viernes, septiembre 09, 2011

Elsa Morejon Hernández: LA DESINFORMACIÓN EN CUBA

Nota del Bloguista

La desinformación en Cuba es grande, pero el que desea informarse puede informarse por la radio del exterior, las bibliotecas independientes, los opositores que tienen acceso a las embajadas, etc.. El miedo es otro factor para ir a esas fuentes de información.
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Tomado de http://www.lanuevanacion.com




LA DESINFORMACIÓN EN CUBA



Por Lic. Elsa Morejon Hernández



Por algo andan bien para el gobierno todas las cosas por esta República de Cuba. La Internet está limitada a centros laborales, a periodistas oficialistas que divulgan el mensaje del gobierno, a extranjeros y a unos pocos centros educacionales y religiosos que hacen causa común con el régimen.

Ahora bien, el derecho universalmente reconocido de acceder al Internet no es otorgado a la Convención Bautista Occidental de Cuba. Una organización a la cual año tras año le niegan este servicio tan necesario para los estudiantes y profesores que enseñan y gradúan a cientos de cubanos. De allí salen los graduados a sembrar en los hombres y mujeres de nuestra sociedad grandes valores éticos y morales.

Pero no vengo a hablar específicamente de Internet que, en el caso de los cubanos, somos el único pueblo en el mundo para el cual está vetada.

En Ciudad de la Habana existen cuatro magazines que no pueden ser considerados como periódicos. Todos ellos gubernamentales y cuyas líneas editoriales esta parcializadas en un 90 por ciento con un partido político. Lo mismo ocurre con las emisoras de radio, por lo que la información de lo que sucede en Cuba es manipulada y muchas veces distorsionada por el régimen.

Cuando tengo oportunidad de entrar a Internet y veo la información que sale de Cuba por diferentes medios me pregunto hasta cuando viviremos en una Cuba virtual.

La información es un derecho ciudadano al igual que el de opinión. Los mensajes erróneos que muchas veces oímos o leemos son producto de poca o ninguna información sobre los temas a que hacen referencia. De ahí la necesidad de seguir insistiendo en que un mayor número de cubanos disfruten del derecho a una información verídica y balanceada.

Recientemente han sucedido cosas muy interesantes que no solo son injustas sino que no corresponden a la realidad y no ayudan en lo más mínimo a la democratización en Cuba. Un Habanastation que refleja muy poco la realidad de la niñez en Cuba y se ensaña con la disidencia y el exilio en Miami, ¿Quién separo a las familias cubanas? No fueron los exiliados ni el gobierno norteamericano.

¿A quién le molesta la disidencia cubana, sus héroes, sus mártires y logros? Hombres y mujeres que se atrevieron a hablar, a escribir y a denunciar las violaciones a los derechos humanos cuando la mayoría de los cubanos permanecía indiferente a nuestra tragedia. ¿A quién les molesta que haya hombres y mujeres íntegros y de principios como mi esposo el Dr. Oscar Elías Biscet? Un hombre que no ha claudicado después de haber pasado más de 11 años de castigo y tortura en las mazmorras castristas.

Hace solo 6 meses que mi esposo salió de prisión y las campañas para silenciarlo y desacreditarlo han sido incesantes y múltiples. El autor de este hostigamiento es un gobierno de Cuba que no le perdona su entereza ni su integridad de hombre amante de Dios y de la libertad.

Al concluir este artículo nos llega la desagradable noticia del fallecimiento de nuestro hermano Julio Pitaluga, el expreso político más antiguo de Cuba.

Julio estuvo más de 20 años en las cárceles cubanas junto a mi padre Juan Ramón Morejón quien, gracias a Dios, vive hoy en el exilio. Estos dos valientes, junto a otros centenares de prisioneros, conocieron la mano de la represión.

(Julio Ruiz Pitaluga)

Ahora veo con consternación y dolor las declaraciones del Cardenal Jaime Ortega Alamino diciendo que el gobierno de Cuba niega haber ordenado represión alguna contra hombres y mujeres que en días recientes ejercían en forma pacifica su derecho a la libre expresión. Sin embargo, el señor Cardenal no emitió una sola palabra de compasión o solidaridad para con las víctimas.

Cuando me convertí al evangelio hace 20 años lo hice para ser solidaria con los más débiles y desamparados de mis semejantes y no para mentir ni darles la espalda en sus momentos de necesidad.

Por ejemplo, hace dos semanas el ex preso de los 75 José Daniel Ferrer me narraba por teléfono la represión gubernamental contra los valientes opositores que viven en nuestra región oriental. Los golpes, los heridos y los gases lacrimógenos estaban a la orden del día.

En ese mismo instante mis oraciones y mis twitter fueron en defensa de esos seres humanos que representan las mejores esperanzas de una Cuba libre, democrática y justa. Es importante que todos hagamos lo mismo para romper la barrera de desinformación que rodea hoy a nuestra patria.