BARACUTEY CUBANO

Por Juan González Febles
Periodista independiente.
jgonzafebster@gmail.com


Lawton, La Habana, 12 de noviembre de 2009, (PD) Ya muchos lo han notado. Se acerca el desenlace biológico y casi no dará tiempo para concluir con la construcción de los mausoleos funerales de la élite gobernante. El aliento faraónico que recorre los finales, encontró un respiro precario en el mural colocado en el edificio del Ministerio de Comunicaciones de la Plaza Cívica en La Habana. Desde una de sus paredes, Camilo Cienfuegos, iluminado artificialmente sonríe desde la muerte. Al pie de firma, una de sus frases más populares sacada de su contexto original de hace cincuenta años: “Vas bien Fidel”.

Muchos no entienden en que puede ir bien el anciano comandante, así como el ancianato gobernante que encabeza. Pero quizás dentro de la otra lógica, (la de ellos) no van tan mal. Cuando terminen de instrumentar los planes de contingencia elaborados, entre los que se destaca la eliminación de la libreta de racionamiento, una miseria y un hambre sin precedentes se abatirán sobre el pueblo cubano.

Ese será un momento especial para un garrote bien engrasado y esmeradamente preparado. El momento para tanques de guarniciones militares o tropas anti motines preparadas con el tiempo ganado a esos efectos. Luego de la saludable efusión de sangre de hijos de vecinos o de actores políticos indeseables, se producirá el ‘cambio’.

Las diversas élites de poder se reajustarán a la nueva situación. Los millonarios revolucionarios denunciados por Forbes invertirán sus mal habidos caudales y tendremos el aterrizaje blando en un estado corporativo de corte fascista, similar al que rige en China o en Rusia. El lenguaje seguirá el corte izquierdista-nacionalista tradicional. Se colegiará el totalitarismo y se mantendrá la defensa de la nunca antes amenazada ‘soberanía nacional’, la ‘identidad nacional’ y todas esas paparruchas ampliamente promocionadas.

Este cambio tendrá el apoyo cierto de los socialistas españoles. También contará con el apoyo de todos los enemigos colegiados de los Estados Unidos, encabezados por Rusia, China, los fundamentalistas árabes y los fracasados, pedigüeños estados africanos. Los amigos de siempre de la dictadura cubana. Por supuesto, habrá lugar cimero para nuestros hermanos o hermanastros de Latinoamérica. No faltará la corte de la Venezuela chavista, integrada por sus petro-vasallos de Centro, Sur América y el Caribe.

El pueblo cubano llevado al límite, agradecerá el ‘cambio’. Quizás alguna élite de poder le culpe. El resto se reajustará. Entonces, retomarán sus discursos y conservarán sus parcelas de poder tradicional. Unas abogarán desde la distancia por la democracia, otras seguirán atrincheradas en sus privilegios. Continuarán unas con las canciones de odio y antiimperialismo y otras, con las de democracia y derechos para todos en Cuba.

De acuerdo a la mecánica del momento, quien único tiene algo que perder es el pueblo cubano. Pero el caso es que para muchos, se trata de quien debe perder. Incidentalmente, lo mismo de siempre.

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