sábado, octubre 10, 2009

¿DECRETARÁN LA EMERGENCIA SANITARIA?

¿DECRETARÁN LA EMERGENCIA SANITARIA?




Por Jorge Olivera Castillo
Sindical Press

10 de octubre de 2009

La Habana – www.PayoLibre.com – Hay preocupación en las esferas oficiales que atienden el rubro de la salud pública. Se sabe por las reuniones convocadas por los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), a nivel de cuadra, para alertar sobre los peligros de infección y las medidas a tomar ante cualquier síntoma de tos, fiebre o secreciones nasales.

El asunto se maneja con un bajo perfil. No es conveniente ponerle todas las luces a un problema que pondría en entredicho las presuntas excelencias de esos servicios en todo el país. Basta con una tibia cobertura, de lo que parece tener indicios de una inminente catástrofe sanitaria.

No obstante el celo por ocultar la real dimensión de lo que acontece, ya se comenta en las calles sobre los numerosos casos de gripe porcina, conjuntivitis, dengue y tuberculosis.

Hay cientos de personas ingresadas de todas las edades, incluso mujeres en estado de gestación, ante las sospechas de haber contraído el virus A H1N1.

Regularmente se transmiten mensajes, en los respectivos medios de comunicación, con la idea de entrenar a la población para evitar la proliferación de esas enfermedades.

Lavarse las manos, evitar la acumulación de agua en recipientes sin cubierta, no frecuentar lugares donde haya aglomeración de personas, son algunas de advertencias despachadas varias veces al día en la radio y la televisión.

Estas indicaciones pasan inadvertidas. Muy pocos de los oyentes o telespectadores muestran la debida disposición en cumplir con los llamados a impedir un agravamiento de la realidad.

Las preocupaciones, de los sectores vulnerables, son fugaces. En el orden de las prioridades del cubano de a pie, ocupan un lugar bien distante hasta tanto no se obtengan noticias de la infestación de algún vecino o de un integrante del núcleo familiar.

La relatividad con que el público asume las noticias generadas por la maquinaria mediática del régimen, se basa en su proverbial tendencia a la manipulación, algo que insta a decidirse por las dudas como una manera de soslayar otra caída en las hondonadas de la mentira o en el artificioso universo de las medias verdades.

En una parada de ómnibus, en la fila para comprar el pan o en cualquier otro sitio donde converjan varias personas, es que ocurren las correspondientes actualizaciones alrededor de los hechos más destacados en ciudades y barrios, que se tocan tangencialmente o se eliminan de noticiarios y boletines informativos.

Nadie espera información amplia y fidedigna del oficialismo, respecto a un asunto que de seguir avanzando, podría dar al traste con una emergencia humanitaria.

Algunas de las recomendaciones mueven a risa. Por ejemplo, eso de soslayar los espacios donde exista gran afluencia de personas, podría definirse como un soberano disparate. Abordar un ómnibus en la capital, no importa de que ruta, sería la forma más expedita de contaminarse.

El hacinamiento, los estornudos sin cubrirse la boca, y otros capítulos de la mala educación, favorecen la propagación de virus y bacterias. Definitivamente hay que exponerse a estos eventos, pues más de un millón de capitalinos se trasladan a diario utilizando esos medios de transporte. Todavía la oferta, en el sector, se queda muy por debajo de las demanda.

Son creíbles todas las referencias de jubilados, médicos, obreros, amas de casa, enfermeras y estudiantes. Aparte de las suspicacias que generan los rumores, hay bastante margen para sospechar que existe una crisis epidemiológica hacia el interior de Cuba:

Los pésimos niveles de higiene ambiental en todos los municipios de la Ciudad de La Habana que incluye a no pocos centros hospitalarios, los múltiples desagües de aguas albañales, la crónica falta de agua potable en innumerables comunidades, las condiciones infrahumanas de habitabilidad que soportan miles de familias al tener que convivir varias generaciones bajo el mismo techo, el crónico incumplimiento de las normas de salubridad en los centros gastronómicos.

Un breve repaso por estos paisajes de la decadencia, es suficiente para reconocer que, en Cuba, las pandemias tienen las puertas abiertas de par en par.

oliverajorge75@yahoo.com