domingo, marzo 04, 2007

CON EL MORIR LA VIDA // MARIO CHANES, EL HOMBRE TRANQUILO

Tomado de El Nuevo Herald.com


Con el morir la vida

Por Manuel Vázquez Portal
Desmiento a Gustavo Adolfo Bécquer. Hay muertos que no se quedan solos. Demasiada vida en ellos. Respiran por los poros de sus pueblos, por los portillos de la historia. Los alimenta su entereza. Viven y pelean. No caben en un sarcófago, en una funeraria, en un mausoleo. Son demasiado grandes. Permanecen en el recuerdo, que es una manera de vivir. Y permanecen por su hidalguía, por su integridad, por su nobleza. Quienes luchan por la libertad, única manera digna de llamarle vida a la existencia, viven por siempre. Un ser humano sin libertad es un cadáver. Y los que batallan por la libertad lidian por brindarles una vida verdadera a todos los que quieren vivirla con decoro.

Dicen que Mario Chanes de Armas murió el pasado 24 de febrero. Lo desmiento también. No está solo ni muerto. Junto a él cabalgan por las maniguas de Baire --machete al aire, sombrero de yarey-- los héroes que en la infancia él aprendió a amar. Junto a él disparan los que amaban una patria que les fue robada después que los pusiera a morir por liberarla. Junto a él se agolpan los que, al saberse estafados, se rebelaron nuevamente. Junto a él se apiñan aquellos que la cárcel no doblegó, que el exilio no desmemorió, que el adoctrinamiento no corrompió. Acúsenme, si quieren, de ensalzar la ''cantidad hechizada'', el acto partisano, pero siento que el verso del himno nacional no es baldío, que al ''morir por la patria'', ``empieza, al fin, con el morir la vida''.

A Mario Chanes de Armas no pudieron matarlo. La locura que fue el asalto al cuartel Moncada no lo dejó abandonado sobre un charco de sangre en la madrugada santiaguera. La cárcel de Isla de Pinos no lo acoquinó. El naufragio que fue el yate Granma no lo tiró ahogado en una playa inhóspita. La traición sí por poco lo mata. Treinta años de cárcel dictados por aquellos que una vez él creyó sus hermanos. Logró sobrevivir. Se elevó en su hombradía y su decencia proverbial. Y era que nos hacía falta y él lo sabía. Por eso no se dejó matar.

Vivió hasta la ancianidad venerable. Desmiento entonces a los antiguos griegos. No se dio el lujo de morir temprano, aunque era un elegido de los dioses. Quiso acompañarnos. Fue, con guijarros del alma, con tiras de su piel, con años de su vida, dejándonos sus huellas en el camino para que no equivocáramos la ruta. Acúsenme ahora de teleológico. Pero hay hombres que se necesitan para que no erremos el sendero.

Y porque quiso acompañarnos es que en este instante estamos todos junto él. Yo vi frente a su féretro a un joven sonriente que venía a rendirle tributo. Lo confundí con Regis Iglesia, luego creí que era Pablo Pacheco, más tarde supuse que era Normando Hernández, todos escapados de las cárceles cubanas para venir a despedir al maestro, pero era Pedro Luis Boitel, que desde su eterna juventud llegaba para recordarnos la mocedad con que Mario Chanes de Armas comenzó a sufrir por la patria.

Porque quiso acompañarnos es que no faltó nadie. Yo vi frente al ataúd a otro anciano, de esos que dan ganas de abrazar, y creí que era Héctor Maseda, luego, por la altura, lo confundí con Héctor Palacio, después supuse que se trataba de Carmelo González, pero era Gustavo Arcos Bergnes, que vino a reunirse otra vez con su amigo para recomenzar juntos la lucha.

Quiso acompañarnos y nos reunió. Yo vi, entre las luces que despedía el catafalco, a un negro rotundo y corajudo como aquellos de los viejos palenques, que apretaba las manos en un gesto de rabia cimarrona. Lo confundí con Jorge Luis García Pérez, Antúnez, luego creí que era el doctor Oscar Elías Biscet, más tarde supuse que se trataba de Iván Hernández Carrillo, pero era Eusebio Peñalver Mazorra, todo luz él mismo, que levantaba una antorcha para que viéramos mejor la estatura de Mario.

Nadie faltó a la cita. Era Mario Chanes de Armas quien convocaba. Allí estaba, fuerte como un arrecife, dispuesto a no morirse hasta después que regrese la libertad a la patria, Roberto Martín Pérez. Estaba, pedagógico y lúcido, el comandante Húber Matos. Alta, como una espiga madura, estaba Silvia Iriondo. Dolor contenido y ojos húmedos estaba Angel de Fana. Y estaban sus hermanas y sus sobrinos viendo como, en una especie de frenesí desenfrenado, había crecido la familia, tanto que desbordaba la imaginación. Y fue cuando, atónitos, vimos llegar al hijo de 22 años, perdido sin haberlo conocido, que llegó, orgulloso, a abrazar a su padre ya en la eternidad.

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MARIO CHANES, EL HOMBRE TRANQUILO

Mario Chanes cumplió íntegramente su sentencia de 30 años de prisióncomo preso político en las ergástulas de la dictadura de Fidel Castro

Por Mari Paz Martínez Nieto *
Colaboración
La Nueva Cuba
Marzo 2, 2007

He escrito tantas veces sobre la vida de Mario Chanes, en un humilde intento de mejorar sus condiciones de vida en prisión, que ahora, me resulta extraño a la vez que doloroso, escribir sobre su muerte.

Por la libertad de Mario, por el reconocimiento de su situación, por sus penurias carcelarias como preso Plantado, por su valentía, por el derecho que le asistía a dejar la cárcel grande, después de pasar treinta años en las prisiones cubanas, fueron innumerables las ocasiones en las que su nombre y sus penosas circunstancias fueron denunciadas ante Naciones Unidas y ante todo tipo de organizaciones internacionales de derechos humanos.

En un momento de lucha, de los muchos que debimos padecer para dar a conocer la realidad del presidio político en Cuba, aquí en Europa, organizamos una campaña con italianos, franceses, suizos y españoles, reclamando para él, el triste derecho de ser reconocido como el preso más antiguo del mundo.

Este penoso privilegio, lo reclamamos para Mario, por encima de la propaganda exhaustiva de los medios internacionales celebrando la puesta en libertad de Nelson Mandela, mientras Mario se consumía olvidado y solo, en la prisión del Combinado del Este.

.Aquella campaña consistió en enviar miles de tarjetas con la foto de Mandela y una pequeña leyenda que decía No, yo no soy el preso más antiguo del mundo. El preso mas antiguo está en una prisión en Cuba, y se llama Mario Chanes de Armas.; en estos dias ha cumplido 28 años y siete meses de cautiverio”. En el reverso de la tarjeta se pedía la libertad para Mario.

Tuvo una enorme repercusión, y me consta porque periodistas de distintos medios y países, nos reclamaban información sobre Mario, y algunas noticias salieron publicadas Lo cual, para los tiempos que corrían, no fue poco.

Pocos meses más tarde, una delegación de Amnistía Internacional con su Secretariado General al frente, realizó una visita a las cárceles cubanas La primera en treinta y un años de dictadura castrista.

Amnistía Internacional comprobó que existían las celdas tapiadas, hecho que había sido sistemáticamente negado por el Gobierno cubano en Naciones Unidas. A instancias de Mario y del grupo presos políticos del Combinado del Este, los miembros de AI entraron en una de esas celdas tapiadas. Las palabras de quienes permanecieron no más de dos minutos, en aquel cubículo infernal, fueron: “Qué horror, esto es increíble! por favor, no vayan a cerrar la puerta! “

Efectivamente, debió parecerles increíble aquello que vieron, a los miembros de Amnistía Internacional, porque las denuncias de los presos Plantados y sus súplicas para que se hicieran públicas, jamás vieron la luz.

Mario Chanes cumplió íntegramente su pena: 30 años.

En prisión conoció la muerte de su único hijo, la de sus padres, y de tantos compañeros y amigos, que llego a perder la cuenta. En prisión, ¡lo perdí todo!- sostenía con cierta amargura.

Conocí a Mario a los pocos meses de su llegada a Miami en el año 1993.Una vez o dos había hablado con el, desde Cuba, cuando esperaba pacientemente su permiso de salida de la Isla.

Luego estuvimos en Ginebra, en España, en Washington y en algún otro lugar, siempre denunciando la situación de los derechos humanos en Cuba.


En la Universidad de Navarra, tras una Conferencia sobre el presidio político, una estudiante preguntó:

-Sr. Chanes de Armas, usted habla de derechos humanos a su entender, ¿cuál es el mayor “pecado” que el ser humano puede cometer?

- Para mí, respondió Mario, sin ninguna duda, no hay mayor pecado que la traición.

-Castro, ¿es un traidor? Insistió la alumna

-Lo es. Castro ha traicionado a amigos y adversarios, a familiares y a colaboradores. Pero mire, sobre todas las cosas, Castro ha traicionado las esperanzas de todo un pueblo; el pueblo cubano, mi pueblo, y eso es tremendo.

Nosotros no vivimos para el rencor ni la venganza, pero cuesta perdonar la traición

-Y los treinta años de prisión?

-Bueno, eso fue simplemente el precio de mi libertad. Y por no traicionar, precisamente, los principios por los que luchamos. Nuestro nombre de Plantados, viene a significar eso, verticalidad en nuestros principios.

- ¿Y qué podemos hacer nosotros por Cuba?

- Ustedes pueden hacer mucho, pero sobre todo, no olvidarnos.

No se olviden del pueblo de Cuba que lucha dentro y fuera de las cárceles, porque olvidarnos, es dejarnos morir.

Parece que fue ayer cuando le escuchaba estas palabras, y estoy aquí, escribiendo de su muerte.

Desde la tristeza y por el ejemplo de vida que nos ha dejado, voy a seguir su consejo, y no voy a olvidarle.

Mario Chanes fue un buen cubano, un buen amigo, un valiente luchador, pero sobre todo fue, un hombre bueno.

Descanse en Paz

Firmado

Mari Paz Martínez Nieto.

Para La Nueva Cuba.

Madrid Febrero 26 de 2007
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* Mari Paz Martínez Nieto nació en Madrid (España). Es una luchadora infatigable en pro de los derechos humanos. Es fundadora y presidenta de ASOPAZCO (Asociación por la Paz Continental), que agrupa a los Comités Pro Derechos Humanos de Cuba en Europa e Iberoamérica. "Cuba: El abrazo imposible", fué su primer libro en el que relataba las vivencias acontecidas durante los años de su trabajo en defensa de los derechos humanos. La autora participa activamente en organizaciones e instituciones internacionales siempre vinculada a la defensa de los derechos fundamentales del ser humano. Ha viajado incesantemente por Iberoamérica y participado como ponente en varios congresos sobre derechos humanos en Italia, Rusia, Alemania, Suiza, España, Uruguay, Argentina, Brasil, Chile y México. Ha publicado artículos sobre su trabajo en defensa de los derechos humanos en medios de comunicación de Europa, Estados Unidos e Iberoamérica.