miércoles, abril 08, 2009

LA ESCENA DEL CRIMEN

La escena del crimen


Por Jorge Olivera Castillo
Sindical Press

LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) - Un hombre de gafas oscuras está al acecho. Su mirada tras los cristales ahumados es penetrante y llena de odio. Hubo un crimen. Un acto sacrílego que permanece intacto en la mente de los pobladores del barrio.

No es el único implicado en la búsqueda y captura del culpable. Es el que se encuentra más cerca de mi ángulo visual. Más allá, en ambas esquinas, se desplazan otros que parecen ciudadanos comunes y corrientes inmersos en algún asunto trivial, pero su fin es atrapar al autor del delito.

Parece exagerada la movilización en torno a los hechos acaecidos en la madrugada. El lugar donde ocurrió uno de ellos está despejado. Casi nadie se atreve a acercarse por temor a un arresto por complicidad. En las cuadras contiguas comienzan los comentarios y éstos contribuyen a amplificar el volumen de los rumores.

Todo sigue un patrón de desarrollo harto conocido y practicado por la ciudadanía. Las teorías entretejidas con piezas reales y ficticias, señalan que el criminal ya se encuentra en un calabozo de la estación policial de la calle Zanja. Hay quienes detallan las características del principal encartado en la fechoría. Aseguran que es mestizo, de baja estatura, delgado y de otro municipio. Los que creen en esos detalles fabricados al azar, le agregan otras informaciones para llamar la atención del vecindario, todavía presa del asombro. El patrullaje crece. A la escena han llegado un par de automóviles de la policía que obligan al repliegue de los escasos espectadores.

La atmósfera, tirante, favorece una captura masiva de sospechosos. El hombre de gafas negras no esconde su inquietud. Frunce el ceño. Su deseo es alzarse con el mérito de descubrir al autor de la falta. Está en guardia en uno de los peldaños de la entrada de su casa.

Entonces se encamina al área donde se encuentran las huellas del delito. Se detiene y conversa con la docena de policías profesionales y voluntarios. Me separan 30 metros del lugar y decido entrar en mi apartamento. Pero ya los vecinos me habían informado los motivos del operativo policial, y más tarde comprobé la veracidad de las versiones, y la respuesta de la policía: el cartel con las palabras ABAJO FIDEL lo habían sepultado bajo una gruesa capa de pintura amarilla.

Las palabras subversivas fueron escritas en la madrugada del sábado 4 de abril. El viernes por la tarde la pared exterior del círculo infantil, en la Habana Vieja, no estaba pintada. Otras consignas iguales aparecieron ese día en las fachadas de varios edificios de la vieja ciudad.

oliverajorge75@yahoo.com