Juan Felipe Benemelis: Crónica del Medio Oriente (III) La brecha suní-chií; Irán y la decisión del Presidente Donald Trump
Crónica del Medio Oriente (III) La brecha suní-chií; Irán y la decisión de Trump
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La región, determinada por el creciente conflicto entre Irán y Arabia Saudita, líderes de las corrientes musulmanas chiíta y sunita, se prepara para eventos que podrían cambiar su trayectoria ¿Cómo repercutirá la salida de EE.UU. del acuerdo nuclear con Irán?
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Por Juan Felipe Benemelis
Mayo 12, 2018
El presidente Donald Trump (c) con el rey Salman bin Abdulaziz al-Saud (d) de Arabia Saudita y el príncipe heredero de Abu Dhabi Mohammed bin Zayed Al Nahyan (i). Riyad fue una de las escalas del mandatario estadounidenseen su primer viaje al exterior.
Al anunciar la salida de Washington del acuerdo nuclear con Irán, el presidente Donald Trump anunció que reimpondría las sanciones, y para devolverle el golpe a Estados Unidos Teherán buscará crear un gobierno proiraní en Irak.
La derrota del Estado Islámico en Irak ha sido una gran victoria para el primer ministro Haider al-Abadi, respaldado por EE.UU. Pero Irán está trabajando para cambiar el equilibrio político a su favor: forzar una pronta salida de las fuerzas estadounidenses para terminar con la asociación entre Bagdad y Washington, y asegurar el apoyo iraquí a su agenda regional. Tal resultado fortalecería aún más a Irán en el Medio Oriente, a expensas de los Estados Unidos.
El Medio Oriente se está preparando para los eventos más importantes que podrían repercutir de manera imprevista y cambiar la trayectoria de una región determinada por el creciente conflicto entre Irán y Arabia Saudita, líderes respectivos de las corrientes musulmanas shiíta y sunita.
No es secreto en los medios de inteligencia de Occidente que la organización financiera de George Soros fue clave en las negociaciones de la anterior administración para lograr el acuerdo nuclear con Irán. Pero, en verdad, el acuerdo fue deshecho por sus propios términos. No impidió que Irán enriqueciera uranio; no impidió que Irán construyera, eventualmente, un arma nuclear; y no detuvo la agresión global iraní.
Los saudíes y los israelíes esperan que la decisión del presidente Trump lleve a los Estados Unidos de regreso al Medio Oriente, que ha sido secuestrado por Irán y Rusia.
Sin embargo, el grupo de estados islámicos que encabeza Arabia Saudita ha aplaudido la postura deTrump hacia Irán, y probablemente evitará dañar a la nueva alianza. Arabia Saudita fue uno de los primeros países en anunciar su apoyo a la política de la administración Trump, una medida que ha llevado a muchos observadores bolsistas a considerar que los saudíes no permitirán que los precios del petróleo suban cuando disminuya el suministro iraní.
El miércoles el ministro de Relaciones Exteriores saudí, Adel al-Jubeir, dijo a CNN que Riyad buscará desarrollar sus propias armas nucleares si lo hace Irán, en medio de una espiral de tensión entre los rivales regionales. Llega en medio de la creciente tirantez entre la monarquía sunita y la República Islámica chiíta por el apoyo de Irán a los rebeldes Houti en Yemen, que han estado disparando cohetes al otro lado de la frontera con el reino de los Saud.
Por el contrario, los sauditas tienen más que ganar en este enfoque, ya que el debilitamiento de Irán les permitirá contrarrestar a HizbAlláh en el Líbano y a los hutis en Yemen de manera más efectiva, devolviéndolos al campo de influencia saudí.
Efectos de la decisión de Trump
El Cairo pide a las potencias regionales que pongan fin a las políticas 'contra la seguridad de la región árabe', y espera que no se desarrollen conflictos armados. Egipto dijo el miércoles que quiere que los países árabes participen en las decisiones sobre la modificación del tratado nuclear con Irán del que el presidente estadounidense Donald Trump se retiró el día anterior.
El Departamento de Estado, por entonces dirigido por Rex Tillerson, había abogado por renunciar a las sanciones y propiciar tiempo a los aliados europeos para abordar las fallas del “acuerdo” y trabajar en las soluciones. Pero los europeos hicieron oídos sordos a los pedidos de Washington de enmendar los acuerdos debido a que están lucrando comercialmente con Irán, sobre todo las empresas francesas y alemanas.
Después de haber intentado y fallado conjuntamente en resolver las violaciones del acuerdo, la administración Trump no espera que los europeos colaboren voluntariamente en un nuevo intento estadounidense de aplastar la economía iraní.
Rusia y China mantienen enormes acuerdos comerciales con Irán valorados en cientos de miles de millones de dólares, y no se verán persuadidos a romper sus lazos con la República Islámica ante cualquier acción que tome el presidente Trump.
Con el Tesoro de los EE. UU. presionando a los bancos occidentales para que no negocien con Irán, el banco chino CITIC mantiene líneas de crédito por valor de $ 10.000 millones para los bancos iraníes, y para eludir las sanciones de EE. UU., utilizan el euro y el yuan.
El creciente poder militar y político de Irán en Yemen, Siria, Líbano e Irak ha sido motivo de profunda preocupación para Estados Unidos, Israel, Arabia Saudita y otros aliados árabes.
Israel ha intercambiado golpes con las fuerzas iraníes en Siria desde febrero, despertando la preocupación de que pueda haber una gran escalada.
La decisión de EE. UU. seguramente exacerbará la crisis económica de Irán, promoviendo más disturbios políticos. También podría determinar si el malestar social que azota a la República Islámica se profundiza y desestabiliza aún más al régimen.
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