admitió Pérez Roque. "Y lo podemos hacer en el momento adecuado", agregó.

Sería bueno que esta entrevista concedida por Pérez Roque pueda también leerse en el país; que los cubanos conozcan, sin medias tintas, lo que opinan sus dirigentes y lo que dicen a las agencias internacionales de prensa.

Mientras tanto hay que confiar en que ese ''momento adecuado'' para reordenar el desbarajuste económico en la isla no se demore demasiado: Los cubanos no sólo lo desean sino también lo necesitan con urgencia. Tanto, como las reformas políticas a las que también aspiran.

palfonso@herald.com