viernes, mayo 15, 2009

SILVIO NO PUDO ESTAR EN EL MADISON SQUARE GARDEN

SILVIO NO PUDO ESTAR EN EL MADISON SQUARE GARDEN

Por Luís Cino

Arroyo Naranjo, La Habana, mayo 14 de 2009 (SDP) Por estos días, el cantautor Silvio Rodríguez tiene perreta porque las autoridades norteamericanas no le permitieron participar en el concierto del Madison Square Garden por el cumpleaños 90 del folklorista Pete Seeger.

Silvio Rodríguez aunque dice no saber por qué lo invitaron, se sentía con derecho a estar en el homenaje a Pete Seeger. En cierta forma, tenía casi tanto derecho a estar en el Madison Square Garden como Bob Dylan, Joan Baez o Bruce Springsteen (que no sé si estuvieron porque en Cuba, los medios oficiales sólo refirieron del concierto que a Silvio le impidieron asistir).

El cantautor cubano trabó amistad con Seeger en La Habana en 1967 durante un festival en la Casa de las Américas. Por entonces, Pete Seeger había popularizado internacionalmente la Guantanamera con versos de Martí, se pronunciaba contra la guerra de Vietnam y era uno de los principales exponentes de la canción protesta.

Pero en el mundo de hoy, lo que menos cuenta son los derechos de las personas. Menos que todo, a viajar. Silvio, por servir fielmente a un régimen que regatea los derechos humanos de su pueblo, debía saberlo bien.

La visa de Silvio Rodríguez se trabó en la burocracia yanqui. Las autoridades norteamericanas alegaron que la solicitud fue presentada demasiado tarde. En todas partes cuecen habas. Pero Silvio, a quien han botado de lugares mejores, lo considera otra afrenta de los yanquis contra la revolución cubana y se siente tan decepcionado con la administración Obama como si Bush siguiera en la Casa Blanca. Silvio, como siempre, en plena sintonía con el pensamiento del Jefe.

Aunque no soy partidario para nada de las prohibiciones contra los derechos de las personas, vengan de donde vengan, en lo personal me alegra que Silvio no haya podido estar en el Madison Square Garden. Es una modesta forma de vengarme por todo lo que me defraudó.

Como a tantos de mi generación, me engañaron sus versos, su guitarra, sus botas rusas y aquella voz descarnadamente humana que creímos cantaba por nosotros. Al final, luego que vendió su alma, resultamos ser malos bailarines de su fiesta, demasiado modorros para su escuela de capacitación política.

Desde que renuncié a los discos de Silvio, prefiero a Pablo Milanés. Canta como Dios sus hermosas canciones y aunque se queja de que los periodistas le preguntan acerca de política como si fuera un ministro, suele responder con bastante sinceridad. A propósito, ¿estaría Pablito Milanés invitado al homenaje a Pete Seeger? Lo digo porque como participó también en aquel festival de la canción protesta de la Casa de las Américas en 1967, tenía tanto derecho a estar en el homenaje de New York como Silvio.

Pero repito, lo de menos son los derechos. En definitiva, a Celia Cruz, la Reina, las autoridades cubanas, además de borrarla del Diccionario de la Música Cubana, le impidieron venir a La Habana al entierro de su madre. Murió en el exilio, sin poder volver a su tierra.

A Willy Chirino le niegan la posibilidad de hacer un concierto en La Piragua, tal como solicitó al gobierno cubano, ahora que dice estar dispuesto a discutir “de todo” con los norteamericanos.

Lo que es mucho peor, los cubanos tienen que pedir permiso al Ministerio del Interior para entrar o salir de su país. Desde hace 50 años, tienen que cargar con las aberrantes tarjetas blancas y el concepto perverso de “la salida definitiva”. Pero la prensa internacional habla poco de eso. Prefiere dedicar su espacio a la negativa de la visa norteamericana a Silvio Rodríguez. Como si importara más el derecho a viajar a los Estados Unidos del cantautor que los derechos de viajar y regresar a su país de todos los cubanos. Ventajas que da la fama, incluso la mala fama.
uicino2004@yahoo.com

2 Comments:

At 7:36 a. m., Anonymous Anónimo said...

Totalmente de acuerdo con el autor del artículo. Solamente quiero recordar un "minúsculo" detalle: según los cálculos (¿conservadores?) del Sr. Ricardo Alarcón, si todo el mundo viajara entonces los cielos estarían saturados, por tanto es hora de que Silvio ponga su "granito de arena" en tratar de descongestionar los cielos, ¿o no?. Celia Cruz (como bien dice el autor) fue obligada en contra de su voluntad a descongestionar los cielos, así que Silvio debe de cooperar...a fin de cuentas sólo hay un cielo, no muchos.

chicho el cojo

 
At 6:25 p. m., Anonymous Anónimo said...

Cuando uno va a pedir visa en un tercer país, lo primero que te preguntan en el consulado es por qué lo haces en un tercer país y no en tu casa. Incluso te confiesan que la práctica común en semejantes casos es la de no otorgar visas, puesto que se asume que la persona lo hace en un tercer país porque trata de ocultar algo.

Al escuchar el relato de Silvio en la televisión tuve la certeza de que todo fue un montaje desde el principio según un guión muy simple: Silvio va a pedir la visa en un lugar imposible (si la pide en Cuba, son capaces de dársela y echar a perder el proyecto) – se la niegan (lo que se sabía de antemano) – se hace un programa de denuncia en la televisión.

No he crecido con canciones de Silvio y la decepción no me duele tanto. Sin embargo, conozco su arte y creo que, en efecto, traicionó su talento cuando respondió a uno de sus críticos en Kaosenlared que no intentaba hacer política con aquel infeliz programa de la televisión. ¡Contra, Silvio, podías haber elaborado mejor aquella burda mentira!


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