sábado, noviembre 28, 2009

CUBA: AQUÍ Y ALLA SOBRE OMARA PORTUONDO, JUAN FORMELL Y AMAURY PÉRZ

Aquí y allá



Por Alejandro Rios

Tan pronto aterrizan empiezan a sentir los destellos benéficos de la libertad que no disfrutan en su propio país. Ningún aduanero trata de congraciarse para ver si les tumba algunos dólares. Han pisado el mítico suelo del llamado imperio, el de la confrontación de medio siglo, en la ciudad satanizada por su gobierno. No se les ocurre seguir viaje a otro sitio, donde serán unos desconocidos y la prensa impertinente no les hará preguntas inoportunas. Los familiares están aquí, los amigos que no piensan como ellos y a veces debieron abandonar el país seguidos por hordas vocingleras y revolucionarias son felices de este lado del conflicto.

Allá se ven crispados y hasta envalentonados. Aquí se relajan y disipan, pueden jugar a la civilización, simular que son artistas apolíticos, religiosos, civiles que no necesitan un permiso para salir de su país y que nunca deben rendirles cuentas a la policía política directamente o a funcionarios oficiales que desempeñan esos menesteres. Cuestión de sacar pasaje, cerrar la casa y montarse en un avión.

Omara. La diva tiene pose de diva y acepta la entrevista del maldito periódico. Por suerte la reportera es americana, aunque el fotógrafo es un cubanito impredecible. Le celebran sus virtudes y la longevidad del oficio. Pero luego la arrinconan y sale a la palestra la dichosa carta que alguien le firmó donde se enuncian medidas extremas en aras de salvaguardar la revolución, licencia del gobierno para fusilar a tres jóvenes de su propio color que intentaron secuestrar una embarcación con rumbo norte. En el video de la entrevista hace como una mueca, se perturba. No quiere que le recuerden ese capítulo. Prefiere hablar de Buena Vista Social Club, ni siquiera de su hermana. Luego de recibir un premio Grammy le dice a una agencia de prensa que todos seríamos más felices sin el bloqueo.

( Omara Portuondo )

Juan. Al director de orquesta nadie le hace un cuento. Es un guapo de seda nacido y criado en el barrio. Su orquesta tiene nombre de zafra fracasada. Al finalizar el concierto del colombiano en La Habana tuvo un exabrupto poco elegante, de oficial tocando a degüello. Ya sereno, dispuesto a celebrar el triunfo, una corresponsal de Miami lo sigue con su cuestionario incisivo y, para quitársela de encima, termina por confesarle que los periodistas de la primavera negra del 2003 estaban presos porque algo malo habían hecho. Luego quiso lucirse y agregó una perla de su propia inspiración: ``En los Estados Unidos también hay periodistas presos''.

( Amaury Pérez )

Pero el encarne de la muchacha cruza el estrecho de la Florida. Cuando llega tranquilo a Miami, abraza a sus familiares, luego de algunos años sin encontrarse, aparece la dichosa periodista y su cámara indiscreta. La estrategia es no pararse, seguir caminando por el pasillo del aeropuerto para ver si se cansa. Dice que no tiene nada que ver con el colombiano, ni con el cantante y compositor cubano que por esos días se encontraba también de visita familiar en Miami. Esta última afirmación la hace con un dejo de contrariedad, como si no le cayera bien su colega. Sobre la libertad y los periodistas presos prefiere acogerse al no comment yanqui porque la lengua comenzó a trastabillarle y lo de él es la música, no la política.

Amaury. Siempre quiso ser Barry Manilow, lo cual resultaba incongruente y diversionista con la nueva trova, que terminó por expulsarlo de sus filas aguerridas. En una entrevista reciente concedida en Cuba, luego de su experiencia miamense, aparece en un sofisticado atuendo, como su ídolo americano, y afirma que todo se lo debe a Silvio Rodríguez, el hombre que fuera su implacable victimario.

( Amaury Pérez )

Antes había dicho que era hijo de Fidel Castro, ahora asegura que no pudiera dejar de ser su amigo, como si el dictador lo echara de menos cuando está de viaje. En Miami se mantuvo a buena distancia de los medios de prensa que él llama anticubanos, dados a las ``patrañas'', ``artimañas'' y ``amenazas'', los mismos que tuvieron la gentileza de hacerle eco cuando promovía desde La Habana el concierto del colombiano. Calculó bien sus intervenciones, una breve para esa exitosa periodista cubana llegada por el Mariel, y otra ciertamente glamorosa con el conductor mexicano de un noticiero nacional.

Arrobado por el viaje a la boca del lobo, en La Habana, el cantante arriesgó una poetización de la realidad: ``el amor será lo que nos salvará de la desidia, la maledicencia y el espanto'', al mismo tiempo que, mediante su antena parabólica, veía un noticiero de Miami donde un bloguero anticubano, según su calificativo, era abusado, muy cerca de su casa, a golpes y empujones propinados por la turba enardecida de su amigo, el Castro convaleciente.
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Nota del Bloguista:

Para aquellos que no están muy al tanto de la historia y de los acontecimientos cubanos.

1) Ahora algunos de los firmantes de la carta apoyando el fusilamiento de tres secuestradores que no derramaron una sola gota de sangre en su acción delictiva de secuestrar una embarcación, con su pasajeros, para escapar hacia EE.UU. buscando libertad, pues ninguno era perseguido por delitos comunes pendientes. La carta fue pública en ese momento y ninguno de los supuestos firmantes negó públicamente haberla firmado. Todos conocemos ese refrán de que ¨el que calla, otorga.¨.



2) La perla de Juan Formell a la que hace alusión Aejandro Ríos, fue el disparate de decir que en EE.UU. hay personas presas por ejercer el periodismo y poner como ejemplo el comando dirigido por la puertorriqueña Lolita Lebrón que disparó e hirió a varios indefensos congresistas norteamericanos durante una sesión del Congreso; ese comando después de salir de prisión por perdón presidencial, después de cumplir más de 20 años de prisión, fueron condecorados por Fidel Castro en La Habana.

Juan Formell diciendo su perla en La Habana y en Miami acobardado de responder