sábado, marzo 31, 2007

LA SOLUCIÓN CUBANA

La solución cubana


Emilio Ichikawa

Como muchos cubanos (incluyendo diligentes miembros del Comité Central del Partido y altos premios de la Casa de las Américas), leo con interés todo lo que publica el maestro y amigo Carlos Alberto Montaner; sus cuentos irónicos, inteligentes artículos y amable correspondencia, plena de sabiduría y sentido del humor. Hace poco leí un texto suyo donde, después de caracterizar lo que sería el pensamiento neoliberal latinoamericano, se atrevía a hacer una lista de sus máximos representantes. Cuando llegó el turno del recuento cubano quedé un poco insatisfecho: lo que Carlos Alberto Montaner considera pensamiento liberal cubano no es más que la fachada de actualidad que usa la ideología anticomunista criolla para hacerse presentable en el mundo contemporáneo.

En el caso cubano no se trata de filosofía ''pragmaticista'' (como muy bien precisan los jóvenes ''neoemersonianos'' Antonio Lastra y José Manuel Esteban, genios valencianos) ni de economía política liberal, es más bien retórica libertaria que se va degradando desde el revolucionarismo, al antidictatorialismo, al anticastrismo y por último al antifidelismo. Todas estas variantes arrastran consigo los peores males del funcionariado ideológico, desde la servidumbre hasta la contrafactualidad.

El llamado pensamiento neoliberal cubano contemporáneo ha caído en la trampa de la ''transferencia utópica''. Todo el potencial salvífico que antes ponía en el partido o en la revolución, lo deposita ahora en la empresa. Donde el comunismo dice ''horizonte'' escríbase ''mercado'' y ya encontrará la esencia de esa prédica.

Los neoliberales cubanos aceptan sin rubor teórico el concepto de ''solución nacional'', reduciendo por demás el asunto a la cuestión política. Apenas toman en cuenta que, en efecto, ya existe solución cubana, y que al menos el 10% de la población ha optado como remedio por la emigración y el exilio, lo que la hace una comunidad racional postmoderna.

Lo que no acaban de ver estos ideólogos y algunos de los nuevos políticos es que tal vez la llamada ''solución cubana'' no es necesariamente una solución ''política'', y tampoco una solución ''nacional''. Cuando la nación no se puede salvar, cuando demasiados años de mala política y enfermedad moral malogran una posibilidad de convivencia histórica, entonces las expectativas deben centrarse en ámbitos más tangibles como la provincia, el municipio, la familia.

De hecho, no es Cuba en abstracto la que está mal, sino una parte bien específica de la misma. Municipios como Varadero, Camarioca y Viñales son relativamente prósperos. Isabela de Sagua es políticamente más contestataria que el propio Miami, mientras otras regiones están más sumidas en la indiferencia que en la esclavitud. Por su parte el exilio (que no es una alternativa ''escapista'') ha encontrado su solución, incluso su solución de tipo político, toda vez que se puede entender como una anexión radical del cuerpo, único estado soberano cuyas fronteras fueron bien delimitadas por Hegel: de la piel para dentro.

Adiferencia de socialistas y neoliberales creo que Cuba sí tiene solución, pero es algo que cada cubano debe encontrar fuera de lo nacional y, sobre todo, más allá o más acá de lo político.