jueves, septiembre 15, 2016

Golpe de Estado en Venezuela. Eugenio Yáñez: El verdadero golpe de Estado, que no pudieron ejecutar el mismo día que perdieron el Parlamento, como pretendía Diosdado Cabello, es el que llevan a cabo actualmente en cámara no tan lenta Nicolás Maduro y la jerarquía chavista venezolana

Tomado de http://www.diariodecuba.com

Golpe de Estado en Venezuela

Por Eugenio Yáñez
Miami
15 de Septiembre de 2016

Es cierto lo que se dice que en Venezuela se gesta un golpe de Estado. Comenzó a prepararse el 6 de diciembre de 2015, cuando la oposición ganó aplastantemente las elecciones legislativas y arrebató la mayoría del Parlamento a los chavistas, que lo controlaron durante más de 15 años.

Lo que no es cierto es que sea esa oposición la que pretende ejecutar el golpe, que no necesita concretar cuando puede desprenderse de Nicolás Maduro por la vía democrática, escenario posible aunque enrevesado
.

El verdadero golpe de Estado, que no pudieron ejecutar el mismo día que perdieron el Parlamento, como pretendía Diosdado Cabello, es el que llevan a cabo actualmente en cámara no tan lenta Nicolás Maduro y la jerarquía chavista venezolana, asesorados por La Habana, ante el temor de que la pérdida del poder represente, también, la cárcel pura y dura por muchos años, por delitos comunes de narcotráfico, extorsión, malversación, tortura, o ejecuciones extrajudiciales, entre otros.

(Nicolás Maduro y Diosdado Cabello)

Desde las primeras maniobras tras la victoria opositora, dando vida a "Asambleas Comunales" que no se sabía exactamente para que servían (y que en realidad no sirven para nada), a la designación apresurada de jueces leales al chavismo para cubrir las plazas vacantes del Tribunal Supremo, o la proclamación a la carrera de leyes habilitantes para otorgar al Presidente poderes correspondientes al Parlamento, o la negativa a que los ministros rindan cuentas ante la Asamblea, estaba claro que la intención era torpedear al máximo la actividad y efectividad del Poder Legislativo y, en definitiva, desconocer la voluntad de los votantes que otorgaron a la Asamblea un incuestionable mandato frente al oficialismo, que ha sumido al país en un caos económico, social, político, sanitario, alimentario y logístico, casi irreversible.

Evidentemente, la sombra de La Habana cubre la camarilla del chavismo y va debilitando continuamente los mecanismos de gobernabilidad democrática y de la sociedad civil en Venezuela, buscando que poco a poco las posibilidades de impedir el establecimiento de una dictadura "de los humildes, por los humildes y para los humildes" sean cada vez menores hasta llegar a imposibles. Si algo entienden de verdad los hermanos Castro son esos procedimientos, que ejecutaron sin misericordia en Cuba desde 1959. Desde entonces, los cubanos han pasado y pasan infinidad de dificultades, carencias e insatisfacciones, además de falta de libertades y futuro, y los venezolanos ya han comenzado a padecer esos mismos problemas, pero, ¿qué le importan los pueblos a los dirigentes "revolucionarios" iluminados?

Actualmente, el Tribunal Supremo ha declarado sin valor jurídico todos los actos legislativos del Parlamento venezolano, amparado en una supuesta ilegalidad de mantener en sus escaños a diputados que el oficialismo impugnó en una maniobra de última hora para evitar que la oposición contara con una "mayoría calificada" con amplias facultades legislativas.

El llamado Poder Electoral hace piruetas para retrasar la celebración de un referendo revocatorio antes del 10 de enero de 2017, que obligaría a realizar nuevas elecciones presidenciales, pues Maduro lo perdería con seguridad. Pero de realizarlo después de esa fecha la presidencia pasaría automáticamente al vicepresidente si Maduro pierde. De ahí que muchos venezolanos consideren que no valdría la pena realizarlo entonces.

Y el Poder Ciudadano, integrado por el Defensor del Pueblo, el Fiscal General, y el Contralor General de la República, es mero apéndice del Poder Ejecutivo, dejando en papel mojado aquello de que no puede ser impedido o coartado en el ejercicio de sus funciones por ninguna autoridad.

En estos escenarios, ¿qué ha podido lograr la Asamblea Legislativa desde que comenzó a funcionar el 5 de enero de este año? En realidad, muy poco. El Poder Legislativo, a pesar de su mayoría absoluta y calificada de opositores, es impotente frente a los Poderes Ejecutivo, Judicial, Electoral y Ciudadano, controlados a la fuerza por el chavismo. Y por si fuera poco, el Gobierno amenaza, mediante una triquiñuela seudojurídica, con retirar la inmunidad parlamentaria a los diputados opositores.

Por definición, un golpe de Estado es la violación y desconocimiento de la legitimidad constitucional, y un atentado contra las formas legales de alcanzar el poder y permanecer en él. Si el Gobierno venezolano impide el referendo revocatorio y retira la inmunidad a los parlamentarios opositores, estaríamos frente al remate dictatorial que completa el ciclo de un golpe de Estado.

Las últimas opciones realistas de la oposición son las de presionar suficientemente para la realización del referendo revocatorio este año, mientras el Gobierno insiste en que en ningún caso se realizaría durante 2016.

Habrá que ver si los venezolanos que creen en la democracia logran realizarlo para salvar a su país, o se impone la voluntad de La Habana a través de sus jenízaros en Caracas, y se completa el golpe de Estado.