viernes, mayo 28, 2021

Armando Rodríguez ¨Mandy¨: A la Memoria del Dr. Angel Alvarez Ponte, nombre insigne en la metrología mundial

 Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

Fui condiscípulo de Ángel Álvarez Prieto (uno de los hijos del Dr. Angel Alvarez Ponte) cuando  éste se trasladó de la Licenciatura   en Física  para la Licenciatura en Matemática (especialidad en Matemática Pura) en la misma Universidad de La Habana. Angelito vivía, si mal no recuerdo, a cuadra y media de la Universidad de La Habana,  era una  excelente persona, mi amigo y  una de las personas más talentosas  que he conocido para la Matemática,  pero junto a ese talento lo acompañaba una cualidad que lo llevaría al suicidio: era extremadamente apasionado y cuando le interesaba algo, sólo se ocupaba de ese algo, ya fuera la guitarra, la música, alguna de las ramas de la Matemática, etc. Recuerdo que al finalizar el último examen de la carrera  llevó una botella de vino  y unas croquetas para celebrar;  cuatro o cinco del grupo  celebramos de esa manera el final de los estudios de la Licenciatura en Matemática Pura en la escalinata del edificio Felipe Poey de la Universidad de la Habana, pues los demás condiscípulos se habían ido al terminar de examinar; éramos poco más de 10 los alumnos que cursábamos ese último año de Matemática Pura.  Angelito es uno de los coautores del excelente  libro  Topología General  que se escribió bajo la dirección de dos también excelentes personas: el alemán Dr. Diederich Hinrichsen y del español-cubano  Dr. José Luis Fernández Muñiz. En los agradecimientos de mi libro Paradigmas psicopedagógicos y caminos de la investigación matemática en la enseñaza de la matemática universitaria y media expreso lo siguiente: ¨Agradezco a mis condiscípulos Julián Pérez Ruiz de Ugarrio, Andrés Fraguela Collar, Guillermo López Lagomasino y Ángel Álvarez Prieto por haberme hecho disfrutar de sus talentos durante las clases que recibíamos...¨

Pese a las críticas, por parte de algunas personas,  que nos hicieron a Angelito y a mí en la reunión de la Evaluación del Graduado (las cuales se plasmaron en las planillas, formas o formularios correspondientes) se nos ubicó  a Angelito y a mí  en la Universidad de La Habana,  respectivamente en la Sede Universitaria de Matanzas  y en la Sede Universitaria de Pinar del Río, las cuales se habían fundado pocos meses antes y los ¨comecandelas¨ revolucionarios necesitaban  que otros fueran  para provincias para ellos quedarse  en La Habana,  capital de Cuba,  cerca de la superación  científica y del asfalto .... La última vez que vi a Angelito fue mese o un año después  en la Terminal de Ómnibus Nacionales  de La Habana  cuando él  hablaba con el maletero para acomodar  su guitarra en los equipajes para ir a Matanzas y yo estaba esperando en la lista de fallos para ir a Pinar del Río; no pude hablar con él,  pues una pared y rejas nos separaba,  así como el hecho que su ómnibus estaba al partir.

Angelito se enamoró con la misma pasión con la que se dedicaba en las cosas que le interesaba,  pero fue un amor no correspondido y apeló a un brutal  suicidio.  Su carácter apasionado y el hecho de estar  en los años de nuestra temprana juventud,  no le permitieron  comprender que Nadie pierde por dar amor, pierde quien no sabe recibirlo

Una persona que trabajó en el mismo centro de trabajo que el Dr. Álvarez Ponte (INIMET: Instituto Nacional de Investigaciones en Metrología) me habló de la genialidad de Álvarez Ponte pero también de su raro comportamiento. Yo le di a conocer ese hecho que afectó  significativamente el comportamiento y la presencia de esa gran autoridad en Metrología  que fue el Dr. Ángel Álvarez Ponte. En Paz Descanse  en la gloria de Dios  el Dr. Álvarez Ponte  junto a su hijo,  mi  apreciado amigo y talentoso condiscípulo.

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Tomado de https://robotsfidelcastro.wordpress.com

A la Memoria del Dr. Ángel Álvarez Ponte

Por Armando Rodríguez

Soy de una generación de físicos cubanos a la que no se le enseñó a reconocer los méritos de eminencias pre-revolucionarias. Un cubano que alcanzó relevancia mundial en la física, como lo fue el Dr. Marcelo Alonso, era innombrable y su libro de física atómica no figuraba ni siquiera como texto de consulta en la Universidad de la Habana. Este, como tantos otros cubanos que desertaron de la Revolución, fue condenado al olvido de sus coterráneos. Pero resulta curioso que tampoco se nos mencionara al Dr. En Ciencias Físico-Matemáticas Manuel Gran, que hasta llegó a ser embajador de la Revolución Cubana en Francia en 1960. En fin, que ningún personaje de la llamada “psuedo-república” merecía ser recordado.

Para aquellos que matriculaban en la Escuela de Física de la Universidad de la Habana a mediados de la década de los 60, la historia de la física en Cuba comenzaba, no ya con la revolución sino con la llegada de los primeros graduados de la Universidad de Lomonosov en Moscú. Estos egresados de la URRS se nos presentaron como los pioneros de la Física en Cuba y cuando llegué a la Escuela de Física por un traslado de ingeniería en 1967, ya estos ocupaban casi todos los cargos de dirección.

Deambulaba a veces por la Escuela un solitario personaje entrado en años, que aunque ya arrastraba algo los pies, sus anchas espaldas transparentaban la corpulencia de quien debió haber sido un hombre fuerte. Saludaba a quien conocía y siempre trataba de alargar esos encuentros con alguna conversación; pocos parecían tener tiempo para aliviar su soledad. Se acercaba a grupos de estudiantes que veía discutir de algún tema; su sordera de -8 decibeles, a decir suyo, le obligaba a llevar su mano a la oreja y el esfuerzo de la atención hacía que inadvertidamente sacara la lengua ligeramente a la derecha. Esa estampa de viejo loco rompió más de uno de esos mencionados grupos, antes de que su inmensa sabiduría lograra captar la atención. Aunque fuera ocasional, el alumnado mostraba mayor interés en lo que aquel misterioso sabio decía, que en aquellos advenedizos profesores a los que el llegar graduados del extranjero hizo sobrestimar sus conocimientos y talentos. Pocos sabían que aquel que se sumaba sin invitación era el Dr. Angel Alvarez Ponte, nombre insigne en la metrología mundial, quien hubo de participar en aquel congreso en la India, de donde surgió el Sistema Internacional de Unidades.

El Dr. Alvarez Ponte no se perdía un evento científico que se celebrara en la Universidad de la Habana. Eran temidas sus preguntas al final de las presentaciones y muchos ocultaban ese temor tras la preocupación de alguna alargada intervención. Ciertamente, a veces sus intervenciones eran largas y esto solía complicar el horario de aquellos eventos, pero no fueron pocas las veces que lo que el decía en ellas, resultaba más relevante que la presentación misma.

Recuerdo aquel evento… “El Congreso Latino Americano de Físicos (CLAF) a mediados de los 70. Uno de ya mencionados egresados de la Lomonosov exponía el diseño de un control de temperatura para hornos de difusión en obleas de silicio. La temperatura en este tipo de hornos podía llegar hasta alrededor de los 2000 grados centígrados y debía ser muy estable. Precisamente en era en eso que radicaba el mérito del circuito electrónico de control. A aquel expositor se le ocurrió decir que para cierto experimento se estableció una temperatura de 1875 grados centígrados, con un error menor que un cuarto de grado. Cuando tocaron las preguntas el Dr. Alvarez Ponte objetó lo siguiente:

No es posible conocer una temperatura de ese valor con esa exactitud, ya que ni el mismo grado centígrado está definido con ese nivel de precisión. La definición de la Unidad Grado Centígrado, cuando se combinan los errores de los parámetros de presión atmosférica, pureza del agua, etc. sólo permite precisarlo en una fracción de milésima. De manera que cuando usted expresa una temperatura en casi 2000 de esas unidades, su incertidumbre debe andar cerca de un grado.

Como para suavizar la crítica añadió … -pero no se aflija, eso es un error bastante común entre los no-metrólogos; recientemente, instituciones tan prestigiosa como la NASA y el MIT cayeron en la misma trampa que usted; el Apollo15 dejó en la luna un espejo para medir su distancia a la tierra con un interferómetro laser, dijeron sus voceros que con eso podrían medir dicha distancia con la exactitud de un centímetro; esta distancia estaría en el orden de los 10 elevado a la 11 centímetros, sólo que la definición de ese centímetro solo lo puede precisar en 10 elevados a la menos 8, de manera que la incertidumbre, debido a las limitaciones en la definición de la unidad de medida, nunca podía ser menos de varios cientos de centímetros-.

Me enorgullece el haber logrado aprender por mi cuenta a honrar a esa generación que nos enseñaron a ignorar y con este relato quiero expresar mi eterno respeto a ese gran sabio cubano… el Doctor Angel Alvarez Ponte.

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Nota del Bloguista de Baracutey Cubano 

En la monumental obra Historia de la Nación Cubana escrita por relevantes figuras nacionales y publicada en 10 tomos en Cuba en 1952, se puede profundizar en el contenido de este artículo y en otros muchos aspectos del desarrollo de la sociedad criolla y cubana desde la Colonia hasta 1952.

La cátedra que dejó al morir el Dr. Pablo Miquel y Merino se ofertó en un concurso de Oposición y el ganador fue el Dr. Mario O. González; el Dr. Pedro Pablo Masó fue el que enlos ejercicios optando por esa plaza, fue el más fuerte rival de Mario González. Pedro Pablo Masó fue profesor de la Escuela Normal para Maestros de Pinar del Río y , según me dijo recientemente un centenario periodista pinareño, era hijo del patriota independentista Bartolomé Masó. Yo solamente vi a Pedro Pablo Masó una vez cuando en medio de una actividad docente que estaba impartiendo o cuidando el Dr. Raimundo Reguera, fue Masó a saludarlo por ser ambos viejos amigos. Pocos años después, Masó murió cuando, según me han dicho, al cruzar la calle fue embestido por un vehículo; Masó padecía de sordera.

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Algunos condenados al ostracismo por el Castrismo: Mario O. González, Marcelo Alonso, Levy Marrero


( A la izquierda el Dr. Mario O. González recibiendo en 1951 el Premio Nacional Científico)

Dr. Mario Octavio González

Sobre el Dr. Mario O. González copié esto de Internet:

¨Mario Octavio González Rodríguez nació en Matanzas el 14 de septiembre de 1913. En 1925 ingresa en el Instituto de segunda Enseñanza de Matanzas, siendo su profesor de matemáticas el Dr. Manuel Labra. En 1930 ingresa en la Universidad de La Habana donde enseguida se destacará y recibirá la tutoría del Dr. Pablo Miquel. Aún siendo estudiante entre 1933 y 1938, publicó 25 pequeños artículos en revistas de Madrid, San Sebastián y Buenos Aires. Fue profesor de la Escuela de Agrimensura del Instituto de Segunda Enseñanza de Matanzas de 1933 a 1940. Recibió el título de Dr. en Ciencias Físico-Matemáticas en 1938 con la Tesis Algunos tipos de ecuaciones diferenciales invariantes en ciertas transformaciones infinitesimales. Recibió una beca Guggenheim para estudios de postgrado en el MIT de EEUU y la Universidad de Princenton entre 1939 y 1941.

Mario González, aún en disfrute de su beca Guggenheim, en 1940, es nombrado Profesor Auxiliar en la Cátedra de Análisis Matemático de la Universidad de La Habana. A la muerte de Miquel en 1944 pasa a Profesor Titular de dicha cátedra, cargo que ocupa hasta 1960. Fue profesor invitado en las Universidades de Puerto Rico, Alabama en EEUU, Central de Venezuela y miembro de la Academia de Ciencias de Lima, Perú, de la Unión Matemática Argentina, la Sociedad Matemática Española y la American Mathematical Society. Sus libros de texto Algebra Elemental Moderna de la Editorial Selecta Habana 1956-57 en dos volúmenes, sus Complementos de Aritmética y Algebra 10ª edición 1960, y sus Complementos de Geometría y Nociones de Cálculo Diferencial e Integral, 9ª edición 1960, tuvieron una incidencia valiosa en la elevación de la cultura matemática en la Isla y aún sirven para la preparación preuniversitaria de muchos futuros profesionales. Para la enseñanza universitaria escribió además un texto sobre Fundamentos de la Teoría de Funciones de Variable Compleja (1952) que posteriormente fue corregido y aumentado para una edición en inglés por la Marcel Dekker de New York en 1992.

El Dr. Mario González fue el matemático cubano que tuvo mayor proyección internacional antes del triunfo revolucionario de 1959, participó como representante de Cuba en la formación de la International Mathematical Union y en muchos eventos internacionales. En 1960 en visita a la Universidad de Venezuela decidió pasar a trabajar como profesor de Matemática en la Universidad de Alabama donde aceptaron su petición y fue Professor of Mathematics de 1961 hasta 1979 en que se jubila como Professor Emeritus. En su Curriculum Vitae aparecen 102 publicaciones, de ellas 79 con fecha anterior a 1960. Murió en Coral Gables, Estados Unidos, el 14 de febrero de 1999

Para ver lo ¨escapao¨ que estaba Mario O. González para su entorno en 1950 les sugiero que lean su artículo de 1950 titulado La crisis actual de los fundamentos de la Matemática.


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Foto de Marcelo Alonso en la revista Bohemia del 23 de marzo de 1958

Dr. Marcelo Alonso Roca


Este científico fue muy conocido en Cuba por sus libros de Física que escribió conjuntamente con Virgilio Acosta; eran los libros Física ¨de Alonso y Acosta¨.

Sólo diré que Marcelo Alonso Roca llegó a ser Secretario Ejecutivo de la Comisión Interamericana de Energía Nuclear y director de Ciencia y Tecnología de la Organización de Estados Americanos.

Para conocer más sobre el por décadas condenado al ostracismo Marcelo Alonso, les sugiero este tardio artículo de C. Carreras ( artículo entregado para su publicación en el año 2007; habiendo Alonso muerto en noviembre de 2005) pese a que el destacado físico participó en el año 2000 en un evento científico sobre la enseñanza de la Física que se desarrolló en La Habana. Ese artículo de C. Carreras fue escrito desde una universidad española para ser publicado en una revista española que quizás nunca llegue a La Habana o quede, en caso de que llegue algún ejemplar de ese número a Cuba, para ser leida por un pequeño número de lectores ...

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Dr. Levi Marrero y Artiles



Geógrafo e historiador, pero que también dedicó algún tiempo al periodismo. Fue director del diario El Mundo. Marchó de Cuba luego del triunfo de la Revolución y se radicó en Puerto Rico

En el artículo de Zoé Valdés titulado Cuba en la década de 1950. Un país en desarrollo. Leví Marrero , se lee lo siguiente:


“Nació en Santa Clara, Cuba, el 16 de julio de 1911. Terminados sus estudios universitariosLinkejerció el profesorado y el periodismo que le permitía participar de las luchas cívicas por el progreso y la libertad de Cuba. Geógrafo, economista, historiador, escritor y periodista, en 1960 renunció en carta pública a su cargo de delegado en la OEA conminando al Ministro Raúl Roa, que abandonara la revolución comunista de Castro. Atacado por Raúl Castro, Leví se asiló en la embajada de Venezuela, en La Habana, y llegó a ese país a principios de 1961, donde fue acogido por el presidente Rómulo Betancourt.

Allí recibió por su trabajo la orden Andrés Bello, la más alta condecoración civil venezolana.

En 1965, se trasladó a Puerto Rico, ejerciendo como profesor en Humacao, en 1968-69 vivió en Sevilla recopilando datos en el Archivo de Indias, para su obra: Cuba: Economía y sociedad.

Leví Marrero murió en San Juan, Puerto Rico, el 10 de marzo de 1995.

Leví estaba casado con la doctora Enriqueta Comas, su colaboradora de siempre, con la que tuvo dos hijas: Raquel y Annabel.

Obras: La Tierra y sus recursos, Viajemos por AméricaGeografía de Cuba, Venezuela y sus recursos, Escrito ayer, Cuba: un país en desarrollo en la década de los cincuenta. Cuba: economía y sociedad – 1492-1868 (15 tomos). Cuba: isla abierta.

Su obra ha sido considerada como fundamental en el estudio y conocimiento de Cuba.”

Veamos lo que nos dice el autor sobre el libro Cuba en la década de 1950. Un país en desarrollo:

El presente estudio fue publicado inicialmente en 1966, para salir al paso a la campaña de desinformación, de mentiras y falsificaciones que sobre la realidad de la Cuba precastrista esparcía por el mundo una triste caterva de marxistas emponzoñados, intelectuales torpes y resentidos de toda laya.

Quedan ya pocos panegirisas del castro-estalinismo, ahogado por el fracaso y el crimen. Pero una nueva generación de cubanos, salidos muy niños de Cuba o nacidos fuera de la patria, desea saber, cada vez con mayor insistencia, como era realmente Cuba. A ellos y al millón de compatriotas dispersos por el mundo que cada día tienen que desmentir a denostadores rezagados, van dedicadas estas páginas, tal como fueron escritas originalmente: con amor y verdad.”

Leví Marrero.
Guaynabo, Puerto Rico, 1987.


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