domingo, febrero 06, 2011

Reflexiones del actor Kirk Douglas en su sabia ancianidad: “LO QUE SE”

Kirk Douglas ( 9 diciembre 1916, )

foto del año 2008



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Así contestó, a los 84 años, Kirk Douglas el cuestionario que conforma la excelente sección de la revista Esquire titulada.

“LO QUE SE”


Mis hijos no tuvieron las ventajas que tuve yo en mi infancia: cuando uno viene de la pobreza más abyecta, no hay otra dirección adonde ir que no sea hacia arriba.

Sé que el amor es más hondo a medida que uno se hace más viejo.

Sé que todo el mundo tiene ego.

Sé que, por más que a los judíos nos enseñen a leer en hebreo, no entendemos un carajo de lo que estamos leyendo. Cuanto más estudio la Torá menos religioso me vuelvo, y más espiritual quizá. En el último Yom Kippur opté por la traducción al inglés y descubrí que Dios no necesita que le cantemos alabanzas sino que seamos mejores como personas.

Sé que cada hijo es diferente y que hay que darles soga, siempre: no aconsejarlos mucho y dejarlos cometer sus propios errores. Es como el pase inglés: uno tira los dados y espera a ver qué pasa.

Sé que, a veces, lo que te compromete te libera. Yo no quería ser actor de cine. Mi vida era el teatro y la primera vez que me llamaron de Hollywood rechacé el ofrecimiento. Pero entonces nació Michael y hacía falta más dinero, y me vine para acá.

Sé que todo buen aprendizaje termina sólo cuando estás bien muerto.

Sé que, si un hombre me diera a entender que nunca cometió un pecado en su vida, no me interesaría en lo más mínimo hablar con él.

Sé que los musulmanes siguen a Mahoma; los cristianos a Jesús, y los judíos, a Moisés, pero es el mismo Dios, en mi opinión.

Sé que hacer películas es una forma un poco cara de narcisismo.

Sé que los hijos necesitan la misma cercanía física con el padre como con la madre. Cuando beso a mis hijos en la boca, alguna gente me mira raro, pero no me importa porque sé que no es una debilidad.

Sé que Atrapado sin Salida fue una gran decepción en mi vida. Compré los derechos para cine, pero nadie quería hacer una película con eso. Entonces pagué para hacerlo en Broadway, pero tampoco. Había una línea en especial en el libro que me parecía inigualable: cuando McMurphy trata de arrancar el lavatorio de la pared delante de los demás internos y no puede. Y todos lo están mirando y él gira hacia ellos y les grita: ‘¡Por lo menos traté!’. Hay días en que pienso que ése debería ser mi epitafio.

Sé que por algo es que la política se ha vuelto una mala palabra.

Sé que hay cosas en la vida que uno nunca logra hacer como Dios manda. Jugar al golf, por ejemplo.

He sobrevivido a la caída de un helicóptero, con cirugía vertebral incluida, a un infarto que casi me lleva al suicidio, tengo un marcapasos y problemas en el habla. ¿Y qué? Siempre me digo: la edad está en la cabeza. Es el único antídoto que permite seguir funcionando.

Sé que millones de personas murieron por motivos religiosos: algo anda mal ahí, ¿no?

Sé que esto puede pasar: uno se muere, lo llevan frente al barbudo sentado en el trono, uno pregunta si eso es el cielo y el barbudo responde: "¿El cielo ? De ahí acaba de venir, caballero".

Sé que la única gente que puede destruir Israel son los judíos, porque su obstinación alimenta la división. Como decía aquel chiste en que se encuentran el presidente de los Estados Unidos y el de Israel y éste le dice: ‘Sé que ha de ser difícil ser presidente de 250 millones de personas, pero ¿sabe lo que es ser presidente de cinco millones de presidentes?’

Todo el mundo se la pasa hablando de los viejos tiempos: que las películas eran mejores, que los actores eran superiores, que la gente era más solidaria. Lo único que yo sé de los viejos tiempos es que ya pasaron.

Sé que pensar un poco en los demás es una manera de distraerse de uno mismo.
Creo que recién ahora empiezo a saber quién soy. Como si mis virtudes y mis defectos hubiesen estado hirviendo en una olla todos estos años y con el hervor se hubieran ido evaporando y convirtiéndose en humo, y lo que queda en el fondo de la olla es mi esencia, y se parece inquietantemente a aquello con lo que empecé al principio.

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Kirk Douglas is an American actor and film producer known for his gravelly voice and his recurring roles as the kinds of characters Douglas himself once described as "sons of bitches". He is also father to Hollywood actor and producer Michael Douglas. He came in at #17 on the list of the greatest male American screen legends of all time and is one of two living actors on the list (Sidney Poitier being the other).

Douglas played an important role in breaking the Hollywood blacklist by publicly opposing Stanley Kubrick's intention to take credit for the screenplay of Spartacus, which had been adapted from Howard Fast's novel by the blacklisted Dalton Trumbo.

The 1996 Academy Awards were just six weeks away when Douglas had his stroke. He had to learn his lines and more importantly how to say them because he was getting an Oscar for lifetime achievement.

He was scared of speaking before such a large audience. But he rose to the occasion and so did the crowd. He spoke for several minutes that night. He has not stopped talking since.

“He has shown us another side of him that he can be every bit as heroic as the people he portrayed on screen, probably more so,” says Hollywood writer Larry Gelbart, who has known Douglas for years.

“He’s certainly much more touchy feely,” says Michael. “He’s more fuzzy and, truthfully, a much nicer person.”

Today Kirk Douglas is happiest in a role he started playing late in life. He and his wife have given away millions to children’s causes here and overseas.

Their latest project is rebuilding all the playgrounds in the Los Angeles school district. They have done 170, and plan to do 130 more. “I think I have become a human being,” he says.

Kirk’s latest movie includes his son and his grandson.

Says Michael: “We’re having the best time in our lives. It’s just kind of a magical feeling.” The movie is called "A Few More Years." In it Michael Douglas plays Kirk Douglas’s son. Kirk Douglas’s grandson Cameron plays the grandson. Kirk plays a man who’s had a stroke.

Kirk says he is most proud of having broken the Hollywood Blacklist. During the Cold War, Douglas risked his career by hiring a writer on “Spartacus” who had been denounced as a communist by congressional investigators. Most of Hollywood shunned the people on the blacklist.

His speech may be slurred but he still has a lot to say. “I’m out to be what I am and do what I can. And if you don’t like it, screw you,” he says.

How does he want to be remembered? “I tried. God damn it, I tried. I think all you can do in your life is try. You cannot do any more than try your best.”

Kirk's book "My Stroke of Luck", is wonderful and shows so much respect for this man as an actor, husband, father, friend and "child of God". What a very kind, loving, brave man.

4 Comments:

At 5:43 p. m., Anonymous Anónimo said...

Excelente, siempre lo he admirado

 
At 5:45 p. m., Anonymous Juan narvaez colombia said...

Me sorprende siempre, ayer lo vi en la entrega de los Óscar y quede sorprendido. Dios lo guarde

 
At 1:53 a. m., Blogger Unknown said...

ES UN CABALLERO, SABIO,BUEN CONSEJERO, BUEN PADRE Y ALOS AÑOS QUE TIENE LO SIGO ADMIRANDO. FAN DE TODAS SUS PELICULAS, MARAVILLOSO ACTOR. DESDE COLOMBIA UN ABRAZO. QUE DIOS LE SIGA DANDO LA SALUD.

 
At 9:45 a. m., Anonymous Anónimo said...

NO DEJA DE SORPRENDER LO GRANDE QUE SIGUE SIENDO, OJALA TODOS TUVIERAMOS LARGA VIDA Y EXITOS COMO EL HA TENIDO EN LA VIDA, UN VERDADERO EJEMPLO PARA EL MUNDO, NO TE MUERAS NUNCA IDOLO.

 

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