Cuba: crece la represión
Cuba: crece la represión
Por Oscar Espinosa Chepe
La Habana -- El gobierno cubano no adopta políticas de cambios y transformaciones, que permitan resolver el empeoramiento económico y social del entorno nacional, pero parece haber decidido enfrentar las consecuencias políticas de esta grave situación mediante el incremento de la represión contra las personas que pacíficamente protestan y demandan soluciones. Así, crea un clima de terror para tratar de amedrentar a la población y enfrentar los incrementados niveles de disgusto popular propulsados por una crisis cada vez más asfixiante e interminable.
Todo indica que las autoridades intentan resolver el dilema entre reformas o caos a que está abocada la sociedad cubana con medidas coercitivas. O sea, optan como en tiempos pasados por la fuerza para imponerse frente a justos y pacíficos reclamos. Los actos de repudio organizados con bandas movilizadas contra pacíficas e indefensas personas y los blogueros en noviembre han continuado en diciembre contra mujeres y activistas de derechos humanos, que además de ser injuriados recibieron golpes. La desfachatez y las amenazas físicas se extendieron a diplomáticos acreditados en La Habana, que presenciaron los ``acontecimientos'', e incluso fue utilizada la TV para presentarlos como actores intelectuales de las pacíficas protestas, de manera mentirosa y con manifiesta intención de amedrentar a la comunidad internacional.
Las operaciones represivas fueron organizadas y llevadas a cabo por la Seguridad del Estado. Como en anteriores ocasiones, se acarreó a elementos oportunistas y delincuentes en ómnibus hasta los lugares donde liberados sus bajos instintos debían hacer sus indignas actuaciones contra ciudadanos indefensos. Esta manera de actuar repite los bochornosos hechos que en otros tiempos ejecutaron los voluntarios en la colonia española y los porristas de la tiranía de Gerardo Machado. Esta conducta ratifica la desmoralización de un gobierno que intentó mostrarse como un movimiento social de avanzada cuando su verdadera naturaleza es fascista.
Los planes actuales del régimen también se desvelaron con los ejercicios militares Bastión 2009 realizados a finales de noviembre, los cuales incluyeron, más que en otras ocasiones, grandes prácticas antimotines. Esto demuestra que no estaban destinados a prepararse para enfrentar una supuesta agresión externa, sino a entrenar y convertir a cubanos en verdugos de sus compatriotas.
Los pasos del gobierno no reflejan fortaleza, sino transpiran miedo a una situación que se les va de las manos y no encuentran cómo controlar. La lógica indica que el país requiere con urgencia transformaciones económicas y políticas ante el acelerado deterioro general de la sociedad, con fórmulas que permitan que renazcan las esperanzas de progreso, sobre todo entre la juventud. No obstante, los actuales dirigentes temen transitar ese camino ante la posibilidad de perder el poder absoluto que han disfrutado desde hace 51 años. Son incapaces hasta de convocar el Congreso del Partido Comunista, que no se celebra desde 1997, pues conocen que en sus filas crece el disgusto y la frustración por las promesas incumplidas de cambios.
Por tanto, recurren a la represión que en los próximos meses podría llegar a cotas más elevadas, cuestión de la que debe estar consciente la comunidad internacional. Esto indica una vez más la naturaleza agresiva de un régimen que prefiere que la nación se despedace antes de ceder a la evidencia del colosal fracaso de sus políticas totalitarias.
En el 2010 la situación económica, política y social seguirá deteriorándose, por lo que al pueblo cubano le esperan momentos de mayores dificultades.
Economista y periodista independiente.
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