A los sudafricanos: ¿cómo puede el dictador Castro II, carcelero de Sonia Garro y de Ramón Alejandro Muñoz hablar en el funeral de Mandela?
Sonia Garro y de Ramón Alejandro Muñoz
Por Zoe Valdes
No ignoro que resultará muy probable que enviar este mensaje a los sudafricanos no signifique absolutamente nada o poca cosa. Mucho menos enviarlo a cualquiera de las personalidades presentes en el funeral de Nelson Mandela en Sudáfrica. Pero no puedo callarme. ¿Cómo aceptan los líderes del mundo libre compartir discurso con el dictador Castro II? ¿Cómo tolerarán escuchar las mentiras del tirano, del verdugo de tantos cubanos, en especial de Sonia Garro Alfonso y Ramón Alejandro Muñoz?
No sólo es incomprensible que esto ocurra, es inadmisible, resulta una verdadera afrenta a la libertad y a todo lo que según ellos representaba precisamente Mandela. Imaginen qué habría sucedido si mientras Mandela estuvo preso, cualquier líder del mundo libro asistiera y compartiera ceremonia con sus captores y verdugos. Seguramente ocurrió, pero estoy segura que esa persona fue denigrada y se hizo lo imposible luego para que se le señalara como mínimo con el dedo por colaborador del régimen del Apartheid.
¿Quién desconoce que los cubanos viven sometidos a un terrible Apartheid por parte de los Castro? ¿Quiénes no se han enterado a estas alturas que el régimen asesinó a Orlando Zapata Tamayo en una cárcel mientras hacía una huelga de hambre, envió al exilio a su madre y hermanos, asesinó a Laura Pollán, a Wilmar Villar Mendoza, a Oswaldo Payá Sardiñas, a Harold Cepero, mantuvo en la cárcel durante más de once años a Oscar Elías Biscet y diecisiete años a Jorge Luis García Pérez Antúnez?
¿Saben los sudafricanos cómo murió Pedro Luis Boitel en una prisión castrista? ¿Pueden interesarse, al menos, en la historia de Mario Chanes de Armas, revolucionario luchador en contra de Batista y luego en contra de los Castro (preso 30 añoss y meses bajo el castrismo), en la de Eusebio Peñalver (28 años de cárcel bajo el castrismo), Ernesto Díaz (22 años de cárcel bajo el castrismo), y tantos otros presos y presas políticos plantados?
Es una verdadera vergüenza que el pueblo sudafricano acepte semejante burla y tamaña humillación a los cubanos víctimas del racismo y de las más abyecta de las marginaciones en su propio país. Constituye incluso una deslealtad a la lucha sudafricana.
Zoé Valdés.
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Dicen que no fue por racismo
Por Juan González Febles
09/19/2013
El
sms de la reportera Dania Virgen García dejó poco espacio para dudas.
La fiscalía provincial de La Habana hizo una petición fiscal de diez
años de reclusión por supuestos delitos de atentado, desorden público y
tentativa de asesinato, para la Dama de Blanco Sonia Garro. Para su
esposo, Ramón Muñoz, la fiscalía pide catorce años de reclusión por
supuestos delitos de desorden público y tentativo de asesinato. Se trata
de la Causa 418/13.
Es de esta forma que se enmascara un episodio corriente en Cuba de
racismo, brutalidad y abuso policial, ejercido en contra de opositores
pacíficos, solo que se trata de negros.
Luego de más de dieciocho meses de detención ilegal, este matrimonio
de opositores integrado por Sonia Garro, una Dama de Blanco, y por Ramón
Muñoz, un activista pacífico, son denigrados como delincuentes comunes.
Ahora corren el riesgo real de ser condenados como tales. Se trata de
uno de los últimos designios de la banda armada racista y fascista que
se hizo del poder en Cuba desde 1959.
A Sonia Garro y a su esposo Ramón Muñoz los conozco personalmente. No
se trata de referencias o de fotos vistas en la red, en alguna que otra
ocasión. Ellos no son delincuentes, son nuestra gente. Son los que
salen a las calles con demandas pacíficas de libertad y derechos para
todos, sin coberturas mediáticas poderosas y sin poderosos intereses
políticos de respaldo, aptos para campañas desde foros y tribunas
prestigiosas, asépticas y climatizadas.
(Sonia Garro y a su esposo Ramón Muñoz)
A Sonia la recuerdo algún domingo en marcha con las Damas de Blanco.
El color de su piel la colocó en la misma desventaja que privó de su
vida a Orlando Zapata Tamayo. Para los negros en Cuba, todo siempre es
más difícil. Aunque el racismo no sea en nuestro medio la circunstancia
más importante con la que haya que luchar a nivel popular o social, la
élite que detenta el poder es ciertamente racista. Este racismo es uno
de los rasgos que la separa terminalmente de un pueblo que la detesta,
aunque no sea esta la única contradicción.
Tanto la policía Seguridad del Estado como la llamada Policía Nacional
Revolucionaria, son herramientas para la represión política ciudadana al
servicio de la cúpula militar fascista instalada en el poder desde
1959. Ambas instituciones no siguen en su desempeño la letra de la ley.
Lo que determinó su actuar en el pasado reciente y en la actualidad aún
lo determina, son los absurdos y numerados ‘ordenos’, dictados en su
momento por el líder histórico que fundó el régimen militar totalitario
que detenta el poder absoluto desde 1959.
Ambas instituciones acumulan hasta el momento un impresionante
expediente de abusos al derecho ciudadano y por extensión, a los
derechos humanos, civiles, políticos y económicos reconocidos
internacionalmente. Las denuncias hechas a través del tiempo por
organizaciones y grupos defensores de conculcados derechos en Cuba,
apuntan al carácter racista del desempeño en la policía llamada nacional
y revolucionaria, así como, las conductas brutales y racistas que
tipifican el desempeño de los funcionarios del sistema carcelario en la
Isla.
Quizás para Sonia y Ramón las cosas hayan llegado hasta esta situación de injusticia notoria, por el silencio
culpable que hasta este instante acompaña un abuso que ha tenido como
preámbulo más de dieciocho meses de detención arbitraria. Esta
injusticia aun no logra encontrar el nicho solidario adecuado. Ni en
Cuba ni fuera de ella. Tampoco en las agendas de la mayoría entre los
disidentes viajeros o en las inquietudes de quienes pagaron y
prepararon sus viajes y sus agendas.
El régimen militar pretende hacer pasar por delincuentes a opositores
pacíficos legítimos y se ensaña contra Sonia y Ramón por ser negros y en
afirmación de su carácter racista e incivil. Si queda vergüenza y si
queda decoro, una campaña internacional desde dentro y desde fuera de
Cuba debe detener el crimen racista que la dictadura militar fascista
cubana se apresta a cometer contra Sonia Garro y Ramón Muñoz.
¡Ojala y aparezca el sumum de vergüenza y solidaridad que se precisa!
Pero ojo, los voceros y alabarderos del fascismo cubano en el caso de
Sonia y Ramón, ya dicen que no es por racismo. Entonces: ¿Qué será?
infiernodepalo@gmail.com
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