sábado, junio 17, 2023

Jorge Enrique Rodríguez desde Cuba: Peligro y violencia en las calles: 'Cuba ya no es segura ni pa' los más arresta'os'

 
Tomado de https://diariodecuba.com

Peligro en las calles: 'Cuba ya no es segura ni pa' los más arresta'os'

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Una lista de prohibiciones para toda la familia, parejas que ya no pueden noviar en los parques, mujeres que han dejado de 'hacer la calle': así es la vida en una Habana vuelta peligrosa.

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¨Papo Maraña¨, asesinado amarrado con 15 puñaladas  dentro de su casa  de Santiago de Las Vegas. ha sido uno de los más recientes asesinatos. Foto y comentario añadidos por el Bloguista de Baracutey Cubano.

Por Jorge Enrique Rodríguez

La Habana

15 Jun 202

Emiliano tiene más 70 años de edad, pero aún conserva ese porte de respeto, de manos y andar firme que nos advierte estar ante un hombre de armas tomar. Su fama en "el ambiente" es bien ganada: es sobreviviente de dos duelos mortales que aún en los barrios duros de La Habana se recuerdan. Apenas sale a las calles. Solo para realizar "algún que otro trajín en la bodega o el agromercado" o a visitar a sus nietos. En ningún caso, cuando tiene que salir de su domicilio, lleva consigo su teléfono celular ni sus prendas.

"La yarda (la calle) está que arde, sobrino", asegura. "Están matando, asaltando o apuñalando a la gente casi por nada. Todas las semanas hay un muerto, un desaparecido, un asalto fatal, y ni hablar de las mujeres asesinadas. Se están viviendo los tiempos más calientes que he conocido en toda mi vida". Curiosamente, Emiliano solo lee la prensa independiente, a pesar de no hablar de política "ni en familia".

"En ninguna circunstancia de mi vida, ni siquiera en décadas de prisión, el miedo fue jamás parte de mis sentimientos, hasta estos últimos años. A cualquier hora del día mi señora y yo mantenemos la reja y la puerta cerradas. Salimos a la calle estrictamente lo necesario, y nunca con los celulares. Si vamos lejos siempre vamos en carro, no importa lo que cueste. Nunca pensé que tendría que vivir con sobresaltos, sentir verdadero temor de caminar todas esas calles que se sabían mi nombre de memoria", agrega Emiliano, quien no duda en responder a la comparación de la violencia en sus tiempos y la escalada que actualmente azota a la Isla.

"Antes solo tenías que temer a los ambientales si estabas involucrado en el ambiente de una manera u otra. Sacar un arma, cualquiera que fuera, era porque las cosas llegaban al límite, pero nunca para alardear o impresionar. Había violencia, sí, pero se sabía dónde, cuándo y por qué. Lo que se está viviendo hoy nunca se había experimentado en ningún lugar de este país. Crímenes tan espeluznantes que parecen sacados de una película. Cuba ya no es segura ni pa' los más arresta'os".

Vivir con una lista de prohibiciones para toda la familia

Madre de tres adolescentes y a cargo de sus dos padres ancianos, María Esther Wong dice vivir en un puro nervio. Casi tiene anotada una lista de prohibiciones para toda la familia, incluyendo a su esposo: nadie sale solo a la calle después de caer la noche; no se utilizan los celulares en la vía pública; la reja del portal siempre cerrada; y ningún desconocido puede entrar en el domicilio familiar, son algunas de esas restricciones.

"La hembra me dice que si la estoy criando para monja. Los varones me dan más trabajo porque quieren estar en la calle todo el día, pero me pongo fuerte. Dos compañeras de trabajo han pasado por la tragedia de sus hijos apuñalados para quitarles los celulares. Ya ni siquiera entro a las redes sociales, porque todos los días es alguien que desaparece y luego encuentran muerto, asaltos con machetes, tiroteos, mujeres asesinadas de las formas más horrendas. De cuál tranquilidad ciudadana hablan en la Federación (de Mujeres Cubanas), en el núcleo del Partido (Comunista), en la televisión. La de Cuba no es porque lo que estamos viviendo es simplemente de horror", afirma Wong quien, en voz baja, advierte que vigila el comportamiento del novio de su hija.

"Estoy enferma con los feminicidios. Si discuten, no duermo. No les dejo salir solo a ninguna parte si sus hermanos no van, y no pueden dormir fuera de casa, pues aquí en casa tienen su espacio para la intimidad. Esa son las normas. A mi esposo lo obligué a vender la motorina; le dije que era eso o el divorcio. Mi consejo a las familias es que redoblen las preocupaciones porque en este país ya no estás a salvo ni dentro de tu casa. Hasta para hacer nuevas relaciones de amistad tienes que tomar precauciones", añade Wong, para quien la Policía "apenas cumple con su obligación".

"No necesitamos policías que no acepten sobornos, o que devuelvan pertenencias perdidas, necesitamos policías que mantengan las calles seguras y leyes que mantengan a las mujeres a salvo", afirma.   

Entre el 1 de febrero y lo que va de año, DIARIO DE CUBA ha recogido más de una docena de asesinatos, la mayoría víctimas de robos, sin contar los crímenes feminicidas cuyo número asciende a 38 en lo que va de año, de acuerdo con el subregistro de plataformas feministas independientes cubanas. Seis más que el total de feminicidios reportados en todo el año 2022.

Ninguna pareja en los parques

Transitar las calles habaneras en horas nocturnas, fundamentalmente en barriadas de la periferia, es un riesgo inmenso. El alumbrado público es prácticamente inexistente, así como el patrullaje de las fuerzas policiales. Incluso avenidas y calzadas están inmersas en total oscuridad. La intimidad de parejas en parques es nula, pues nadie es capaz de arriesgarse al escarceo erótico o romántico en medio de una oleada de violencia social que mantiene a un país en vilo.

"Mi pareja y yo, como no tenemos intimidad en ninguna de nuestras casas, nos aprovechábamos de los parques del barrio. Pero eso es correr un riesgo por gusto en estos tiempos ", acota Yailín Caballé, vecina del Reparto Martí.

"Preferimos sacrificarnos y reunir para disfrutar de un alquiler seguro, al cual vamos y regresamos en taxi porque tampoco es seguro andar caminando de noche, aunque ya los asaltos están ocurriendo a plena luz del día, como le pasó a mi cuñado, que quedó lisiado de por vida. Todo, por el teléfono celular".

Como trabaja en una cafetería privada algunos turnos de noche, Caballé es escoltada por su pareja y su hermano. Su pareja permanece con ella durante toda la jornada, y al concluir su hermano los escolta.

"Es un ritual cada vez que me toca trabajar de noche, pero en estos barrios ni siquiera de día ves un patrullero, a menos que haya alguna movida contra los opositores. Ahí sí tú ves movilizada a toda la Policía del Cerro", añade Caballé quien señala que en la Avenida Santa Catalina o la Avenida Vento "ya no están las mujeres que hacen la calle".

"No son los operativos policiales, sino la violencia reinante quien las tiene recogidas", comenta.

Con más de cinco años como trabajadora sexual, Yenisey solía apostarse entre las zonas de Santa Catalina, Avenida Boyeros y Vía Blanca. Luego del asalto a una de sus amigas en el oficio, la cual no se ha recuperado de las lesiones, decidió no ofrecer servicios por la noche.

"Ha sido muy complicado para quienes vivimos de esto y nadie habla de ello. Ni siquiera nos atrevemos a trabajar en grupos para ofrecernos protección y seguridad porque igual puedes ser víctima de falsos clientes, como le sucedió a nuestra amiga. Siempre contra nosotros ha habido algún que otro incidente porque esto es un trabajo de riesgo, pero las calles están malísimas para todo el mundo. Antes había cierta tranquilidad, cierta seguridad, pero todos los días te enteras de una tragedia. Y son tragedias que se suponía que en Cuba no ocurrían. Ya no estás segura ni dentro de tu propia casa", lamenta Yenisey, quien dice conocer a familiares de Anisleysi Rodríguez Mesero, una vecina de El Cerro que el pasado 7 de junio fue asesinada brutalmente durante un robo a su vivienda.

"Si todas esas mujeres no han obtenido justicia, imagínate que podrá quedar para las trabajadoras sexuales. Para el Gobierno somos deshecho, y nunca hemos tenido protección ninguna, solo asedio policial y amenazas o acusaciones de peligrosidad. Estaríamos doblemente expuesta en un país donde ahorita ser mujer es una maldición", concluye.

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