sábado, julio 12, 2008

LAS UÑAS DE INGRID

Las uñas de Ingrid



Por Orlando Fondevila


Durante muchos meses los medios de prensa de todo el mundo estuvieron focalizando el crimen de los secuestrados por las FARC en Colombia, en la figura de Ingrid Betancourt. El abusivo ego de Zarkozy contribuyó notablemente al encumbramiento mítico de Ingrid. Durante muchos meses la extraña complicidad entre el Presidente francés y el "gorila" Chavéz, buscaron obscenamente el rédito político-mediático con la figura de Ingrid. Presionaron a Uribe y a la democracia colombiana (asediada por la guerrilla comunista y narco-terrorista) para que cediera soberanía, Derecho y ética con el fin de liberar a la secuestrada Ingrid, a cambio del secuestro de la libertad y la democracia de una nación. Durante meses manipularon groseramente nuestra sensibilidad, mostrándonos la imagen de una Ingrid cuasi moribunda, sufrida y angelical. Subliminalmente nos vendían como culpable la intransigencia de Uribe. Ingrid se moría y un Uribe sin piedad no aceptaba la intermediación bondadosa de Sarkozy y de Chávez. Los familiares de Ingrid y ese personaje oscuro que es la Senadora Piedad Córdoba, clamaban ante quienes quisieran escucharles, que eran todos, contra la malvada obcecación del Presidente colombiano.

Mientras, Uribe y el Gobierno legítimo y democrático de Colombia trabajaban en silencio para conseguir, como consiguieron, la liberación de Ingrid y de un numeroso grupo de secuestrados, en una de las más perfectas operaciones de inteligencia que se hayan producido jamás. Ante el hecho asombroso, eran de esperar no sólo la alegría y el aplauso generalizado, sino el reconocimiento de quienes han devenido en los verdaderos héroes de esta historia: la firmeza democrática de Uribe y el Ejército de Colombia y sus servicios de inteligencia. Y así ocurrió, en efecto, pero muy brevemente. De inmediato, increíblemente, la heroína de la historia pasó a ser Ingrid Betancourt. Por supuesto que nadie negará su prestancia ante el largo cautiverio. Pero los malos de esta película son los terroristas y los buenos (los héroes) quienes liberaron a Ingrid y a sus compañeros.

Ahora muchos olvidan las circunstancias en que fue secuestrada Ingrid. Cuando menos un secuestro facilitado por su imprudencia o su ¿buenismo? Pero bien, Ingrid víctima y martirizada por años. Merece aprecio y respeto. Y justa alegría por verla libre entre los suyos. Nada más. Ahora lo que se impone es apoyar al gobierno de Uribe para rescatar a los cientos que permanecen en poder de los delincuentes (muchos de ellos niños) y para obligarles a abandonar las armas.

Pues no, la dulce Ingrid, elevada a los altares por la ruidosa trompetería de la zurdería mundial, ha sacado las uñas, eso sí, con una sonrisa. Pareciera que la sonrisa engañosa se hubiera convertido en método político de cierta izquierda (Zapatero, Obama). Así, Ingrid se nos apea con un absurdo y miserable llamado a Uribe, su liberador, e incluso a toda la Colombia que respalda a su Presidente, a que rectifiquen "ciertas cosas" y a que cambien lo que ella considera "ese vocabulario radical, extremista y de odio". Ahí tienen a la ex -candidata verde (¿y roja?) a la presidencia. Avalando le innoble equidistancia entre los defensores de la libertad y una banda de forajidos. Además, la heroína se ha negado a asistir a la gran movilización convocada en su país para pedir la liberación de los que compartieron secuestro con ella. Tiene miedo la heroína.

Finalmente, redoblan los tambores de la zurdería. Quieren a Ingrid presidente.

Y ya el Gobierno chileno impulsa su candidatura al Premio Nobel de la Paz.

Pobre mundo. Pobre América Latina.