domingo, mayo 20, 2007

SUMAR Y MULTIPLICAR NUNCA DIVIDIR ACLARACIONES A ANA MENENDEZ

Sumar y multiplicar, nunca dividir


Por Mercedes Soler

No me considero una persona reaccionaria. Tampoco me dejo llevar por lo que la sociedad considere políticamente correcto. Trato de analizar más allá de las frivolidades antes de tomar posiciones. Mucho menos me interesa atacar, ni a personas ni a grupos. Prefiero adherirme a la consigna de José López-Neira, un lector de 90 años que me escribe a diario, quien se despide diciendo, ''sumar y multiplicar, nunca dividir''. Considero que los veinte años que llevo en el periodismo me dan autoridad para hablar de la responsabilidad que requiere el derecho a la expresión. Defiendo la prensa libre, pilar fundamental de la democracia. Las opiniones encontradas, controversiales y discrepantes deben tener lugar en cualquier sociedad abierta. Pero hace tiempo que el canibalismo dejó de ser tolerado en un estado civil.

( Ana Menendez )

En su columna del miércoles, mi colega Ana Menéndez ofende al exilio histórico cubano. Trivializa el sufrimiento, sacrificio y lucha que han representado nuestros 48 años de exilio, mancilla la memoria de las 41,700 personas que, según el Archivo Cuba, han perdido sus vidas debido al gobierno castrista, los otros miles de hombres y mujeres que han cumplido y siguen cumpliendo prisión por exigir la libertad de expresión que ella tan frescamente despilfarra, y se une a la retórica comunista al dirigirse a nosotros como la mafia cubana. Por último, nos ordena tragarnos nuestro dolor. Todo esto lo hace en inglés, porque de no ser sus padres exiliados como todos los cubanos aquí ella probablemente no hubiese nacido en Estados Unidos y entendiese mejor la historia de sus antepasados.

No me corresponde contestarle a la señora Menéndez a nombre del exilio histórico, el de mis padres y el de los suyos. Lo hago a nombre de nuestra generación, la que obligadamente nació, o se crió, alejada de su tierra porque esos viejos que ella hoy llama cansados, desposeídos y reducidos a actos patéticos de autoparodia tuvieron la valentía de un día saltar al vacío, abandonar a sus seres queridos, intentar una nueva vida sin dinero ni conocimiento del idioma. Esos mismos viejos, en el más trágico de los casos, hasta enviaron a sus niños a Miami solos, en la Operación Pedro Pan, con tal de que tuvieran, como ella, la oportunidad de pensar libremente.

Para los que prefieren no ahondar sobre el significado de la palabra exilio, que no se aproxima ni remotamente a la de inmigrante, los cubanos de aquí nos convertimos en presa fácil de ridiculizar. No falta el día que no oiga a otro hispano fingir acento cubano y soltar en tono de burla el ''oye, chico, qué volá'' para disfrazar rivalidad con solidaridad. A los triunfadores todos los quieren destronar. Es que la comunidad cubana, en su mayoría, ha llegado a Estados Unidos a integrarse en el proceso educativo, laboral y político. De acuerdo a estadísticas del censo estadounidense, los cubanoamericanos representamos casi un 4% de los 45 millones de hispanos de este país. Aun así, obtenemos más grados universitarios que los propios anglosajones, alcanzamos mayores ingresos anuales en promedio que ellos y más del 50% por ciento de los hispanos ricos de esta gran nación son cubanos. Nuestra influencia es palpable en los medios, las ciencias, las artes, las finanzas, el Congreso, el Senado, el país. Y todo esto fue forjado en menos de 50 años, en condiciones adversas y gracias al gigantesco esfuerzo del exilio histórico cubano. Muchísimo más pudiésemos haber logrado en una Cuba democrática.

A través de los años he leído con admiración y hasta fanatismo las columnas de muchos columnistas en inglés. Anna Quindlen de Newsweek le habla a mi condición de mujer, Ana Veciana-Suárez del The Miami Herald toca mi corazón de madre. Dave Barry me pone en contacto con la niña que llevo dentro. Leonard Pitt es mi conciencia ante las injusticias raciales. Y recalco de este último, ganador del premio Pulitzer, el hecho de que cuando resalta la parte vil de su comunidad afroamericana, algo que hace a menudo, no se ensaña con mofa ni con veneno. La aborda de hermano a hermano.

( " El Refugio ", hoy Torre de la Libertad )

Criticar la nostalgia de la generación de Agustín Tamargo, Guillermo Cabrera Infante y tantos que viven o murieron aferrados a la idea de una Cuba democrática y soberana es un acto cruel. No se trata de estar de acuerdo o no con quienes deseen boicotear aquello que les ofende, sino de reconocer que están en su derecho de hacerlo aquí a sabiendas de que en Cuba les costaría la cárcel. Criticar que no tengan el valor para enfrentarse a multinacionales es simplista. El exilio ha desafiado a Benetton, a CNN, a los hoteles Meliá y a muchos otros. Oponerse en este tema una Menéndez y una Soler es fratricida. Amarga posdata para otro 20 de mayo en el exilio cubano.

mercedesenelnuevo@gmail.com
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Aclaraciones a Ana Menéndez

Por Alicia Bencomo
( correo que nos llegó vía Enrique Artalejo )

Me refiero única y exclusivamente a Ana Méndez, para aclararle ciertos puntos que parece que ella no conoce, o tal vez sea una ignorancia de ella, o una de tantas barbaridades que dice, pues la culpa no puede caer en el suelo, y creo que su insulto al pueblo cubano en el exilio, no tiene bajo ningún concepto para personas adultas ni tiene algún significado basado en ninguna verdad.

Vamos a empezar por decirle, que cuando se refiere a nosotros como Mafia Cubana, nosotros, jamás hemos pertenecido a ninguna mafia, ya que somos personas responsables.

( Con esta ¨riqueza¨ material llegamos a este país; Camarioca 65 )

Segundo le diré, que lo que ella dice, que somos una banda de viejos amargados, se equivoca.

Nosotros, primeramente somos lo que le hemos puestos sabor a Miami, con nuestra alegría, nuestra música, nuestra manera de ser, locuaz, comunicativa, sencillos y con un sentido de humor extraordinario.

Tercero, dice que nos hemos cansado por tantos años en el exilio. Precisamente otra equivocación de ella.

Al contrario, por nuestra fuerza moral, Miami es hoy lo que es, en fabricación, comercios, lugares nocturnos, comercios, joyerías, finanzas, tenemos niños de todas la edades en juegos de pelota, básquet-ball, y tenemos en todas partes del gobiernos personas que nos representan.

No nos hemos cansado, pues educamos a nuestros hijos hache, le dimos carreras, que hoy son personas educadas y de talento, hablan y dominan el idioma Ingles y el español sin acento, y nuestros nietos, igual siguen las mismas raíces que sembramos en nuestros hijos.

La batalla nuestra a sido ardua pero triunfante, porque hemos hecho lo que jamás ningún pueblo exiliado ha hecho, a conquistado a un país en sus costumbres sin dejar la nuestras, ya que las nuestra son las que queremos, sin dejar de agradecer por un momento la oportunidad que nos ofreció este país donde gracias a El, hoy vivimos en libertad y decencia y con mucha dignidad. Somos orgullo de toda América Latina, somos orgullo donde quiera que vamos, somos admirados, porque aun, pasando tanto tiempo alejados de nuestra patria es nuestro coraje mantenemos nuestras raíces vivas y que jamás morirán en nosotros.

Otra cosa quiero decirle a Ana Méndez, que se acuerde que nosotros dejamos a nuestra patria por razones políticas jamás porque se nos hubiera ocurrido salir de Cuba, porque Cuba para nosotros era lo más grande que teníamos. Así y todo llegando tristes, llegando con lagrimas en los ojos, por dejar aquello, que nos vio nacer nuestra tierra nuestros paisajes, nuestros mares y nuestros paisajes y muchos a sus familiar, nos levantábamos y seguimos, nuestro paso hacia delante, mirando a Cuba de lejos pero queriéndola mas que nunca, pero aquí no nos rendimos por el contrario, empezamos haciendo de cuanto trabajo había no importaba, el caso era tener que comer y tener una vida decente. Miami era una ciudad de turistas nada mas en aquel tiempo, me refiero a los anos 60, cuando yo llegue aquí.

Ahora Miami brilla, solo porque el cubano la ha hecho brillar con el esplendor que llevamos dentro.

Ese esplendor que no se acaba, porque si por alguna casualidad, alguno de nosotros cae, ahí están nuestros hijos en nuestros puestos, pues por eso su sangre es cubana y saben muy bien sus raíces y se sienten muy orgullosos de que sus padres vinieron de Cuba, es más que nos admiran, porque brincando obstáculo hemos avanzado, como ningún otro ciudadano de otros países han hecho aquí, Miami, es hoy nada mas y nada menos que un latir cubano de fruta fresca, de mango, de ajonjolí, de pan con bistec, de medias noches, de comida internacional, que si quieres disfrutar un plato sabroso vete a comer a un restaurante cubano y ya veraz nuestros postres y la delicias de los cocineros.

La próxima vez, que decidas hablar de Miami, piensa en esto, no difames ni engañes, pues a nadie puedes engañar, nuestra altura es muy grande para que nadie la aplaste y menos con calumnias.

Apréndete la lección que ni tu puedes enfrentarte a ningún cubano o cubana, pues te dejaríamos muy pequeñas y con nuestra sabiduría te dejaríamos fuera de muchos temas que tu no conoces, no hables de los cubanos, porque no nos conoces, empieza primeramente, el día que se te ocurra hablar de un cubano, coge una enciclopedia y te darás cuenta que lo único que hemos dado es cultura, jamás ignorancia.

Alicia Bencomo

fdon18@comcast.net