martes, agosto 17, 2010

CUBA: La silenciosa represión de los Castro

Policía retiene a 5 disidentes en Guantánamo desde el jueves. Cientos de activistas sufren el acoso de la dictadura en las provincias orientales

La silenciosa represión de los Castro

Alberto Rubio
15 Agosto 10

La oposición denunció ayer que el régimen involucró a niños en un «acto de repudio» contra disidentes esta semana.


El de los Castro es, pura y simplemente, un régimen esquizofrénico que, en vez de hacérselo mirar por un buen especialista, está empeñado en llevar a todo un país a esa misma esquizofrenia. Si los octogenarios hermanos excarcelan presos con una mano, para que la Unión Europea crea que cumplen con sus exigencias democráticas, con la otra acosan, detienen e intentan amedrentar a la oposición en la isla, seguramente, para que nadie piense que la gerontocracia que controla Cuba está más débil que nunca.

Al reciente anuncio de que otros seis disidentes –de los 75 detenidos en la «Primavera Negra» de 2003– serán excarcelados y trasladados a España en los próximos días, la dictadura respondió esta semana con nuevas detenciones en el oriente de la isla. Algo que no es nuevo; sólo se ha acentuado en los últimos meses.

Cinco activistas del Movimiento Jóvenes Cubanos por la Democracia –Jordi García Fournier, Heriberto Liranza, Idalmis Núñez Reinoso, Samuel Leblan Pavón y un quinto sin identificar– fueron interceptados por la Policía el pasado 11 de agosto. ¿Motivo? Ninguno. Simplemente se encontraban en Baracoa, provincia de Guantánamo, sin ser vecinos de esta ciudad. «Si nos ven fuera de nuestra ciudad nos detienen, es una forma de acoso habitual», corrobora a LA RAZÓN el disidente Jorge Corrales.

Al día siguiente varios miembros de la Alianza Democrática Oriental, que agrupa a una veintena de movimientos a favor de la democracia, protestaron por estas detenciones arbitrarias. La Policía Política, cuenta Corrales, escenificó el habitual «acto de repudio» con medio centenar de «adictos» al régimen. Pero esta vez, además de mayores de edad, la seguridad también congregó «a niños de entre 5 y 8 años, a los que mandaron tirar piedras contra la casa de Néstor Rodríguez Lobaina, el presidente de Jóvenes Cubanos por la Democracia».

El incidente se saldó con la detención del propio Néstor, su hermano Rolando (arrestado también el pasado 3 de agosto, junto a otras 40 personas) y otros cuatro miembros de la ADO –Enyor Díaz Allen, Óscar Sabón Pantoja, Francisco Manzané Ortiz y Roberto González Pelegrín–. «Cinco de ellos están todavía en el Cuartel de Operaciones de Guantánamo y nos han dicho que estarán bajo investigación durante 96 horas, es decir, hasta el lunes (por hoy)», asegura Corrales, que apenas puede creer el motivo por el que sus compañeros están bajo custodia policial: «Dicen ellos (la Policía) que una señora acusó a Néstor porque su hija y otro niño resultaron heridos en el apedreamiento de su casa».

Y se pregunta: «¿No debería acusar a la Seguridad del Estado, que es la que involucró a los niños?». Eso sería en un país normal ¿no? «Pero allí no sería necesario acusar a nadie porque eso nunca hubiera ocurrido», responde Corrales, que describe Guantánamo como «una de las provincias donde más represión hay Cuba».

Familiares en peligro

Varios de los excarcelados cubanos han pedido al Gobierno traer a España a más miembros de sus familias, después de que el régimen castrista les impusiera un tope de personas con las que abandonar la isla cuando salieron de prisión. Los disidentes aseguran que el Ministerio de Asuntos Exteriores se comprometió a hacer gestiones ante las autoridades de La Habana para permitir viajar a Madrid a este grupo de allegados, que ronda las 30 personas.

Han solicitado que estos familiares puedan venir en el vuelo que trasladará a España en los próximos días a otros seis opositores que van a salir de la cárcel, como anunció el pasado viernes el Arzobispado de La Habana. «Tenemos mucha preocupación por estos familiares y miedo a que puedan sufrir la represión del régimen», declaró a Efe Jesús Mustafá, que llegó a Madrid el pasado 23 de julio.