martes, agosto 17, 2010

Una, dos, tres, muchas Yoani

Nota del Bloguista

Dada las desagradables sorpresas que se han tenido en más de medio siglo de existencia de Oposición antiCastrista, muchos opositores trabajan y luchan dentro de Cuba con la consigna, lema o ley no escrita ¨ Todos somos de Seguridad del Estado hasta que se pruebe lo contrario¨ . Este lema ha hecho que pese a que la labor de la Oposición política pacífica no es clandestina, no se le facilite el trabajo de neutralización y represión al Departamento de Seguridad del Estado. ¿ Por qué excluir de ese lema a tal o mas cual opositor, disidente, bloguer, periodista independeiente, etc.. ?. Además, en los años 60s la Seguridad del Estado creó organizaciones contrarrevolucionarias, grupos de alzados, etc.. para liquidar la contrarrevolución interna en Cuba y una de sus estrategias fue la de buscar unificaciones de organizaciones o grupos y situar a sus agentes en las posiciones más altas en las estructuras recurriendo a diferentes tácticas, incluyendo la eliminación de la cúpula a los líderes genuinos para así la Seguridad del Estado tener control de todo ese grupo de organizaciones. Esa estrategia que le dió a la tiranía tan buen resultado en esos años, ella no iba a dejar de aplicarla, sólo ltenía que adecuarla a las condiciones actuales. Lo que no se debe hacer es aplicarle a una persona particular de manera infundada la carga negativa de ese lema, y mucho menos, de dejar de trabajar en la Oposición o disidencia por temor a que hayan agentes del DSE infiltrados; hay que saber trabajar bajo esas condiciones de la misma manera que un electricista trabaja ¨en caliente ¨ los cables o alambres de electricidad.

Por otra parte, por muy profesional que sea un agente con el tiempo va dejando o dando indicios de su actividad y más cuando son personas improvisadas y el régimen al que ellos responde está urgido y desesperado de hacer cosas para neutralizar las actividades en su contra. En Cuba en estos últimos meses a partir de febrero hubo momentos en que la tiranía se vió urgida de hacer jugadas en un ¨rapitrance¨ desencadenado por el asesinato de Orlando Zapata Tamayo.
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Una, dos, tres, muchas Yoani
Justify Full
Leandro Maidia

La difusión alcanzada por mi anterior artículo sobre la bloguera cubana Yoani Sánchez, y algunas críticas a causa de mi empleo de seudónimo y otro tópicos tratados en ese texto, me obligan, como suele espetarme un amigo cubano, a “recurvar”. Así que aquí estamos de nuevo, gracias a la deferencia de escritores y bloggers como Zoé Valdés, quien valientemente lo ha publicado en su página –no todo el mundo se atreve— e injustamente ha debido soportar las acusaciones infundadas de que es ella quien está detrás del análisis. A la autora de La Nada Cotidiana, a todos ustedes, mi agradecimiento.

Pero vayamos al grano. Firmo con seudónimo porque, insisto, me solidarizo con algunos colegas exiliados. Es, antes que todo, un gesto simbólico de solidaridad con aquellos amigos cubanos que temen airear sus inquietudes sobre el particular, a sabiendas de que criticar a Yoani puede complicarles la existencia. Nadie quiere verse señalado con un dedo, y este es precisamente uno de los síntomas más preocupantes del fenómeno Yoani, que sus críticos temen verse señalados con un dedo. Y firmo con seudónimo porque en definitiva pierdo más que gano involucrando mi rúbrica en un asunto que, como muchos seguramente aducirían después, en mi condición de extranjero no me concierne.

Se ha insistido en que intento culpar a Yoani Sánchez de la saturación noticiosa y logística de la que se beneficia. Absolutamente falso. Nunca he culpado a la blogger, y subrayé en el artículo en discusión que reconozco sus méritos. Se me ha acusado hasta de calumniador, pero el objetivo del análisis era revelar la miopía de una parte del exilo cubano y los medios de prensa internacionales, en ningún caso fustigar a la Sánchez. No se me puede acusar de haber intentado enlodar la figura de la comunicadora con especulaciones ni teorías conspirativas, y eso que en la trayectoria de Yoani sobran elementos para desviarnos por ese “mal camino”. La meta nunca fue desacreditar la labor de Yoani, sino poner en evidencia la desastrosa estrategia mediática y política del exilio cubano y de muchas organizaciones en el exterior de Cuba, que se han quedado girando, como hipnotizados, alrededor del árbol, sin descubrir que más allá hay todo un bosque.

¿Por qué ha sido únicamente Yoani la reportera estrella tras los acontecimientos de los últimos meses en Cuba, en los cuales la oposición ha sido protagonista? ¿Por qué fue únicamente ella la que pudo filmar y enviar fuera el video de la entrevista a la madre de Orlando Zapata, tras la muerte del opositor? ¿Por qué fue ella nuevamente, únicamente ella, la que grabó los últimos minutos de la huelga de hambre de Guillermo Fariñas, en el hospital de Santa Clara? ¿Por qué fue otra vez únicamente ella la que pudo sacar los videos de Banes donde Reina Luisa Tamayo y su familia son hostigadas con un cerco que les impide visitar la iglesia y el cementerio? ¿Casualidad? ¿Confluencia de los astros? No olvidemos el detalle de que para ejecutar todas esas acciones no se necesita talento particular ni inteligencia superior, sólo recursos inmediatos, apoyo logístico y una posición de privilegio mediático, herramientas de las que la inmensa mayoría de los blogueros y periodistas independiente carece, a excepción de Yoani. Es Yoani en exclusiva la que ha podido hacerlo porque es Yoani, casi exclusivamente, la que acapara la atención del universo exterior, en su condición de blanco privilegiado de sus apoyos materiales y promocionales. Y esto no sólo es injusto para con los demás blogueros residentes en la isla, muchos de los cuales han demostrado una calidad y una capacidad de trabajo por lo menos similares a los de Yoani. Es injusto y además torpe, contraproducente. Se están repitiendo en Yoani los esquemas de promoción y actuación que tradicionalmente han hecho del personalismo el norte de la política en nuestras naciones, en lugar de extender la atención y el apoyo hacia los cuatro puntos cardinales del movimiento bloguero, sin favorecer especialmente a nadie.

Hace rato es tiempo de comenzar a promover, en grande, a otros informadores además de a Yoani. Es así como se extiende y afianza la sociedad civil, embrión de la democracia, no personalizando la alternancia, no repitiendo al viejo cuento del Mesías, del Comandante en Jefe. A Luis Felipe Rojas, por ejemplo, escritor, magnífico bloguero (detenido este lunes por la Seguridad del Estado, por cierto) apenas se le menciona. ¿Por qué? ¿Porque es hombre? ¿Porque es negro? ¿Porque es oriental? ¿Por qué no se desvían más recursos hacia donde, en buen cubano, de verdad está la candela? No pudo ser más claro Rojas en su blog Cruzar las alambradas, en su último post (S.O.S) publicado: “Es una lástima, no me cansaré de repetirlo, que las grandes y lustrosas agencias de noticias internacionales hospedadas en La Habana no se den un salto hasta Oriente, al corazón del horror en Cuba”.

Hablando con absoluta franqueza, lo que han provocado los medios de prensa internacionales, los lobbies y ese exilio que criticaba arriba –y no pretendo generalizar— con su desmedida preferencia por Yoani, su profusión de premios, sus libros editados, sus ayudas, su logística teledirigida, etc., es atrofiar, desvalorizar a la nueva hornada del movimiento blogger en Cuba. Como decía la bloguera Alana en razón del tema (y debo decir que ella entendió a la perfección mis inquietudes), si mañana Yoani desaparece, es encarcelada o secuestrada, o sufre alguna clase de chantaje o percance, Dios no lo quiera, el movimiento blogger quedaría prácticamente descabezado. Y no porque la archipremiada blogger sea imprescindible, sino porque desde fuera de Cuba, caprichosamente, se han concentrado todos los medios, influencias y conexiones en su exclusiva persona, mientras los demás blogueros han quedado relegados a un papel de segundones, algunos incluso obligados a sobrevivir bajo su falda.

Permítaseme entonces, en la línea de este último párrafo, cerrar con una autocrítica: el título de mi artículo anterior, es cierto, no era el más adecuado. No es un relevo lo que necesita Yoani, ni nosotros, ni la causa de la libertad. Son, como me reprochaba un lector de ese texto, muchas Yoani lo que necesitamos. Aunque para lograrlo dejemos de favorecer artificialmente a Yoani. La democracia se construye entre todos, y beneficia a casi todo el mundo, o no se construye. Ya es hora de halar parejo.


1 Comments:

At 4:29 p. m., Anonymous Anónimo said...

Yoani misma está promoviendo a los otros bloggers. Si yo leo diáriamente a Claudia Candelo, a Myriam Celaya y a Orlando Pardo, y a otros menos frecuentemente, es porque Yoani los dio a conocer. Ellas(os)con sus diferentes ópticas y estilos amplían la visión, y no veo a Yoani compitiendo con ellas(os) o ellas(os) con Yoani. ¡Relax!

 

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