lunes, agosto 15, 2016

No se rían, que esto es serio. José Hugo Fernández sobre el debate entre Edmundo García y José Daniel Ferrer. De los archivos: debate entre el fundador de la FNCA Jorge Mas Canosa y Ricardo Alarcón de Quesada el entonces Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba

 
No se rían, que esto es serio

Por José Hugo Fernández
Miami
14 de Agosto de 2016

Cuando a los cubanos nos da por ser ridículos, perdemos la brújula. Y nunca resultamos tan ridículos como cuando nos hacemos pasar por lo que no somos. También es verdad que nunca lucimos tan graciosos como cuando nos ponemos ridículos. Pero con una excepción, la de los políticos, más ridículos cuanto más tratan de venderse como lo que no son, y más repulsivos cuanto más ridículos.

Fue el caso de Edmundo García cuando, en días atrás, debatía con José Daniel Ferrer, una de las figuras más valientes y dignas de crédito dentro de la oposición cubana contra la dictadura, quien tuvo la infinita bondad de condescender a un careo de tú a tú con él.

Entre la fauna de los fidelistas, cubanos o no, que son fieles a la dictadura, pero desde el exterior, sin renunciar, ni locos, a los "horrores" del capitalismo, sobresalen dos subespecies: la de los agentes o colaboradores de la Seguridad del Estado en misión oficial, y la de los pancistas y arrastrados, que también cobran, bien en efectivo o en especias, así que igual califican como esbirros, en el sentido más estricto del término. Edmundo García, claro, es de los segundos, ya que ni siquiera tiene riñones para ser de los primeros.

Ridículo hasta rayar lo vomitivo fue que alardeara de valiente ante José Daniel, nadie menos. O que intentase hacerse el culto y el informado. O, el colmo de los colmos, que posara de patriota y martiano.

Sin embargo, ya se sabe que no es el único. ¿Es posible imaginar algo más grotesco que esas asociaciones de la autodenominada emigración cubana patriótica y revolucionaria, que están medrando en Europa y en Estados Unidos, incluida la propia Miami? A los sujetos que las conforman —ridículos de pura cepa— les ha dado por presentarse como una especie de continuación histórica de aquellos honrados y sufridos emigrantes que aclamaron a José Martí en EEUU. Es el non plus ultra de la bufonada, en versión vergonzante.

Por su talante malévolo, es de suponer que esto de hacerse pasar por clones de los emigrantes revolucionarios cubanos del siglo XIX, que, luego de una larga hibernación fidelista, han despertado en París o en Madrid o en Nueva York…, debe responder a una estrategia de los ideólogos del régimen. Pues del mismo modo que resulta ingenuo creer en la naturaleza inopinada y espontánea de tal gentuza, habría que ser bobo para no darse cuenta de que responden a un plan, fríamente diseñado y puesto en marcha desde La Habana.

Primero, fue en EEUU, bien en las más diversas universidades o en todas las cuevas urbanas de Miami, donde, cómo conocemos de sobra, debajo de cada piedra hay un majá. Después, fue en el viejo continente. Solamente en la época en que Abel Prieto era ministro de Cultura por primera vez, en algunas ciudades europeas fueron infiltrados montones de policías disfrazados de músicos y de pintores, así como otros vaciladores del socialismo en misión de propaganda. Luego, esa plaga se dispersó por América Latina, gracias a los bolivarianos.

Hoy resulta impredecible hasta qué límites seguirá extendiéndose la epidemia, favorecida por la emigración legal. Y también, ¿por qué ignorarlo?, por la interminable ola de emigrantes ilegales que salen huyéndole al nuevo "Periodo Especial".

Viviendo fuera de la Isla, esta piara de informantes y proselitistas cuenta con las más amplias posibilidades para divulgar la política manipuladora del régimen. De modo que, por muy ridícula que parezca (ya que en verdad lo es), la estrategia de clonar presuntos patriotas martianos y fidelistas como rubros de exportación, no debe motivar solo nuestras sonrisas. Ellos son un problema serio. Fruto al fin de la única línea productiva con que ha sido eficiente nuestra dictadura.

EL CASTRISMO vs. LA OPOSICION: EDMUNDO GARCIA Y JOSE DANIEL FERRER





Este debate estuvo mucho mejor:

Jorge Mas Canosa y Ricardo Alarcón Debate (ARCHIVO)