FIDEL CASTRO, CONTRARREVOLUCIONARIO
Nota del Blogguista.
"Contrarrevolucionario es aquel que lucha contra la Revolución. Pero también es contrarrevolucionario el señor que valido de su influencia consigue una casa, que después consigue dos carros, que después viola el racionamiento, que después tiene todo lo que no tiene el pueblo, y que lo ostenta o no lo ostenta, pero lo tiene. Ese es un contrarrevolucionario. A ese sí hay que denunciarlo enseguida y al que utiliza su influencia buena o mala para su provecho personal o de sus amistades, ese es contrarrevolucionario y hay que perseguirlo, pero con saña, perseguirlo y aniquilarlo"
Aplique usted mismo esta definición de contrarrevolucionario a Fidel Castro, y a cualquiera de la élite desgobernante, y saque sus propias conclusiones.
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Castro, contrarrevolucionario
Por Oscar Peña
Es incuestionable para todos los cubanos que la realidad del país exige desde hace muchos años cambios sustanciales y que ha sido un crimen no abrir las puertas y ventanas y transitar hacia nuevos horizontes. El verdadero anticubano, el verdadero contrarrevolucionario es quien se ha opuesto o se oponga a ello. Hasta hoy la bandera de la oposición a la apertura sólo la ha levantado Fidel Castro. Es por ello que en la retórica nacional cubana tiene que darse un intercambio de etiquetas. La de contrarrevolucionarios que ha pegado muy astutamente la máxima e impuesta autoridad de Cuba a los millones de descontentos del pueblo, a la disidencia y al exilio cubano, se la tiene que poner y llevar él. Hace muchos años es el hombre más estático del país y ha sido el mayor y permanente obstáculo a su crecimiento económico, su progreso y oxígeno. En Cuba ha tenido la rienda principal un contrarrevolucionario. El auténtico y real embargo no es norteamericano, es cubano y está disfrazado de verde olivo y de revolucionario.
No estoy ajeno a que la calificación de contrarrevolucionario que estoy dando para el comandante en jefe de Cuba parece algo inverosímil, inaudito, pero es una verdad. El pueblo cubano ha sido estafado. Es muy penoso y duro reconocerlo porque han sido muchos años perdidos. La frustración es grave y profunda porque la gran mayoría depositó tantas esperanzas en él, que cada cubano ha mantenido una lucha interna con su conciencia. Definitivamente la sociedad cubana tiene que admitir que fue superficial para resolver sus males de la década del 50 y que fuimos superficiales después al creer que ese individuo tenía la verdad absoluta y que convertiría a Cuba en el paraíso terrenal. Todo lo que hizo Fidel Castro desde 1953 fue profundamente premeditado para alimentar su enfermizo protagonismo y ego. No hay dudas de que se necesitaba limpiar y retocar la casa nacional, rescatar su cauce democrático y el respeto a su Constitución, pero no hacer una revolución extremista, asesina y radical que se convirtiera en una contrarrevolución permanente. Además antinacionalista. Es inconcebible que el régimen haya querido discutir y hacer pactos con extranjeros y nunca con sus nacionales. Es una pena para Cuba y una derrota para Fidel Castro que por su culpa los triunfos del Miami cubano no hayan sido en Cuba.
Cuando abordo temas dolorosos de mi país quisiera estar completamente equivocado y desearía fuera lo contrario. No se sostendrían estas líneas y podrían ser calificadas de mentiras e injurias si el cuadro de la nación cubana, llegando a medio siglo con Fidel Castro al timón de Cuba, no fuera como lamentablemente es: una sociedad dividida --como nunca había sucedido-- con casi el 20% de su población en el exterior y otro 60 por ciento dentro de la isla fingiendo y lleno de miedo justificado; un pueblo que toda la vida había estado orgulloso de ser cubano y hoy su feo sueño es ser extranjero; un país pequeño que antes tenia 10 prisiones y hoy tiene más de 400; una isla que se presentaba ante el mundo como limpia, bella, alegre, ingeniosa y productiva y hoy todas sus ciudades están arruinadas, sucias y tristes. Un pueblo al que se le ha matado su interés por la vida y el progreso y donde encierran en las prisiones no sólo a críticos pacíficos, sino a los valiosos artesanos, campesinos y la ciudadanía diligente que produce lo que es incapaz de hacer el régimen con sus estructuras. Cuba es desde hace muchos años un país tan sometido, improductivo y gris que desvanece y sepulta sus dos únicos puntos aceptables de la educación y la salud.
Nuestro movimiento disidente y el exilio no debemos aceptar la calificación de contrarrevolucionarios. Tampoco debemos ponernos la etiqueta de revolucionarios porque está muy ligada a métodos violentos, turbulentos y que no han creado soluciones sostenidas. Propongo al pueblo cubano borrar la R y ser evolucionarios: personas adelantadas, que desarrollan las cosas, las ideas. Transformación hacia el progreso, etc.
Ojo: obsérvese que he calificado de contrarrevolucionario sólo a Fidel Castro. He tratado de hacer una evaluación basada en hechos y evidencias. Con el resto de la dirección del régimen nadie sabe lo que hay en la cabeza de ellos. Es conocido que el miedo de las dictaduras totalitarias también paraliza a generales, ministros, diputados y funcionarios de todos los niveles. Es por ello que en estos momentos en que Fidel Castro está mal de salud y en vías de retiro obligado, pido a todos mis compatriotas dentro y fuera de Cuba transmitamos al resto de la alta jefatura del país --incluyendo a su hermano Raúl-- un transitorio beneficio de la duda de 9 meses para que demuestren al pueblo con hechos su voluntad de cambiar la situación del país. Todos deben tener una oportunidad de ser útil para su patria. Así la recibieron un día Gorbachov, Yeltsin, Jaruzelski, Deng Xiaoping y otros y valió la pena el intento. De no dar resultado ampliaríamos la triste lista de los más connotados contrarrevolucionarios de Cuba y sacaríamos con esta real prueba al pueblo de la larga espera y la incertidumbre. Cuba necesita que ellos se pasen a la lista de los evolucionarios.
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