NADA NUEVO BAJO EL SOL Cuando se traficaba marihuana en la Sierra Maestra
Por Juan Vives
Mediterráneo
Si muchos se asombran que las FARC de Colombia sean una guerrilla de narco-ttraficantes, esta simbiosis entre traficantes y guerrillas marxistas no data de ayer, como tampoco lo fué cuando se reveló el tráfico de drogas en el caso Ochoa y otros oficiales
Uno de los grandes secretos de la revolución es su complicidad con el tráfico de marihuana desde la Sierra Maestra en los primeros meses de la guerrilla, que sirvió de financiamiento y apoyo militar hasta que se fortalecieron las tropas, se recaudó dinero vía los famosos “Bonos del 26 de julio” y el impuesto de diez centavos por saco de azúcar producido, que Fidel Castro impuso al sector azucarero en la provincia oriental.
Siempre se han querido esconder estos hechos y sobre todo presentar a su principal personaje, Crescencio Pérez, que se presntó como un líder campesino, cuando en realidad era un bandolero, cuatrero, y productor y traficante de marihuana con grandes plantaciones en la Sierra Maestra..
Los que ahora nos quieren presentar como grandes figuras históricas de la revolución, no eran otra cosa que vulgares traficantes de marihuana y verdaderos bandoleros y criminales.
Después del desembarco del yate expedicionario Granma, que el Ché Guevara describe como un naufragio, Fidel se queda con un puñado de hombres dispersos en la Sierra Maestra, hambrientos, mal armados y aterrorizados. Aquí es donde se produce el encuentro salvador entre traficantes y guerrilleros.
Crescencio Pérez era un conocido bandolero, cuatrero asesino con varias muertes en su conciencia y sobre todo productor y traficante de marihuana. Al enterarse del desembarco y que exixtía un grupos de rebeldes diseminados por la Sierra, envía a su encuentro a uno de sus hombres, el arriero de mulas Guillermo García, que era uno de los que bajaban los cargamentos de marihuana hasta zonas en donde se podía cargar los camiones.
¿Héroe de la revolución? No, traficante de marihuana al servicio de Crescencio Pérez.
Según la historia de la revolución fué el primer campesino en unirse a la tropa y hasta le propuso a Fidel ir hasta el lugar del desembarco para ver si podía recuperar algunas de las armas perdidas.
En realidad fué Crescencio quien le ordenó ir a buscar las armas que encontrara para armar a la gente de su banda.
Por una parte Crescencio vió al puñado de rebeldes como una fuerza de apoyo que haría dudar a las tropas de la Guardia Rural de subir hasta los lugares más inhóspitos de la Siera Maestra en donde tenía sus plantaciones de marihuana y del otro lado Fidel supo que sin la ayuda de este hombre estaba perdido. En definitiva su pasado de gangster universitario no le removía la conciencia en crear una simbiosis con un bandolero, con el bandolero de más renombre en la Sierra.
Crescencio los escondió, les dió que comer para que no se murieran de hambre y les sirvió de guía. Sus contactos fueron en varias ocasiones a recoger dinero que les mandaba Angel el padre de Fidel
Finalmente el 2 de marzo de 1957, Crescencio Pérez se suma a las tropas definitivamente con dos de sus lugartenientes,Vitalio Acuña y Hermes Cordero.
Este fué el nücleo de los primeros bandoleros y traficantes de drogas que salvaron a Fidel y sus tropas en la Sierra Maestra.
El tráfico de marihuana desde la Sierra Maestra duró hasta que Celia Sánchez subió a la Sierra Maestra y reprendió duramente a Fidel que se justificó exponiendo que fué su única salida para sobrevivir.
Crescencio fué nombrado Comandante de la revolución y hasta tuvo una tropa bajo sus órdenes en otra zona, lejos de la Comandancia de Fidel, desde donde continuó traficando la marihuana de su plantación. En este negocio a parte, Fidel siempre se hizo de la vista gorda.Ya no necesitaba el dinero del tráfico y otros campesinos que se unieron a la tropa podían servir de prácticos.
Crescencio se alzó con tres de sus hijos.El primero cuando enviaron a miembros del Ejército Rebelde a construir una escuela de formación de maestros en el Caney de las Mercedes,se escapó y fué a parar a Costa Rica con un sobrino de Vilma Espin.
El otro que era piloto de helicópteros cuando la zafra de 1970 dijo que él no iba a cortar caña para nadie y lo licenciaron de las fuerzas armadas; en cuanto al tercero no sé donde fué a parar.
Todavía en los primeros meses de la revolución Crescencio seguía traficando marihuana que llegaba en gran parte a La Habana con la complicidad de Efigenio Ameijeira.
Al triunfo de la revolución Celia no quiso que ocupara ningún puesto y lo condenó a un cierto ostrcismo. Le dieron una finca en Oriente, con la prohibición de continuar su plantación y tráfico de marihuana. El Ché se encabronó con Efigenio que seguía con sus marihuaneros en la Policía y lo tronó. El escándalo público fué enorme y lo acusaron publicamente con el eufemismo de “Dulce Vida”.
En cuanto a Crescencio se contentó con la enorme finca que le habían dado, pero siempre fuera de la ley.
En la cerca que delimitaba el latifundio de Crescencio con la carretera, se podía ver semanalmente un cartel: ”SE VENDE CARNE DE RES Y DE CERDO LOS DOMINGOS”; mientras que al que cogieran matando una res o vendiendo carne era condenado hasta 20 años. El bandolero de la Sierra hacía lo que le daba la gana. Frutas, legumbres, viandas...en fin todos los productos agrícolas eran vendidos en su finca a precio de "bolsa negra" sin que nadie jamás interviniera.
El viejo con su inseparable sombrero de vaquero y un revólver 45 a la cintura, hacía la ley en las tierras orientales. Es verdad que nunca más produjo ni traficó de marihuana, pero historicamente fué el bandolero que salvó la vida de Fidel y su puñado de sobrevivientes que deambulaban por la Sierra como almas en pena.
Cuando ví la supuesta indignación de Fidel por el "Caso Ochoa" y los otros implicados en el tráfico de drogas, me dieron ganas de reir, como si fuera la primera vez que Fidel utilizaba a su beneficio el tráfico de drogas.
Sus primeros combatientes salidos del corazón de la Sierra Maestra que le salvaron la vida fueron bandoleros de lo que hoy pudiera considerarse como “EL CARTEL DE LA MARIHUANA DE LA SIERRA: Guillermo García, arriero de mulos de la banda, Vitalio Acuña y Hermes Cordero, lugartenientes del bandolero en jefe Crescencio Pérez.
( Guillermo García )
No será ni el primero ni el último episodio de la historia de la revolución retocado y retransformado para embellecer las verdades que no quieren que se sepan.
Crescencio Pérez pasó a la historia como líder campesino...el traficante de marihuana, cuatrero,ladrón, bandolero y cuantas fechorías puedan imaginarse; éste fué el hombre que salvó la revolución.
Los Pancho Villa no solamente existieron en México.
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