Es un blog diario digital conformado con los artículos, opiniones, ensayos, etc. del Catedrático universitario Lic. Pedro Pablo Arencibia Cardoso sobre diferentes temáticas de la problemática cubana, actual e histórica, así como por noticias y artículos de otros autores que se consideran de gran interés para profundizar en la realidad cubana.
miércoles, noviembre 18, 2015
Recordando a Jorge A. Pomares Abicú Liberal. Un poco más de respeto por la vida y obra del Magno Paciente Glosas abicueriles a "Lo que el diario Granma olvida” / Post de Sergio Ramos en Cubaencuentro, 17-01-2010
Recuerdo
que en Cuba vi por la TV castrista, la única existente desde hace medio
siglo, un documental histórico sobre la República de Cuba antes de
1959,; que al hablar de la oposición del pueblo cubano a la dictadura
de Gerardo Machado mostraron las imágenes de gigantescas
manifestaciones populares que según las palabras del narrador, eran de
oposición a Machado. Me llamó mucho la atención esas imagénes y con mi
viejo video VHS, las pasé en cámara lenta para leer un cartel que
aparecía un tanto lejano en la multitudinaria manisfestación; el cartel
decia:
¡ CON MACHADO HASTA EL POLO !
que era una de las consignas más populares de los machadistas. Nada, que hay que desconfiar siempre de los tramposos.
Hace dos días me entré del fallecimiento de Jorge A. Pomar, firmante de la Carta de los Diez que estremeció a la intelectualidad de la isla de Cuba´. Entre sus firmantes se encontraban además María Elena Cruz Varela y Raúl Rivero. ***************************
Un poco más de respeto por la vida y obra del Magno Paciente
Glosas abicueriles a "Lo que el diario Granma olvida” / Post de Sergio Ramos en Cubaencuentro, 17-01-2010
Por Jorge A. Pomar, Colonia
Ramos:Ninguna
dictadura es buena. Ni de derecha ni de izquierda. Ni laica ni
teocrática. Ni del proletariado ni de la oligarquía. Se sabe que el
poder corrompe, por eso es droga que hay que otorgar diluida,
contrapesada y por tiempo limitado.
Abicú:
Cierto, Ramos, pero difieren tanto entre sí que las de derecha --ni por
asomo el caso del Batistato, régimen de corte socialdemócrata tolerante
con los comunistasse encarnan en los subversivos violentos. Amén de
que, por regla general, distan largo tramo de afectar la vida cotidiana
del individuo.
Si
gobernase el perfil aindiado del dictador nacido en Banes, en vez del
grecolatino del oriundo de Birán, con toda probabilidad el Abicú y su
Alter estarían ahora mismo sorbiendo sabroso batido de mamey en un
cafetín de la Habana Vieja en la grata compañía de un par de sicarios o,
en su defecto, redactando sin desasosiego un post contra el general a
la vista del Palacio Presidencial (en este "jodido mundo" hay que
escoger el mal menor con criterio práctico y, sobre todo, huir de las
promesas utópicas igual que del cólera o la lepra). Como solía hacer
Blas Roca Calderío, a la sazón Secretario General del Partido Socialista
Popular, PSP, vecino y amigo personal del "siniestro" Fulgencio Batista
y Zaldívar.
Excepto
las fascistas clásicas --cosa que igual distaron distaron mucho de ser
las de Franco y Pinochet--, los regímenes autoritarios de signo
capitalista nunca suprimen del todo ni a título permanente las
libertades civiles y jurídicas, especialmente el Habeas Corpus (salvó
la vida al autor material del asalto al Moncada y, de paso, jodió las
de varias generaciones al hilo) el derecho de circulación interna y
externa. Amén de fomentar propiedad privada y libre empresa dentro de
los cánones corporativistas.
En
cambio, las de izquierda, que suelen ser más longevas, son
invariablemente totalitarias, o sea, cancelan todo esos derechos y
muchos más a título constitucional. No era lo mismo vivir en la URSS de
Stalin que en la Jruchov o Brezhnev. En el Vietnam del viejo Ho Chi Minh
que en el de Nyguyen Minh Triet. Mucho menos en la China del "viejo
chocho" Mao Tse Tung --de donde huyen despavoridos menos "narras" que
cubinches de la Isla-- que en la de Deng Xiaoping y sus epígonos. [Foto
de abajo: Fulgencio Batista y Zaldívar, Banes 1901-Marbella 1973.]
Incluso,
poco después de la construcción del Muro de Berlín bajo la batuta del
estaliniano secretario general del SED, al ser interrogados en el lado
occidental A sobre sus móviles para asilarse en la revanchista RFA,
consta en acta que los tránsfugas de la RDA solían recalcar con una
frase tajante las notables diferencias existenciales entre su vida
cotidiana bajo Hitler y Ulbricht: Kein Vergleich! (“¡No hay comparación!).
Y
eso porque los hitlerianos, genocidas maniático-compulsivos con su
propio programa Nacional Socialista Obrero Alemán (nazi), fueron de todo
menos chabacanos en materia económica y mezquinos con sus propias
"bestias rubias" (arios) en el plano económico. Para ceñirnos al caso
criollo, que es el que el autor tiene en mente, basta leer, por ejemplo,
“Cuba. Un recuento más”, elocuente artículo publicado por la exiliada
de ambas dictaduras criollas Margarita Nogueras en Hispanicla.com. A continuación, cito un párrafo:
“No
olvidaré cuando fui llamada al primer piso del Palacio Presidencial en
1951 por un contacto de mi familia que le enseñó al General Batista [foto de arriba]
un artículo que escribí : “Playas cubanas”, en donde yo denunciaba
varias cosas de ese gobierno dictatorial. De acuerdo con lo que me
contaron, a él le hizo mucha gracia que una chica tan joven escribiera
con tanto entusiasmo. Me ofrecieron trabajar para ellos y me llamaron
para tomar un examen. Asistí impulsada por esta curiosidad que no me ha
abandonado nunca. Me examinaron en el lujosísimo piso con puertas
blindadas. Pasé el examen, pero pobre como era, no acepté tal empleo”.
Ramos: El
artículo en cuestión se basa en los crímenes del dictador Fulgencio
Batista y hace un recuento de los muertos y esbirros de aquella triste
dictadura que sirvió de pretexto a la actual…
Abicú:Kein Vergleich!
Ya lo garabateaba a escondidas en las paredes el obstinado Liborio en
el más célebre de los grafiti contrarrevolucionario: “Preferimos a
Batista con sangre a Fidel con hambre”. Además de que no se sabe de
Pánfilos clamando por “jama” antes del 59, los muertos del bando
revolucionario durante los siete años de próspera dictablanda batistiana
--que no fueron los 20 000 de las estadísticas oficiales sino,
exactamente, 1 816 del total comprobado ascendente a 2741-- no eran
precisamente disidentes perseguidos por opinar a secas sino por atacar
cuarteles y palacios fortificados, poner bombas a diestra y siniestra y
“ajusticiar” a civiles indefensos. O sea, a desertores, chivatos y
esbirros que, hoy lo sabemos, defendían la libertad perdida a manos de
los libertadores del "llano y la montaña”.
Ramos: Al
igual que no podemos olvidar a José Antonio Echeverría y Frank País,
tampoco puede borrarse de la memoria a Pedro Luis Boitel, César Páez y
mucho menos los genocidios, como el hundimiento del remolcador "13 de
Marzo" o la masacre de Río Canímar, en 1980.
Abicú:
Por desgracia, el equívoco violento del líder de la FEU y el primer
jefe de la clandestinidad del M-26-7 en Santiago de Cuba se lo disputan a
porfía ambos bandos en pugna. Pero el destino trágico de Pedro Luis
Boitel (lamento ignorar quién fue Páez, pero prometo averiguarlo),
dejado morir en inútil huelga de hambre presidiaria por sus ex
compañeros de causa en el poder, es la prueba más fehaciente de la
funesta irresponsabilidad juvenil de Frank y José Antonio. Por lo demás,
sabido es que, aunque ambos firmaron “pacto con el Diablo”, no cortaban
el bacalao entre el pescuezo y la cabeza como el jefe del asalto al
Cuartel Moncada, al que intentaron en vano disputarle el liderazgo de la
errática rebelión. [Cuadro:
En
cuanto a las víctimas del remolcador, suponiendo que hubiesen querido
perderse del Morro a toda costa bajo el Batistato, nadie les habría
podido impedir pirarse en una lancha por, pongamos, el embarcadero de
Cojímar o a bordo de un avión de línea de Panamerican. Todo ello sin
temor a que el Estado se incautara previamente de sus viviendas, autos,
títulos, cuentas bancarias y demás pertenencias. [Cuadro: Carga al
machete durante las Guerras de Independencia.]
Ramos: Del mismo modo que existieron Weyler, Machado y Batista, que torturaron y asesinaron por pensar diferente…”.
Abicú: Falso,
amigo mío. Está bueno ya de confundir: al margen de que en el mejor
caso los revolucionarios supliciados desde el alzamiento mambí de La
Demajagua en 1868 hasta el uno de enero de 1959 compartían idiosincrasia
con sus verdugos, al extremo de --con la notable excepción del
interludio del 33 al 40, gracias a la mano de hierro de Batista y la
mediación de los emisarios de Roosevelt-- representar un salto atrás,
ninguno de esos tres déspotas mencionados por Usted mandaba torturar y
asesinar a nadie “por pensar diferente”.
Gerardo
Machado --“asno con garras” (muy liberales, por cierto) al decir del
poeta estaliniano Rubén Martínez Villena, pero tan popular durante su
apogeo que los Matamoros le dedicaron aquella solidaria tonada que
canta: "Mala
lengua, tú no sigas / hablando mal de Machado / que te llena la barriga /
y te ha puesto aquí un mercado / y te llena la barriga…"--
corrió una suerte muy parecida a la de Batista. A manos de las
veleidades de "nuestro pueblo", siempre casquivano como las doñas de la
famosa ópera de Giuseppe Verdi. De ahí esa esquizofrénica amalgama de
invocación al pacifismo a ultranza para el presente y culto al discurso
maceico-martiano de "pluma y machete" de cara al pasado. Típica por
excelencia de Cubaencuentro, el mal apuntalado portal digital para el que escribe nuestro equidistante autor.
Ramos: “Nadie niega la necesidad de reformas que el país requería entonces… y parece bien tener un pueblo educado y sano…”
Abicú:
Una mentira monumental. Tergiversa a conciencia la realidad historia
prerrevolucionaria. Que se sepa, hasta enero del 59 la lucha contra el
Batistato se libró exclusivamente con el fin de restaurar la
Constitución del 40, que en la práctica, salvo en lo concerniente a la
usurpación de la primera legislatura de la República, nunca fue derogada
del todo por los Estatutos de aquella dictablanda, a día de hoy todavía
denigrada. Más bien de diente para fuera por la mayoría de los
veteranos sobrevivientes en ambos bandos. Y sólo al objeto de exonerarse
a sí mismos de cara al desastre nacional que ayudaron a crear.
Por
lo atañe a salud y educación castristas, la segunda, casi sin personal
docente a causa de la renuncia masiva de profesionales del ramo, está
garantizada por la pericia y la buena fe de monitores, “maestros
emergentes” y televisores chinos. La primera, poco más que un eslogan
publicitario. Si no fuese suficiente con el deprimente espectáculo de
unos hospitales en ruinas donde escasea el personal facultativo y la
higiene brilla por su ausencia, ahí está aún, urbe y orbe como un
gigantesco signo de interrogación sobre la "Potencia Médica", la
paradójica, surreal agonía colectiva de 26 (suponiendo que sea ésa la
cifra real) pacientes en el emblemático Hospital Psiquiátrico Nacional.
Muertos
dizque a causa de un síndrome de “hipotermia" (frialdad) infligido a
los occisos, según se colige de buena fe, por efecto de una aguda falta
de mantas, combinada con hambruna crónica y negligencia criminal
continuada por parte del personal administrativo y asistencial. Sin
añadir el trauma colectivo por haber perdido, a pesar de su enorme
ventaja de arrancada en enero del 59, el Maratón Nacional de Chifladura
con sus por entonces aún relativamente cuerdos rivales del otro lado de
la cerca de Mazorra (antiguo nombre popular del manicomio, aún en uso).
Eso
en una Isla tropical con medio siglo de paraíso experimental socialista
a cuestas cuyos moradores, a juzgar por la fantasía del calentólogo
mayor Al Gore y de nuestro Yacente Ecologista en Jefe, deberían estar
asándose en su propia salsa durante un invierno criollo que jamás ha
existido. Hum… demasiados difuntos a la vez.
Puesto
que las autoridades sanitarias jamás le sacarían de dudas, vaya el
lector en persona a saber si no habrán sido víctimas de algún
revolucionario experimento a base de psicofármacos o tecnología
electrónica de punta made in Cuba.
A lo mejor, murieron de botulismo (intoxicación con cárnicos infectos)
con, por ejemplo, sobras de nuestro sabroso “picadillo de soya
texturizado”. [Cuadro: Casa de locos, Francisco Goya, óleo sobre tabla, 1812-19, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid.]
Descarto
cualquier epidemia letal, dada la circunstancia de que no se reportan
bajas entre el personal de plantilla. Y no por ser el remate menos
importante: cualquiera haya sido el desempeño real de la Segunda
República, donde me consta que la atención médica y magisterial eran
mayormente gratuitas para la plebe de a pie, a la hora de cotejar pasado
y presente de esos dos rubros ministeriales se debe tener en cuenta que
median más de 50 años entre ambos, así como el dato arqueológico de que
el segundo se construyo sobre la base del primero. No al revés...
Ramos: “Tampoco
dice nada sobre la ineficiencia congénita de un sistema que desmotiva
la productividad del trabajador. Lejos de abrirle vías de prosperidad y
bienestar, lo hunde en la miseria y lo obliga a resignarse con un
salario miserable…”
Abicú:
¡Bingo! Gran verdad de Perogrullo que podría tener su principal razón
de ser en el enorme déficit de economía de mercado capitalista. Vale
decir, de neoliberalismo gerencial puro y duro, según le diagnosticara
al Reino del Medio el camarada Deng Xiaoping, ese médico chino del
“socialismo realmente existente”. Por lo demás, desengáñese y tenga en
cuenta el siguiente, genial aporte teórico del Abicú.
Junto
a la “plusvalía capitalista”, inhrente al modelo socioeconómico
bosquejado por Karl Marx en el siglo XIX --y llevado hasta sus últimas
consecuencias por el Magno Paciente-- elimina de cuajo el “salario
miserable” y los sindicatos.
De
hecho, lo reemplaza con un sueldo estatal equitativo que, felizmente en
el Archipiélago Cubensis, alcanza y sobra para sacar el patético rancho
mensual de la cartilla de racionamiento desde hace 50 y pico de años.
[Foto de al lado: Una de las tiendas de morires "normados" durante los
albores del, según la vox populi, "Año del Poste" (el "cable" del
dicharacho se lo jamaron completo en el 2009) ahora mismo en La Habana.]
De
ñapa sendas contribuciones teóricas originales de mi Alter Ego a la
teoría económica turbocapitalista y a las estancadas reformas del
Hermanísimo: (1) “Para que alcance, tiene que sobrar”. De ahí el éxito
occidental de las injustas, oprobiosas, mefistofélicas sociedades de
consumo occidentales y la pasión de nuestras tránsfugas y balseros por
sus abarrotados supermercados y tiendas por departamentos.
Ramos: Mientras
el discurso reivindicaba la soberanía nacional, el país se entregó a
los dictámenes de la URSS, y el pago en vidas de jóvenes cubanos,
muertos en guerras ajenas y lejanas. Ahora el régimen reverencia al otro
régimen, el de Hugo Chávez. Una declinación de la soberanía que sólo
tiene un nombre: traición a la Patria.
Abicú:
Aquí tampoco anda el autor menos errado, con y sin hache: nuestro
Reflexivo Patriarca Vitalicio jamás ha delegado en ninguna potencia
extranjera el ejercicio omnímodo de la “soberanía nacional” omnímoda
sobre su plantación insular. No iba a donársela, por puro amor a los
ilusos “bolos” (rusos en la jerga popular de la época) después de, más
que traicionar (jugaban en la misma novena zurda), embaucar a unos
cuantos aprendices de brujo político ansiosos por ser sodomizados a fin
de conquistar la Perla de las Antillas para sí, su clan biránico y sus
secuaces más contumaces de la Sierra Maestra.
Ahora
bien, de principio a fin ese excéntrico matrimonio de conveniencia con
Moscú --contraído por iniciativa unilateral suya por mediación de la
doctrinaria, arribista e incauta elite del Partido Socialista Popular,
para asombro y regocijo de la contraparte soviética-- nunca fue
mutuamente ventajoso: el astuto gigoló criollo siempre llevó la mejor
parte, material y espiritualmente. De calle...
En
Sudamérica hizo y deshizo a su antojo, puso y quitó gobiernos. Salvo en
Bolivia, reñida partida de ajedrez donde se esforzó bastante pero al
final sacrificó al energúmeno rioplatense de la "estrella que ilumina y
mata" en la frente. A saber, a diferencia de Fidel, pragmático, jesuita y
maquiavélico como para él solo, el Ché era un lunático capaz de creerse
sus propias fábulas hasta cuando no le cuadraban ni atrás ni alante.
Otro
engorro, muerto en su ley manicomial, que le granjeó a la Revolución
preciosas lealtades subcontinentales para luego hacer mutis por el foro
en el sitio y momento adecuados. A la postre la historia le ha dado el
espaldarazo al Quijote caribeño: sin necesidad de tirar un chícharo,
Bolivia es hoy por hoy un cutre satélite de Cuba. ¿Quién lo duda? Igual
de obvia la circunstancia de que el Palacio de la Revolución manda a su
antojo en el Palacio de Miraflores y no al revés. ¿Estamos? [Foto: Con
Nikita Jruchov en la ONU, septiembre de 1960.]
Recordemos
la anécdota de un Hugo Chávez torpemente depuesto por los golpistas del
2002: apendejado, Biblia, rosario y crucifijo en mano, ha doblado la
cerviz ante el Todopoderoso (a la sazón todavía no su padre adoptivo
Fidel sino Jehová) y se dispone a abordar el avión rumbo a la Isla. Como
Deus ex machina entra en escena el Magno Paciente y lo salva por un
pelo.
Acto
seguido, ya con esa impagable deuda de gratitud del Gorila Rojo en su
haber, se las apañaría sin esfuerzo para que los pozos petroleros de
Maracaibo sustituyeran providencialmente al “oro de Moscú”, que a su vez
había costeado tanto sus desastrosos experimentos de ingeniería social
con conejillos de Indias criollos como las fracasadas aventuras
militares de gran envergadura en África.
Éstas
últimas también iniciativa suya a partir de Angola en el 75, dieron al
traste con la hasta entonces férrea hegemonía del general Siad Barre en
Somalia (el caos tribal imperante ahora mismo en ese otrora próspero y
estable país, piratería incluida, lleva el copyright de las tropas
cubanas). De paso, desestabilizaron a Etiopía y ensangrentaron a
Eritrea, pero a la postre cimentaron el lucrativo prestigio del
castrismo en África. No es poco beneficio comparado con el descrédito
ruso…
Hay
más, entre las regalías de PEDEVESA y el celestinaje comunitario de
Zapatero & Moratinos, que igual bailan al compás del sillón de
ruedas-escribanía del Comandante en Jefe, compensan bastante bien las
calabazas de Putin & Medvedev, que aún conceden créditos a La Habana
en virtud de similares intereses geopolíticos. Sin contar los “amores
perros” de la Unión Europea.
Si,
no obstante, la economía isleña continúa en caída libre, la explicación
dialéctica habría que ir a buscarla en la misma fijación que motivó a
nuestro Máximo Líder a rechazar la sugerencia breshneviana de abolir la
cartilla de racionamiento en el País de la Siguaraya: la certera
suspicacia de que cualquier reforma exitosa que le mate el hambre de
“jama” a Pánfilo surtiría el efecto contraproducente de multiplicar ipso facto ad infinitum los reclamos populares por toda clase de despreciables pacotillas occidentales.
Fenómeno
que, como predijera el de la antaño tupida barba leonada hogaño rala,
culminaría a buen seguro en un maremoto de alebrestamiento plebeyo
idéntico al que echó a pique en un abrir y cerrar de ojos al Bloque
Socialista. Eclosión popular que previó lúcidamente mucho antes que sus
homólogos y, congruentemente, sigue conjurando de manera óptima incluso
desde la postración absoluta va para tres años le mantiene atado a su
versátil sillón de ruedas-escribanía. [Foto de al lado: El joven Fidel
durante una arenga estudiantil en la Universidad de La Habana, 1947.]
Siendo
de entrada la parte débil de la soga, se obligó a honrar ciertos
compromisos geopolíticos conyugales con la Plaza Roja, más o menos
ingratos, en coyunturas internas desfavorables donde no le quedase más
remedio que enseñarle su famosa “sonrisa de Mona Lisa” a la poderosa
consorte oligofrénica dentro de la ciudadela del Kremlin a fin de ganar
tiempo y asegurarse nuevos y más jugosos créditos a fondo perdido. Como
en efecto…
Verbigracia,
el ruidoso fiasco de la Zafra de los Diez Millones a aceptar el Sistema
de Dirección y Planificación del CAME, que sólo en el papel redujo sus
potestades omnímodas. En la vida real --me consta por mi experiencia
como jefe de la Sección de Traductores del MINBAS--, los presuntuosos e
ineptos asesores soviéticos siguieron siendo el clásico convidado de
piedra hasta su humillante mutis por el foro a raíz de la caída del muro
berlinés.
Mi
voluntariamente despistado Ramos, un poco más respeto por la
paradigmática vida y obra del Magno Paciente. A quien, amén de que fue
mi Jefe Supremo durante once años de conflictiva pero en general
irreprochable militancia en las aguerridas filas del glorioso PCC, une
aún al Abicú el mutuo aprecio y respeto de un duelo a primera sangre
entre dos pundonorosos caballeros andantes.
Saldado
con honrosa derrota de mi Alter Ego y regia magnamidad del honorable
vencedor: tuvo con nosotros la, en él, excepcional deferencia de ordenar
a sus jueces, fiscales y carceleros que el presidio nos fuese leve y
breve (dos añojos que los pasaba un sapo roncando debajo de una piedra).
Finalmente,
estimado Ramos, lo cortés no quita lo valiente: estamos hablando aquí
de uno de los estadistas criollos dotados de más vista larga,
conocimiento de la idiosincrasia nativa y voluntad de poder en toda la
historia delArchipiélago Cubensis. Por no pecar por exceso de orgullo nacional y decir lo justo: a nivel sideral.
Cosa
muy distinta, amén de mezquina, sería ponernos a reparar en el detalle
intrascendente del para qué otra cosa útil le ha servido esa admirable
trinidad de virtudes políticas. Además, su arrogancia y longevidad con
las botas sobre nuestras malas cabezas no se entiende sin, por un lado,
la ineptitud de sus rivales ortodoxos y auténticos".
Ni,
por el otro, sin los de defectos de fábrica de nuestro megalomaniaco,
flatulento imaginario nacional, caraterizado por una intrincada mezcla
de fanfarronería, indolencia, credulidad, tracatranería... Por azar
concurrente, tuvimos la mala pata de tropezar con la horma de nuestra
lacayuna alpalgata hispana (anote ahí el lector a modo de referencia la
perruna empatía de Zapatero y el PSOE con Barack Hussein) en la
coyuntura adecuada. El caso es que a estas alturas ya ningún articulista
erudito de valía en su sano juicio se atreve a borrar su nombre de las
enciclopedias.
Y
cómo no, Clío, musa de historia con notoria debilidad por los déspotas
osados y victorioros, si no lo absuelve tan pronto su mórbida ánima
descienda al Hades, por mor de no fatigarse sopesando loores, errores y
horrores, tendrá que estudiar su inagotable leyenda hasta el fin de los
tiempos. Sucede por estos lares teutones con Adolf Hitler, que no tiene
estatua en ninguna plaza pero sigue siendo el tema retrospectivo número
uno y el eje de una pujante industria biográfica, museológica y
catártico-sadomaso nacional que deja cuantiosos dividendos a sus
promotores. Al extremo de que malas lenguas locales conocedoras del paño
propalan que, vaerbigracia, el prolijo historiador alemán Guido Knopp
le ha sacado más plata al negocio historiográfico de marras que de por
vida Goebbels, Himmler y Goering juntos al Tercer Reich...
Escudriñando
al esperpento austrotedesco a través de ese telescopio cínico, no se
puede negar la evidencia de que la historia acabó absolviendo de manera
rentable al Führer, autor intelectual (Die Geschichte wird mich freisprechen:
"La historia me absolverá", proceso de Múnich, 1923) de la cursilería
jurídico-escatológica plagiada tal cual por el jefe del asalto al
Cuartel Moncada tres décadas más tarde.
Así
las cosas, no me cabe la menor duda de que el Magno Paciente va camino
de trocarse en atracción turística y, por ende, fortuna futurible a
beneficio exclusivo de las nuevas generaciones. Añádanse las homéricas
carcajadas que mitigarán sin falta el complejo de culpa de los
sobrevivientes al desastre al escuchar en boca de un sinfín de
fanfarrones las historietas heroicas acerca de cómo tumbaron a Fidel
Castro.
Por
suerte --y démonos por ello con un canto en el pecho--, el triple
virtuosismo mencionado arriba brilla por su ausencia en el anodino Raúl. Es que el Hermanísimo, siendo de cuna tan endeble de salud --de nuevo canto contra el pecho, plus índice y dedo del medio en cruz, por favor--,
bien que podría prestarle a la obstinada Cubanidad un único y póstumo
servicio: superar en algo por primera vez al Patriarca de Birán,
virándose poco antes que ÉL. Por lo demás, ¿qué iba a hacer esa en el
fondo tierna, tímida, turulata criatura cruel inconsolablemente a solas
con los múltiples riesgos del poder absoluto sobre el frío granito del
Palacio de la Revolución?
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Libro de Pedro Pablo Arencibia: Paradigmas Psicopedagogicos y caminos de la Investigacion Matematica en la Ensenanza de la Matematica Universitaria y Media
OPINIÓN SOBRE EL LIBRO:
Lo he ojeado, aqui y alla; es conmovedor. humano. Tardare en leerlo de tapa a tapa. Comprendo que es holistico, lo que me parece admirable, meritorio, politica, experiencia humana, Matematicas, Ciencias, y tambien ¨very scholar. Una combinacion unica. Gracias. B.M.
“Marco Rubio a Donald Trump: Te diré lo que es un buen acuerdo: que Cuba sea libre
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Licenciado en Matemática Pura en la Universidad de La Habana (UH) y Catedrático universitario con 24 años de experiencia en la docencia universitaria cubana; posee la Categoría Docente Principal de Profesor Titular universitario. Fue expulsado el 29 de enero de 1997 del Instituto Superior Pedagógico de Pinar del Río ( universidad de perfil formativo o pedagógico) por motivos políticos. Activo colaborador desde su fundación de la revista VITRAL y del Centro Católico de Formación Cívica y Religiosa (CFCR) de la Diócesis de Pinar del Río. Colaboró en Cuba con las organizaciones opositoras: Todos Unidos, Asamblea para Promover la Sociedad Civil en Cuba y con el Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC).
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COLABORADORES:
Paul Echániz
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