lunes, julio 12, 2010

Ex preso político cubano Pedro Pablo Álvarez Ramos: «El historial de España como receptor de exiliados no es ejemplar»


«El historial de España como receptor de exiliados no es ejemplar»


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El ex preso político cubano Pedro Pablo Álvarez Ramos condena en una misiva a España por recibir mañana a los excarcelados y la acusa de haber abandonado a antiguos refugiados
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á.c.J / MADRID
Día 12/07/2010

El ex preso de conciencia Pedro Pablo Álvarez Ramos suscribe una carta en la que afirma que el historial de España como receptor de exiliados «no es ejemplar». Álvarez Ramos explica en la misma declaración abierta que lo condenable es que «el gobierno español se ofrezca a recibir a estos excarcelados», en referencia a los siete presos que llegarán mañana a España.

( efe. El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, reunido con el presidente cubano, Raúl Castro)

El cubano asegura que a antiguos exiliados en nuestro país se les ha quedado «un mal sabor de boca». Los pocos exiliados que permanecen en España, dice, «apenas sobreviven por la bondad de alguna organización caritativa». El ex preso lanza una pregunta al ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos: «¿Dio orientación a su embajada en La Habana de explicar la situación de abandono por parte de su gobierno a anteriores exiliados políticos cubanos?».
Falta de libertad de expresión

( Pedro Pablo Álvarez Ramos, superior izquierda, junto a los otros tres prisioneros políticos de ¨Los 75 ¨que fueron desterrados hace tres años hacia España)

Su crítica al Gobierno español prosigue, y no se muerde la lengua al denunciar, según él, la falta de libertad de expresión que se vive en nuestro país, si ésta «no es ejercida a favor del sistema socialista como única ideología imperante». No duda por ello en calificar la situación actual como de «libertad condicionada», y avisa a los presos políticos que llegarán mañana a España de ser sujetos «en cualquier momento a ser regresados a prisión por las mismas causas por las que fueron condenados en la primavera de 2003». Y sentencia: «Esta nunca será la solución para Cuba».