jueves, mayo 04, 2017

Hildebrando Chaviano Montes: Revolución, terror y propaganda en Cuba


Revolución, terror y propaganda


Por Hildebrando Chaviano Montes
La Habana
3 de Mayo de 2017 -

Apareció el día 29 de abril en el periódico Granma un fragmento del Diario del Che en Bolivia. Específicamente es un análisis del guerrillero, en el cual este resume los resultados del mes de abril de 1967, en nada favorables al movimiento terrorista que dirigía.

La aventura de la selva boliviana estaba condenada desde su concepción a ser un fracaso más en la carrera de fracasos que llevó a cabo el argentino, condenado a no ser médico, ni economista, ni liberador de países. Persiguió la muerte hasta que la encontró, pero antes de la suya, fusiló, encarceló, humilló y predicó la conversión del hombre nuevo en una máquina de matar.

Al ser abandonado a su suerte por su mentor, traicionado por los paisanos comunistas, y rodeado de una tropa con más voluntad que habilidades militares, el Che se conformaba con poco y hasta la emboscada donde cayó Jesús Suárez Gayol "El Rubio", le pareció muy buena y el resultado del mes fue positivo en general a pesar de que también había perdido al que llamó su mejor hombre, Eliseo Reyes.

Continúa el Guerrillero Heroico describiendo su desastrosa situación en los siguientes términos: "En otro plano, el aislamiento sigue siendo total; las enfermedades han minado la salud de algunos compañeros, obligándonos a dividir fuerzas, lo que nos ha quitado mucha efectividad; todavía no hemos podido hacer contacto con Joaquín; la base campesina sigue sin desarrollarse; [y ahora viene una expresión que caracteriza al hombre y las ideas que lo mueven] aunque parece que mediante el terror planificado, lograremos la neutralidad de los más, el apoyo vendrá después".

Neutralizar, mediante la aplicación del terror planificado, a infelices campesinos que no lo habían provocado ni pedido la invasión de un ejército extranjero, es confesar una actitud criminal que ha sido practica habitual de las guerrillas latinoamericanas, la Gestapo nazi y la policía política soviética, cubana y chavista. No obstante, el hombre del siglo XXI se queja en sus notas de que "No se ha producido una sola incorporación".

Ingenuidad o desfachatez. Como sea, no tiene sentido que se aterrorice a las personas y, de contra, esperar su apoyo. Sin embargo, ese terror planificado sí ha funcionado en Cuba, donde el pueblo hambreado y sin libertad después de 58 años desfila en las plazas, adorando a los verdugos y su memoria.

No es para sentirse orgulloso ver que el mismo pueblo quejoso por tantos padecimientos provocados por el régimen gobernante, los mismos jóvenes que a la primera oportunidad escapan del país donde no tienen esperanzas, los que roban, malversan y se prostituyen para sobrevivir, esas mismas personas, marchan obedientes cuando el amo les convoca. Al menos los bolivianos tuvieron la suficiente lucidez como para cerrarle el paso al fanatismo guevariano.

A 50 años de aquella trágica aventura, en Cuba pretenden resucitar las malas ideas que nos trajeron hasta aquí, y al igual que las guerrillas no hicieron libre a nadie en América a pesar de los miles de muertos, ni el trabajo voluntario fue fuente creadora de riquezas, el llamado a la unidad,  disciplina, exigencia y control que pretende sustituir aquellos pasados de moda como "crear uno, dos, tres, muchos Vietnam" o "todos a la zafra", se quedará en eso, otra frasecita revolucionaria y sin sentido.

Este llamado actual a la unidad no tendrá mejores resultados para construir un utópico socialismo próspero y sostenible en Cuba que el llamado a los muchos Vietnam de los 60, aunque utilicen el socialista "terror planificado" que llena las plazas los días feriados, pero no causa ningún efecto en el aumento de la productividad.