FIDEL CASTRO Y EL GATO CUANTICO
Realmente más que una suma de estados es una SUPERPOSICIÓN O COMBINACIÓN de estados o yuxtaposición de estados, que es como correctamente Cossio inicialmente le llama en el artículo :
Superposition is a principle of quantum theory that describes a challenging concept about the nature and behavior of matter and forces at the atomic level. The principle of superposition claims that while we do not know what the state of any object is, it is actually in all possible states simultaneously, as long as we don't look to check. It is the measurement itself that causes the object to be limited to a single possibility.
Castro y el gato cuántico
MIGUEL COSSIO
Abel Prieto, el ministro cubano de Cultura de cabellos largos e ideas cortas, barajó hace unos días la posibilidad de una nueva postulación de Fidel Castro al Parlamento de Cuba y, en consecuencia, a la jefatura de su Consejo de Estado.
Como Abelito desconoce el verdadero estado de salud de su jefe, según él mismo ha manifestado, la candidatura de Castro plantea una paradoja similar a la del gato de Shrödinger. La de Fidel en el terreno político y la de Shrodinger en el de la mecánica cuántica. ¿Puede existir un estado en que se esté vivo y muerto a la vez, en una compleja yuxtaposición de estas dos condiciones de la materia, mezcladas al cincuenta por ciento?
Este fue el experimento mental que hizo célebre al físico austriaco Erwin Shrödinger en los años 30 del siglo XX. Imaginemos a un gato encerrado herméticamente en una caja, donde, además, hay una ampolleta de vidrio que contiene un veneno mortal. Suspendido sobre el frasco, cuelga un martillo conectado a una máquina que detecta emisiones de partículas de desintegración alfa. Esas partículas son rayos que se producen durante las reacciones nucleares o radioactivas.
Existe un cincuenta por ciento de probabilidades de que uno de estos elementos se desintegre en un instante y otro cincuenta por ciento de que no. Si sucede lo primero, el martillo cae, rompe la ampolleta de veneno y el gato muere. Si eso no pasa, el felino continúa viviendo. Como el experimento toma una hora y la caja permanece cerrada, se desconoce si el gato está vivo o muerto. En teoría, la física cuántica soluciona el enigma sumando los dos estados de la partícula alfa emitida, es decir, en sus formas pura y desintegrada, lo que conlleva a la paradoja de tener al gato vivo y muerto simultáneamente.
(Schrödinger's Cat: When the nucleus (bottom left) decays, the Geiger counter (bottom centre) may sense it and trigger the release of the gas. In one hour, there is a 50% chance that the nucleus will decay, the gas will be released and the cat killed.)
Fidel Castro ha estado los últimos 105 días encerrado en su ''caja'', como el gato de Shrödinger. Probablemente, recibiendo sueros de gammaglobulina (anticuerpos), en lugar de nocivas partículas alfas. La última imagen suya la vimos el 5 de junio cuando escupió un monólogo acerca de sus recuerdos de Vietnam sobre el maltratado rostro de Randy Alonso, uno de sus portavoces en la televisión cubana.
Físicamente, Fidel está vivo. Políticamente, está muerto. Si sumamos hipotéticamente los dos estados, el resultado será un Castro muerto vivo. La paradoja nos lleva a otro de los grandes aportes a la ciencia y al pensamiento moderno de Erwin Shrödinger, que fue su definición de materia viva.
Shrödinger la describe como aquello que ''evita la decadencia hacia el equilibrio''. Las materias vivas y muertas se diferencian entre sí por la forma en que se comportan ante la segunda ley de la termodinámica, por ejemplo, en el Universo. Tales comportamientos se asocian con la entropía, que es el grado de caos de las moléculas en las estructuras. Los cuerpos vivos se mantienen estructuralmente íntegros y en calor; los muertos se descomponen poco a poco y entregan sus átomos a la Tierra.
Si aceptamos que Fidel Castro es incapaz ya de producir energía revolucionaria, que sus moléculas políticas e ideológicas se precipitan hacia un proceso de acelerada desintegración, y que ha dejado de ser el único factor de equilibrio de poder en Cuba, ¿qué sentido tiene postularlo para un nuevo mandato, como supone Abel Prieto, quizás por razones sentimentales más que de praxis política? Raúl Castro, no Fidel, representa el nuevo equilibrio Jedi dentro de las fuerzas castristas.
El ministro de Cultura Prieto niega esta realidad. De dientes para fuera, dice que nadie que haya estado agonizando puede hacer un periodismo tan analítico como el que Fidel elabora en sus ''reflexiones''. En verdad, lo que Abel está haciendo es aferrarse a quien en su momento lo nombró sin ''mérito alguno'' para tan alto cargo, incluso como miembro del Buró Político, y de ese modo aquietó las aguas de los ''culturosos'', en previsión de que Raúl había sido y es un enemigo de los intelectuales. En la década de los sesenta, el general y dictador interino no sólo ordenó cortarles el cabello, sino que envió a muchos de ellos al gulag cubano, que fueron los campos de trabajo forzado de la UMAP. Como iluminado Sansón, el ministro Prieto ha puesto ahora su melena a remojar.
Devenido agente de trámites de permisos de salida para escritores y artistas que intentan zafar de la tragedia cubana con viajecitos al exterior, Abelito es reacio a reconocer que la ampolleta de vidrio con la que el castrismo coexiste tiene cincuenta por ciento de probabilidades de romperse en cualquier momento. Basta con que una sola partícula del tejido social cubano se desintegre, para que él y la cúpula gobernante pierdan el poder. Por ahora la caja en la que viven esconde a un misterioso gato cuántico.
Dtor. Edit. y de Noticias
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