viernes, abril 06, 2012

José Martí sobre la existencia de Dios y la naturaleza religiosa del hombre: Hay en el hombre...

Nota del Bloguista

Gracias al amigo y hermano en la fe que me sugirió y envió este texto.

¡ Feliz Pascua de Resurrección a todos !
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Tomado de http://josemartiyperez.blogspot.com



Hay en el hombre...


Por José Martí



Hay en el hombre un conocimiento íntimo, vago, pero constante e imponente, de UN GRAN SER CREADOR: Este conocimiento es el sentimiento religioso, y su forma, su expresión, la manera con que cada agrupación de hombres concibe este Dios y lo adora, es lo que se llama religión. Por eso, en lo antiguo, hubo tantas religiones como pueblos originales hubo; pero ni un sólo pueblo dejó de sentir a Dios y tributarle culto. La religión está, pues, en la esencia de nuestra naturaleza. Aunque las formas varíen, el gran sentimiento de amor, de firme creencia y de respeto, es siempre el mismo. Dios existe y se le adora.


Entre las numerosas religiones, la de Cristo ha ocupado más tiempo que otra alguna los pueblos y los siglos: esto se explica por la pureza de su doctrina moral, por el desprendimiento de sus evangelistas de los cinco primeros siglos, por la entereza de sus mártires, por la extraordinaria superioridad del hombre celestial que la fundó. Pero la razón primera está en la sencillez de su predicación que tanto contrastaba con las indignas argucias, nimios dioses y pueriles argumentos con que se entretenía la razón pagana de aquel tiempo, y a más de esto, en la pura severidad de su moral tan olvidada ya y tan necesaria para contener los indignos desenfrenos a que se habían entregado las pasiones en Roma y sus dominios.

Pura, desinteresada, perseguida, martirizada, poética y sencilla, la religión del Nazareno sedujo a todos los hombres honrados, airados del vicio ajeno y ansiosos de aires de virtud; y sedujo a las mujeres, dispuestas siempre a lo maravilloso, a lo tierno y a lo bello. Las exageraciones cometidas cuando la religión cristiana, que como todas las religiones, se ha desfigurado por sus malos sectarios; la opresión de la inteligencia ejercida en nombre del que predicaba precisamente el derecho natural de la inteligencia a libertarse de tanto error y combatirlo, y los olvidos de la caridad cristiana a que, para afirmar un poder que han comprometido, se han abandonado los hijos extraviados del gran Cristo, no deben inculparse a la religión de Jesús, toda grandeza, pureza y verdad de amor. El fundador de la familia no es responsable de los delitos que cometen los hijos de sus hijos.

Todo pueblo necesita ser religioso. No sólo lo es esencialmente, sino que por su propia utilidad debe serlo. Es innata la reflexión del espíritu en un ser superior; aunque no hubiera ninguna religión todo hombre sería capaz de inventar una, porque todo hombre la siente. Es útil concebir un GRAN SER ALTO; porque así procuramos llegar, por natural ambición, a su perfección, y para los pueblos es imprescindible afirmar la creencia natural en los premios y castigos y en la existencia de otra vida, porque esto sirve de estímulo a nuestras buenas obras, y de freno a las malas. La moral es la base de una buena religión. La religión es la forma de la creencia natural en Dios y la tendencia natural a investigarlo y reverenciarlo. El ser religioso está entrañado en el ser humano. Un pueblo irreligioso morirá, porque nada en él alimenta la virtud. Las injusticias humanas disgustan de ella; es necesario que la justicia celeste la garantice.

Obras Completas, Editorial de Ciencias Sociales, 1991, T. 19, págs. 391-392.
Tomo 19 (Viajes, Crónicas, Diarios, Juicios), en las páginas 391-392, edición de 1975 del Instituto Cubano del Libro

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2 Comments:

At 4:00 a. m., Blogger ANL said...

Interesante ver como intuye José Martí y llega a unas conclusiones acertadas:
1- Que existe en la naturaleza humana una necesidad espiritual apremiante. Esto es comprobable en la religiosidad de toda cultura humana.
2- Que la adoración instituida por Cristo, a diferencia de otras, apela a la razón, a la virtud y a la verdadera libertad. Por eso toca el corazón y atrae a aquellos que están deseosos de estas magnificas cualidades y desempeño humano.
3- Que no se puede culpar al fundador del cristianismo los desenfrenos, tergiversación y apostasía de los quevdicen ser sus seguidores.
4- Que sin moral y adoración pura una sociedad está destinada al fracaso y su caída.

El llama sencillo, claro y diáfano el mensaje del Cristo. Curioso que aunque claro a él y a muchos otros hombres sinceros, estas conclusiones le estén vedadas a tanto intelectual del pasado y del presente.

 
At 3:28 a. m., Blogger Unknown said...

Esto me encantó. Lo voy a compartir en Facebook ahora mismo. Hasta descargue el tomo 19 de las obras completas. Que inteligente era Martí

 

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