PASE DE SOMBRERO
Pase de sombrero
El brazo a la altura del cinturón cuando está de pie y, debajo de la mesa, en las conversaciones oficiales y en las cenas copiosas y demoradas, remojadas con buenos vinos. Trae también, oculto debajo del nudo carretero de la corbata, el otro rasgo característico de la dictadura que representa: un discurso encendido y duro, tajante, definitivo, implacable con los opositores pacíficos, los presos políticos y el exilio.
Con esa misma imagen congelada hicieron sus antecesores, y otros funcionarios de alto rango, el kilometraje de la ruta hacia la pulverizada Unión Soviética. Se viajó allá durante décadas para presentarse temprano en las oficinas del CAME, el organismo que controlaba el intercambio comercial de los países socialistas y al que el humor cubano denominó enseguida el "Dame".
Así recibieron después a los inversores extranjeros, pero asegurados por una papelería de notario melifluo que se prendieron con alfileres los cuadros del Partido Comunista reciclados como empresarios.
En esa posición incómoda, pero de completo uniforme y con aires de pedagogos en todos los dominios, recorren la Venezuela particular de Hugo Chávez en unas excursiones que han servido para que la cúpula siga en su trono arruinado, con el control total de todo lo que vuele o camine entre San Antonio y Maisí.
Frente a las listas de peticiones, frente a los inventarios con solicitudes y las cifras abultadas de euros, ¿le pondrán España y la Unión Europea los nombres de los presos políticos, enfermos, maltratados y humillados en las 300 cárceles que los ciclones dejaron indemnes?
Nadie puede asegurar si un honesto funcionario europeo, ya en los postres de las bienvenidas en los palacios, le deslizará un papel con la noticia de que, esta semana, mientras él volaba hacia Madrid, el preso político Abel López Pérez, recluido en la cárcel de Guantánamo, se cosió la boca con un alambre.
A lo mejor no hay tiempo para esos detalles. Se trata de un cubano. Nada más que un simple ser humano.
Para el viajero lo importante es volver con la misión cumplida, y más recursos para que los 50 años de socialismo con guantanamera se puedan celebrar con otro plazo para la esperanza y muchos camaradas extranjeros en las tribunas.
© cubaencuentro
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