Tania Díaz Castro desde Cuba: Los No Alineados: otra gran derrota de Fidel Castro
Nota del Blogguista de Baracutey Cubano
El MNOAL nace por y dentro del marco de la mal llamada Guerra Fría. siendo la Guerra Fría el enfrentamiento político, ideológico y militar que tuvo lugar durante el siglo XX entre el bloque occidental-capitalista, encabezado por Estados Unidos, y el bloque oriental-comunista, liderado por la Unión Soviética.
Podríamos preguntarnos si tiene sentido después de concluida la Guerra Fría la existencia del MNOAL, pero deseo centrarme en otro cuestionamiento: ¿ Tendrá credibilidad el MNOAL si a él pertenecen, y hasta lo han presidido, Cuba y otros países que incumplen sistemáticamente muchos de los principios fundacionales de dicho movimiento ?
Cuando la extinta Unión Soviética invadió a Afganistán, un país no alineado, Cuba tenía la presidencia de dicho movimiento. La ocupación de Afganistán por las tropas soviéticas duró 10 años y provocó la muerte de aproximadamente 2 millones de afganos. El régimen cubano nunca condenó esa invasión y en los medios informativos cubanos la guerra en Afganistán apenas se tocaba; las pocas veces que lo hacía era a favor de las tropas de ocupación soviéticas. Los soviéticos años antes de esa invasión habían provocado y apoyado el derrocamiento de la monarquía y la instauración de un gobierno títere prosoviético.
Raúl Roa García, mal llamado ¨El Canciller de la Dignidad¨, era un comunista no stalinista y en su libro En Pie que fue publicado en 1956 criticó fuertemente la invasión soviética a Hungria ese año y a ¨las focas amaestradas de Moscú ¨ del Partido Socialista Popular (nombre en una épca del Partido Comunista en Cuba, el cual seguía al genocida soviético Iosef Stalin) que habían apoyado esa invasión. En ese año también Fidel Castro en ese año 1956 también escribió un artículo en contra de esa invasión soviética a Hungria, quizás orientado para fortalecer su fachada de no ser comunista. Posteriormente, Fidel Castro fue uno de los pocos gobernantes en el mundo que apoyó la invasión soviética a Checoeslovaquia; Fidel Castro tampoco condenó en 1980 la invasión soviética a Afganistán, país del Movimiento de los Países No Alineados, pese a que Cuba ocupaba la Presidencia de dicho movimiento
PRINCIPIOS FUNDACIONALES DEL MNOAL, CONOCIDOS COMO LOS DIEZ PRINCIPIOS DE BANDUNG
1. Respeto de los derechos humanos fundamentales y los objetivos y principios de la Carta de las Naciones Unidas
2. Respeto de la soberanía e integridad territorial de todas las naciones
3. Reconocimiento de la igualdad de todas las razas y la igualdad de todas las naciones, grandes y pequeñas.
4. La abstención de intervenir o de interferir en los asuntos internos de otro país.
5. El respeto del derecho a defenderse de cada nación, individual o colectivamente, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas.
6. A. La abstención del uso de pactos de defensa colectiva en servicio de los intereses particulares de cualesquiera de las grandes potencias. B. La abstención de todo país de ejercer presiones sobre otros países.
7. Abstenerse de realizar actos o amenazas de agresión, o de utilizar la fuerza en contra de la integridad territorial o independencia política de cualquier país.
8. La solución pacífica de todos los conflictos internacionales, de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas.
9. La promoción de los intereses mutuos y de la cooperación.
10. El respeto de la justicia y de las obligaciones internacionales.
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Tomado de https://www.cubanet.org/
Los No Alineados: otra gran derrota de Fidel Castro
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Durante tres años La Habana fue sede de los No Alineados, asesorada por agentes del MININT, que velaban al mismo tiempo a las masas cubanas
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Por Tania Díaz Castro
21 de septiembre, 2020
LA HABANA, Cuba.- Pocos son los que recuerdan aquel 3 de septiembre de 1979, cuando Fidel Castro se sintió el Superman del mundo y disfrutó del aplauso de casi cien dignatarios extranjeros en el Palacio de Convenciones de La Habana.
Aquel día, el inexperto exguerrillero y mandatario de una economía en crisis, sería elegido como jefe máximo del Movimiento de los Países No Alineados, una agrupación de liberación fundada durante la llamada Guerra Fría, en septiembre de 1961.
La finalidad de los No Alineados era reconocer su posición neutral y no aliarse a las potencias estadounidenses y soviéticas. La Cuba de Fidel —vaya contradicción— era un país alineado al Soviet Supremo, que, mientras recibía un subsidio económico de cerca de cinco mil millones de dólares al año y otros mil millones en suministros militares, permanecía en una crisis económica que duró décadas, aunque disponía de miles de soviéticos que trataban de hacer avanzar el caótico modelo económico castrista.
Aquel 3 de septiembre todos en el Palacio de las Convenciones quedaron en silencio cuando Fidel, ya en el atril, acarició con su acostumbrado dramatismo los micrófonos y miró satisfecho durante largos segundos a todos sus admiradores, a quienes poco le importaba su dependencia con Moscú. En definitiva, Fidel era un revolucionario que había sacrificado a más de diez mil cubanos en guerras de Angola, Etiopía, Viet Cong y otros.
Su discurso duró más de una hora, y fue escuchado por dictadores, jefes de guerrillas, grupos insurgentes del mundo y presidentes democráticamente electos. No faltaron, claro está, Saddam Hussein, Hafez al-Assad, Yaser Arrafat, un ministro de Irán y líderes comunistas de Puerto Rico, según él, un país oprimido como Sudáfrica y su apartheid.
Fidel estaba en la cima del triunfo total y ya veía a Estados Unidos rendido a sus pies, mientras apoyaba y subsidiaba a los grupos guerrilleros que recogerían el cadáver del capitalismo, como había dicho muchas veces: “El deber de todo revolucionario es hacer la revolución… no solo debe sentarse a ver desfilar, desde su puerta, el cadáver del imperialismo”.
Durante tres años, La Habana fue sede de los No Alineados, asesorada por agentes del Ministerio del Interior que velaban al mismo tiempo por que las masas cubanas se mantuvieran fieles a Fidel, el Apóstol de los pobres y los explotados.
Nadie podía estar en su contra, puesto que dirigía las Naciones No Alineadas. Con toda seriedad, exigía un nuevo orden económico, un nuevo sistema monetario y el perdón de la deuda de los países pobres, a quienes los países ricos debían otorgar un total de 300 mil millones de dólares en los años ochenta.
Según expertos en economía, se trataba de una fantasía de Fidel, descartada por Occidente, pero tan seguro se veía en ella que incluso dejó de interesarle mejorar sus relaciones con Estados Unidos para evadir el “Bloqueo” (embargo).
Sin embargo, unas semanas después ocurrió lo que Fidel no se esperaba. En unas horas su legitimidad como líder de los No Alineados se hizo trizas. Tropas soviéticas invadieron Afganistán, el presidente murió en combate y ese país, miembro de los No Alineados pasó a ser un satélite soviético. Fidel fue el único que estuvo a favor de la invasión, traicionando así al Movimiento, cuando todos sus países y gobiernos se mantuvieron en contra.
Una vez más, Fidel no había sido consultado. Se trató de otra traición del Kremlin, como había ocurrido durante la Crisis de los Misiles en 1962.
Entonces, si Cuba era un país alineado a la URSS, de la cual dependía para la comida del pueblo, ¿qué hacía Fidel como jefe absoluto de los No Alineados?
Sus planes, de los que se sentía dueño ya del mundo, se hicieron polvo. Este fue, sin duda alguna, el gran fracaso del Iluminado, como lo llama el Poeta. Este fue el peor de los recuerdos de Fidel como líder revolucionario.
Como dijo un experto analista norteamericano: “Le quitaron el piso y la exótica alfombra mágica no alineada”.
Fuentes:
Documentos de la prensa sobre los Países No Alineados.
Notas de prensa sobre Jorge Domínguez, analista político de Estados Unidos.
Después de Fidel, por Brian Latell, Edición Grupo Norma, 2007.
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Etiquetas: Afganistán, fidel castro, invasión soviética, NOAL, países no alineados, Presidencia
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