LA HORA DE LOS REFORMISTAS
Nota del Blogguista
Dirk, ¿ y si están usando a Mariela ? ¿ Y si Mariela es un factor familiar para mediatizar la democratización de Cuba y que la familia pueda mantener sus fortunas y privilegios ante un cambio no profundo de la situación cubana ?.
Las ideas de Mariela, hasta ahora, no tienen nada de subversivas ; ni siquiera llaman a un cambio radical o urgente desde la cúpula gubernamental que encabeza su padre. cualidades que, al menos una de ellas, requiere el cambio para el pueblo cubano .
Tomado de Cuba Encuentro.com
La hora de los reformistas
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Dos entrevistas y un mensaje: ¿Será Mariela Castro Espín el legado de Raúl al país?
miércoles 8 de agosto de 2007 6:00:00
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Por Dirk Van den Broeck
Bruselas
La última entrevista a la hija de Raúl Castro, realizada por la agencia española EFE (Mariela Castro: Cuba está preparada para transformaciones con y sin Fidel), es la segunda enteramente política que concede Mariela Castro Espín. Pero al coincidir con las vacaciones de verano, ha perdido desafortunadamente el efecto masivo que merece. La primera sí tuvo gran resonancia internacional porque apareció en el mes de abril en el diario español El País ("Fidel es un revolucionario, Franco era un fascista").
( Dirk en Madrid, el 10 de octubre de 2005 )
Un día sabremos en qué medida Raúl Castro ha sido cómplice de su hija y/o viceversa: resulta evidente que esta mujer goza de cierta independencia espiritual. Si se deja "usar" por su padre, podría ser solamente por la convicción íntima de poder expresar las ideas que le son caras, y más o menos de la manera que elija. Si Raúl Castro, por segunda vez, no la ha llamado al orden, no está totalmente inconforme con sus declaraciones. Y el general debe saber muy bien que su hija ya está explorando horizontes poco ortodoxos.
Si Fidel es castrista y Raúl nacionalmarxista, Mariela parece reformista. Además, no parece dueña de su dinámica político-mental: da la impresión de ser lo suficiente receptiva para evolucionar, dejando entrar los estímulos de la realidad y pesquisando pedacitos de verdad en los contactos y la lectura no-partidistas —¡ella sí debe tener acceso a Google!—; no como una oportunista mediocre (que abundarán en el proceso venidero), sino defendiendo ciertos principios éticos que, a pesar de todo, debe haber heredado de sus dos padres, aunque de manera muy torcida.
( Mariela Castro Espín (al centro), durante los funerales de su madre, junto a los miembros del Politburó Esteban Lazo (izq.) y Carlos Lage. (AP) )
Esta mujer tiene la ambición de contribuir, al menos, a la aceleración de los hechos. Mariela Castro Espín vuelve a atacar por segunda vez en tres meses, con casi el mismo mensaje; aunque esta vez se despide sin tabúes de Fidel: "La preocupación que todos teníamos de perder a nuestro líder ahora la tenemos más cerca".
Ciclón con cabeza dura
¡Sublime la manera en que se distancia de su tío en las citadas entrevistas, sin que éste le pueda reprochar abiertamente una sola palabra malévola! (¿o le ocultarán estas noticias?).
-"Las personas cuando envejecen tienen que dejarse cuidar, que es lo que nunca dejó Fidel. Fidel se dedicó siempre a cuidarnos".
-"Su autoridad moral es tan grande y sus planteamientos tan bien argumentados, que se tienden a asumir. Resulta difícil pensar en otras alternativas".
-"Es un ciclón, pero también una cabeza dura" (abril de 2007).
En abril de 2007, Mariela declaraba que desde junio de 2006 no había visitado a su tío. Tan íntima no puede ser su relación con Fidel.
En las dos entrevistas apenas le atribuye un elemento positivo al gobernante. Lo encuentra, sí, impresionante ("un ciclón"), pero hay sobre todo compasión. Enumera indirectamente todos los defectos caracterológicos de Castro I, citando las "virtudes" que atribuye a su padre y que son justamente las que importan para poder dirigir un país.
Es obvio que quiere profundamente a su padre y sorprendería si esto no fuera recíproco., Raúl probablemente la admire por su relativa "independencia de espíritu" (que el sistema niega a los cubanos de a pie), la consulte y, sabiendo que a él tampoco le queda mucho tiempo, quiera dejarla como legado al país y, de paso, asegurarse un lugar honrado en la historia de Cuba.
¿Quién más idóneo que su hija para suavizar los recuerdos ásperos, resaltar lo positivo, tratar de hacer perdonar o olvidar las estupideces y atropellos contra los derechos humanos que pueda haber cometido en su vida, y salvar su honor personal?
Es real el riesgo de promover a su hija joven y audaz, a la que admira como padre: se le puede escapar de la mano castrista. Pero, ¿no preferirá Raúl este riesgo conocido a la certidumbre de que el inmovilismo castrista mantendrá a Cuba en la ruina permanente, para terminar en el caos y "la contrarrevolución" lisa y llana?
¿No sería una catarsis para el padre si Mariela, como miembro de la familia Castro, contribuyera (no sólo simbólicamente) a la reconciliación entre los cubanos?
Más aun que en la primera entrevista, da la impresión de que Mariela Castro se siente lo bastante decidida para pedir "medidas económicas, mejoras sociales y perfeccionamiento de los mecanismos de gobernabilidad para hacerlos 'más funcionales', con el objetivo de hacer al pueblo cubano más responsable de su realidad".
( Dirk, Pedro Corzo y este blogguista en un almuerzo efectuado durante un evento patriótico en Madrid )
Desde luego, presenta estratégicamente los "cambios estructurales necesarios" como conformes a la línea de Fidel —¿qué más se puede esperar en este momento?—.
En ningún momento Mariela Castro expresa un anatema contra la introducción de mecanismos de mercado, ni advertencias fundamentales contra el "peligro" de mecanismos democráticos, pero sí formula algunas garantías.
Sin noticias de Chávez
Cuando en abril pasado El País la pulsó sobre el pluripartidismo, Castro Espín respondió con la siguiente herejía contra la ortodoxia comunista: "Para Cuba, ahora mismo, en estos momentos, creo conveniente el partido único". ¡Sus reservas no podrían ser más circunstanciales! Y sigue Mariela: el partido único "es lo que ha permitido mantener su unidad como nación soberana e independiente y sus conquistas sociales".
Desde la prudencia y el optimismo podrían interpretarse sus palabras de la siguiente manera: si se garantiza, no el mantenimiento del superado sistema comunista, sino una soberanía real respecto a EE UU y la democracia social (para no decir la socialdemocracia), un día podremos reconsiderar el asunto de la democracia plena, profundizado con elementos participativos que ya queremos introducir.
En general, llama la atención que las dos entrevistas se dedican casi por completo a asuntos internos, con una sola referencia a "esa transición ridícula que están planteando los norteamericanos [léase Bush] muy oportunistamente y la gusanera [léase la oposición interna y el exilio]". La expresión castrista "gusanera" es la única palabra que afea un discurso por lo demás muy civilizado.
Dicho sea de paso, en ambas entrevistas la "ingrata" Mariela pasa por alto a Hugo Chávez, cuando este último es quien mantiene parcialmente la Isla funcionando con sus subsidios y su apoyo político. El plagio del lenguaje y las gesticulaciones de Fidel, a cargo de un grosero Hugo Chávez, deben producir náuseas a Raúl; para no mencionar el efecto adverso que es de suponer provoque en la sensible psicóloga Castro Espín.
Tarde o temprano, Chávez podría convertirse en una molestia para La Habana, por comprometer un entendimiento con Washington. ¿No dijo Raúl Castro el 26 de julio que "hacer concesiones unilaterales… no forma, ni formará parte, del estilo de los patriotas y revolucionarios cubanos"? Esto se podría interpretar así: después de Bush sí queremos hablar sobre concesiones bilaterales.
'Lo dice la hija de Raúl'
Las entrevistas concedidas por la hija de Raúl Castro son prueba de que ya empezó el proceso de lucha por el poder entre reformistas, semirreformistas, duros y semiduros, oportunistas del futuro y del pasado.
Dice Mariela: "No todos los dirigentes saben encaminar los procesos participativos, y es una lástima". Por el momento, el debate —si es que lo hay— se lleva puertas adentro. En algún instante los dirigentes no podrán evitar tomar al pueblo y a los intelectuales como testigos en sus disputas internas, para fortalecer sus posiciones en detrimento del otro sector. En el fondo, es lo que Mariela está haciendo desde su posición única.
Castro Espín aspira a una renovación de la cúpula, no solamente de los viejos. A los jóvenes dirigentes, como Felipe Pérez Roque, no les debe gustar cuando Mariela advierte sobre "otros líderes que vengan, los que surgirán, porque a veces los líderes aparecen cuando menos te lo imaginas".
Mariela Castro es la "hija de…". No la hija de Fidel, lo que ya sería un handicap. Es la hija del hermano menos locuaz: el que menos ha hablado y, por eso, menos estupideces públicas ha profesado. Gracias a ella, los reformistas vacilantes que van a aparecer dentro del partido, quizás podrán ponerse a cubierto de las balas de los intransigentes. "No lo digo yo, lo dice la hija de Raúl".
Mariela es todavía una virgen política, técnicamente hablando, pero con la ventaja que tiene una virgen que ha leído los manuales sobre todas las posibles posiciones, escritos por los que mejor saben cómo funciona esa kafkaiana sociedad castro-comunista. Además, debe conocer muchos detalles, a veces embarazosos, sobre dirigentes y cuadros.
Formación de psicóloga
Con su trasfondo científico, debe saber muy bien lo que hace con la mente de uno el poder ilimitado, y viceversa: qué tipo de personalidades se sienten llamados a ejercer este tipo de poder. Además, tiene experiencia como directora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), es valorada internacionalmente por su trabajo profesional y no está aislada de lo que pasa fuera de las costas de la Isla.
Dentro del sistema, no eligió el camino más fácil o conformista: le gusta pelear a favor de ideas y prácticas justas. Se conoce que defiende a los homosexuales y a las mujeres víctimas de la sociedad machista. Podría haberse limitado a eso (dentro de la izquierda mundial ya es obligatorio), pero tuvo la audacia de defender radicalmente a los que están en el último escalón de la estima popular, los transexuales, e incluso su derecho a ser operados.
En este contexto, bien podría dar lecciones de aceptación positiva a muchos elementos, dentro y fuera de la disidencia cubana y latinoamericana, y a la derecha fundamentalista en Estados Unidos.
Por fin, y esto puede ser determinante: Mariela Castro es una mujer con carisma. Tiene un look agradablemente atractivo y luce madurez personal. Puedo equivocarme, no sé todavía si está apta para la difíciles tareas de la política: mi única fuente de información es Google. ¿Le dejaría Raúl el campo libre si ella no tuviera los talentos requeridos para cumplir algún papel importante?
2008, año clave
El último acto será el más difícil: la profunda democratización de un país que asistió a las urnas por última vez en 1952, y donde la sociedad civil está casi ausente. Ojalá el proceso no se detenga en alguna solución intermedia, una especie de solución medio chavista, medio vietnamita.
Pero faltan dos elementos importantes para que las grandes maniobras puedan empezar:
-Desaparición de la escena política de Fidel Castro (evento en curso).
-Desaparición de la escena política de George W. Bush en noviembre 2008 —condición que el propio Raúl Castro sugirió en su discurso del 26 de julio, para que Cuba estuviera dispuesta a "concesiones no unilaterales" (evento seguro). Y posible victoria de los demócratas en EE UU (evento probable).
Un tercer elemento contribuiría muy positivamente a una posible transición gradual, tranquila, humana, sin revanchismo y sin baño de sangre social, como desean en general los países de la Unión Europea: la no reedición de la política de aislamiento del hoy ex presidente español José María Aznar respecto a Cuba. O sea, la reelección de los socialistas en el gobierno de España en la primavera de 2008 (evento probable).
Si estos tres eventos coinciden en 2008, podríamos asistir a una aceleración de un proceso en la Isla que nada gustará al prolijo Hugo Chávez, quien tratará con todas sus maniobras de impedir que se le escape Cuba, porque esto podría inducir su propia tumba política.
La disidencia y los reformistas
Para resumir, las dos entrevistas en la prensa internacional parecen responder a la necesidad de un determinado sector más-o-menos-reformista dentro del PCC, parcial pero no exclusivamente alrededor de Raúl Castro. Esa gente quiere fortalecerse para prepararse mejor con vistas al debate interno, usando —o abusando— de las buenas intenciones de Mariela Castro, que podría tener su agenda más radical.
No por aparecer sólo en la prensa internacional, sus principales destinatarios son exclusivamente los externos, Europa y EE UU. Esto es consecuencia absurda de que ni siquiera el PCC dispone de mecanismos institucionales para realizar el debate, que en primera instancia se quiere interno, principalmente con los altos cuadros. La prensa internacional ofrece esta posibilidad: un debate cerrado al cubano de a pie se puede filtrar de manera gradual hacia los dirigentes y los cuadros, que lo pueden copiar, mandar por mail, comentar, digerir.
Los demócratas cubanos tienen interés en difundir entre la población las ideas reformistas —casi subversivas— de Mariela Castro Espín. Otros están por seguirla, para impedir que el debate se limite a la órbita de los de arriba.
Parece llegar la hora de los reformistas. Por un lado, los reformistas vacilantes, dentro o cerca del poder; por otro, los reformistas-gradualistas, que están fuera o en la oposición organizada. Para la disidencia, sea socialdemócrata, liberal, nacionalista o democristiana, no es hora ya de sostener invariablemente que nada cambia, sino de tratar de aprovechar cautelosa e inteligentemente los márgenes que puedan surgir, pero sin "desarmarse".
Sin la presión de una oposición vigorosa, las Mariela se desinflarán antes de haber volado, o se convertirán en puras figuras de excusa o adorno. Las fuerzas que quieren crear una especie de "Cuba a la vietnamita", todavía predominan.
Miedo, agenda social y represión
Podría ayudar si sectores disidentes buscaran una plataforma social mínima (salud, enseñanza, desempleo, jubilaciones…), suficientemente clara y realista. Una plataforma moderna, nada neoliberal, que desmienta la teoría del miedo de la población —nada absurdo— a un baño de sangre social acelerado después de Castro. Digo acelerado porque hace tiempo que ya está en marcha.
La propaganda (inter)nacional de La Habana se sustenta en la salud y la educación. Limitarse a exigencias político-institucionales y de defensa de derechos humanos, cuando hasta ahora una mayoría de la población piensa principalmente con su estómago, podría dar la impresión, a menudo falsa, de que la oposición no se preocupa por lo social.
No hay nada humillante en reconocer los intentos sociales y educativos del gobierno, sobre todo cuando los beneficios sociales se erosionaron sin remedio por falta de una economía eficiente; tampoco que para regenerarlos se necesitan reformas.
Costa Rica no es el cielo en la tierra, pero ese país democrático ha logrado impresionantes avances sociales y educativos y, hasta donde se sabe, su organización sanitaria y educacional combina muchísimos más elementos de gratuidad y calidad que Cuba.
Sería irrealista prometer fórmulas avanzadas de seguridad social como en Europa. La ruina económica no lo permitiría por mucho tiempo. Sí sería absurdo tomar como último paradigma los principios de la (in)seguridad social del gran vecino, Estados Unidos.
Mientras, la represión sigue, aunque se dice que su intensidad ha disminuido. Los presos políticos no serán liberados ni este año, ni probablemente antes del fin de 2008. Los presos parecen tener la triste perspectiva de servir un día de objeto de canje humano en las "concesiones no unilaterales" y otras de maniobras políticas.
En tanto, conviene seguir la lucha por su liberación y por el mejoramiento muy urgente de las terribles condiciones que sufren los 250 presos políticos y los 80.000 comunes en sus Guantánamo y Kilo 8 cubanos.
No me imagino que la psicóloga Castro Espín ignore cuán repugnantes son estas condiciones, y sí cuánto le debe chocar profundamente. No imagino que la mujer que pelea por los derechos de los transexuales no esté a favor de las inspecciones independientes de la Cruz Roja a las prisiones cubanas. Tiene harto trabajo urgente delante. No está sola.
* El autor es secretario de Cuba-Europa en Progreso y representante internacional del Arco Progresista.
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