miércoles, septiembre 04, 2024

Una historia con menos fábula y más veracidad sobre la participación del joven Castro Ruz en el pandillismo político en Cuba y en El Bogotazo


 DE LOS ARCHIVOS DEL BLOG BARACUTEY CUBANO 

Tomado de

Tomado  de http://www.cubamatinal.com/Noticia.cfm?NoticiaID=6796


Los gángsteres ponen las balas


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En la tercera parte de la biografía de Castro*, titulada Pistola y Complots (p99-160) veremos como aquel gentil y conservador caballerito, formado por los Jesuitas, se nos vuelve un chico de armas tomar, y de paso un objetivo a captar por los núcleos comunistas que operaban en la Universidad de La Habana.

Rl joven Fidel Castro Ruz posando de  ¨tipo duro¨, junto a otros estudiantes de la Universidad de La Habana,   cuando los sucesos de la campana del ingenio ¨La Demajagua¨. Fotos y comentarios añadidos por el bloguista de Baracutey Cubano)

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Por Carlos Manuel Estefanía (1)

En el capítulo 9 de su libro, Claudia Furati cuenta con todo el detalle que una biografía consentida puede permitirse, el activismo político de Fidel Castro durante su etapa estudiantil. Se rompe el tabú, entre los biógrafos oficiales, de los vínculos juveniles del Comandante con los grupos gangsteriles que asolaban la Universidad de La Habana. Pandillas conformadas con los remanentes de lo que un día fueron grupos de acción contra Machado o Batista, así como el reducto final de los combatientes cubanos que participaron como voluntarios en la guerra civil española o en la segunda guerra mundial.

En 1946 se inicia Fidel Castro en esa micro política y trampolín para la gran Política que era la que se ejercía por entonces en Universidad de La Habana. Según la escritora brasilera, los candidatos que se destacaban en las elecciones se convertían en blanco del presidente de la FEU Manolo Castro, cuyo grupo Movimiento Social
Revolucionario (MSR) contaba entre sus miembros al internacionalista Rolando Masferrer, estaba conectado con el jefe de la policía secreta del gobierno, Mario Salabarría, y controlaba de paso la rectoría y la policía universitaria.

(Rolando Masferrer Rojas poco antes de ser asesinado en Miami, presuntamente por la tiranía de Fidel Castro según personas como José Parda Llada; nota del Blogguista)

A principios de 1947 Fidel comienza a hacer proselitismo entre los estudiantes para que apoyaran a otra banda, la que controlaba Emilio Tro, llamada Unión Insurreccional Revolucionaria (UIR). El 24 de marzo se crea un conflicto entorno a la presidencia de la FEU en la Facultad de Derecho, que deviene en una especie de dualidad de presidentes, de un lado Federico Marín con respaldo de la mayoría y destituido temporalmente por no asumir sus compromisos de combatir al gobierno y del otro Fidel Castro que automáticamente asumía el cargo. En ese contexto, cuenta la escritora, Salabarría aborda a Fidel Castro y le exige que renunciara o lo desaparecería. Este es el argumento que utiliza Furati para justificar el acercamiento (por no decir la incorporación) de Castro a uno de los grupos gangsteriles:

“Si regresaba a la universidad armado y solo, en el caso de que no le mataran policías o miembros de las bandas, ofrecería un pretexto para que le encarcelaran, pues por portar armas constituía un delito. Resolvió dejarse guiar por su instintiva razón práctica y vislumbró la forma de volver al juego: aceptar la propuesta de Emilio Tro y apoyar a la UIR.”

Fidel Castro le pide a la UIR una Browning de 15 balas y un automóvil Buick, la marca de la organización como prueba del pacto con ella. Protegido por los hombres de Tro, Castro volvió a entrar en la Universidad. Cuando Emilio Tro es nombrado jefe de la Policía, Fidel asistirá a la ceremonia (p107).

Castro rodeado de los "gatillos alegres" de la UIR

El quince de septiembre de mil novecientos cuarenta y siete, agentes de la policía de Salabarría asesinan a tiros a Emilio Tro y otros miembros de la UIR, en el barrio de Orfila en Marianao. El caso, conocido como la mantaza de Orfila termina con un saldo de seis muertos y numerosos heridos. El hecho fue cubierno por Radio Reloj . Entonces se escuchó:

RADIO RELOJ REPORTANDO, RADIO RELOJ REPORTANDO: En el tiroteo que se está produciendo en estos momentos en el Reparto Orfila, en Marianao, acaban de perecer el Comandante Emilio Tro y la señora Aurora Soler, esposa del también Comandante Antonio Morín Dopico. La batalla de Orfila, filmada además por un periodista, desató el escándalo y una secuencia de venganzas entre las dos bandas (p111). Fidel era uno de los blancos de esta vendetta. Además de esto Masferrer le acusaba de haber desertado de la expedición organizada a Cayo confites con el fin de liberar a Santo Domingo de la dictadura trujillista. Fidel partirá hacia Oriente y allí estará hasta que las autoridades declararon cerradas las investigaciones sobre el caso de Confites.

El 22 de febrero de 1948 es asesinado Manolo Castro, quien para ese entonces había dejado la Universidad. Salabarría y Masferrer acusarán a Fidel Castro por la muerte del expresidente del la FEU. En la biografía consentida se afirma que Castro se encontraba a la hora del asesinato en el Café del Dorado, mientras que el crimen ocurrió en las puertas del cine Resumen.

Junto a Castro, se aparecían como sospechosos el comunista Manolo Corrales, así como los miembros de la UIR Justo Fuentes y Pedro Mirassou. Dos días después, Castro y los dos últimos se presentaron voluntariamente en la policía, allí expusieron sus respectivas coartadas. Dice la Furati que la prueba de parafina dio que su biografiado no había disparado en esos días. Fidel Castro, trata de evadir la guerra entre las bandas y concertó una cita con el líder estudiantil Alfredo Guevara, en casa de su media hermana María Lidia. Guevara le a Castro recomienda salir de la circulación. Esto se realizaría con la ayuda económica de Mario García Inchaustegui Castro encontrará un escondite produciéndose así el vinculo definitivo entre este y Guevara.

Castro, donde los comunistas pusieron el ojo

Guevara era miembro “autónomo” de una célula comunista dirigida por Leonel Soto que operaba en la Universidad. El futuro director del ICAIC por recomendación de sus compañeros y de su hermano le había le había echado el ojo a Castro desde 1946. Quería saber si el antiguo alumno de los jesuitas, se convertiría en un aliado o un obstáculo en el proyecto que tenían los estalinistas de controlar la FEU. En este proceso Guevara logró convertirse en Presidente de la Facultad de Filosofía y Leonel en su Secretario.

En junio de 1947 Guevara y Castro se aliarán en la promoción de una reestructuración de la FEU, a cuya secretaría ambos aspiraban. El grupo de Fidel Castro y de Alfredo Guevara hará frente común para impedir el triunfo de los estudiantes apoyados por Salabarría, y lograrán que se coloque de presidente a un neutral Enrique Ovares de quien hablamos en la primera parte de este trabajo. Ovares quien había sido secretario de la FEU bajo el mandato de Manolo Castro, también jefe de la delegación de estudiantes cubanos invitados a la primera reunión de la Unión Internacional de estudiantes (UIE) celebrada en agosto del año anterior en Praga. En las elecciones de Julio Alfredo Guevara, ganara la secretaría de la Organización, tiene en su favor 114 votos contra los 19 de Castro. De este modo Alfredo Guevara se convertirá en una especie de Richelieu de la FEU (p108)

A finales de ese mismo año Castro volverá a coligarse con los criptocomunistas de la universidad en la tarea de para desprestigiar al gobierno del Partido Revolucionario Auténtico. Resulta que los veteranos se negaban a entregar al presidente Grau la campana del ingenio La de Majagua, donde Carlos Manuel de Céspedes había iniciado la primera guerra de independencia. A Fidel se le ocurre traer la campana a la capital realizar con ella un acto en la escalinata universitaria y desde allí convocar al derrocamiento del gobierno democráticamente constituido. A quien primero buscó para tan loco proyecto fue a Alfredo Guevara, al que le expuso la idea de que los estudiantes trajeran la campana y la hicieran sonar instigando al pueblo a tomar el palacio presidencial. En un ejercicio de simplismo sin igual Castro estaba seguro de que ante la algarada a Grau solo le cabría dimitir.

Fidel Castro viajará en busca de la campana acompañado con el líder comunista Lionel Soto, para los gastos de viaje contaron con el financiamiento de Isidro Hernández, un rico resentido con Grau. Los dos estudiantes regresaron a la capital con la campana y una delegación de veteranos. La reliquia histórica fue colocada en la rectoría y se convocó a una asamblea para decidir que se haría con esta En ella se presentaron los pistoleros de Masferrer y Salabarría (los dos presos por la matanza de Orfila) e intimidaron a los presentes para que no usaran la campana contra el presidente.

Castró vuelve a La Habana con la Campana

La campana debería permanecer 24 horas en la rectoría. El criptocomunista de Alfredo Guevara fue encargado de obtener las armas necesarias para la custodia nocturna. Se organizó una guardia estudiantil que no sirvió de nada. Pues la campana fuera robada por el pistolero Eufemio Rodríguez -quien pronto morirá como parte de la respuesta por el asesinato de Tro-aprovechándose de que la policía de la Universidad que había expulsado a los estudiantes que custodiaban el objeto, ya que no se permitía gente armada en la Universidad. La campana fue depositada en casa del militante auténtico Tony Santiago, vinculado a Salabarría y de allí trasladada al Palacio Presidencial.

¿Los comunistas tras el Bogotazo?

En Marzo del 1948 desembarcan en La Habana los emisarios del General Juan Domingo Perón de quien ya nos había hablado Franqui en su Diario de La Revolución Cubana. Furiati aclara que Perón estaba en la búsqueda de aliados para reivindicar la soberanía sobre las islas Malvinas ocupadas por Inglaterra, demanda que trataría 
de exponer en la IX Conferencia de Cancilleres de la Organización de los Estados Americanos a celebrarse el 10 de Abril en Bogotá.

(Fidel Castro, Enrique Ovares y Alfredo Guevara en el Bogotazo)

La comisión peronista se alojaba en el hotel Nacional, la brasileña nos da los nombres de quienes la conformaban Iglesias Mónica y Antonio Caffiero. La escritora confirma también lo relatado por Franqui, cuando dice que Fidel Castro se pone en contacto con los argentinos y le propone la creación de un congreso paralelo de estudiantes en Bogotá.

Pronto Diego Molinary, el embajador argentino, le confirmará a Fidel que el general Perón aceptaba correr con los gastos de la Reunión. Por la autora brasilera conocemos quienes participan en este proyecto, que será el primer caso consumado (el anterior fue la frustrada invasión a Santo Domingo) de ingerencia de Fidel Castro en América Continental:

“Para Fidel, se presentaba un buen motivo para ausentarse del país hasta que se enfriara la persecución; viajaría a Venezuela y Panamá en Misión de la FEU, con Cobertura financiera y diplomática de Argentina. Se aceptó incluso su solicitud de llevar al compañero Rafael del Pino, lo que le brindará más seguridad. También se formaron otras comisiones: Chino Esquivel y Aramís Taboada irían a Guatemala, El Salvador y México; Pablo Acosta y Carlos Moreno, a Honduras, Nicaragua y Costa Rica; Enrique Ovares y Alfredo Guevara, los dirigentes marxismos de la FEU se encontrarían con Fidel."(p 122)

El día 19 de marzo, cuando Fidel Castro se disponía a partir, es detenido en el aeropuerto acusados de ser un fugitivo de la justicia. Llevado ante el instructor del sumario por el asesinato de Manolo Castro, Fidel alega que estaba designado por la FEU para participar en un congreso por lo cual no incumplía las condiciones de su libertad condicional. Aquella policía tan “represiva” se limitará a retenerle el pasaporte y otras pertenencias a Castro por un día. Luego lo dejaron salir del país.

Salvo en la afirmación de que Castro si logró encontrarse con Rómulo Gallegos, la descripción de la Furati sobre el periplo de Castro hasta Colombia, coincide, en términos generales con la de Franqui, lo mismo ocurre con sus agitadas y controvertidas actividades de Castro durante el Bogotazo. Aunque la brasilera aporta detalles que vale la pena destacar. Por ejemplo; el tono fuertemente izquierdista con el que Fidel Castro se presenta en una reunión con representantes de la Unión Sindical Obrera Colombiana: “se parecía al que solían emplear los provocadores” (p124). Otro detalle interesante es la declaración que hace el día 8 el Secretario de Estado norteamericano George Marshall, jefe de la delegación de su país, acerca de que una conspiración internacional comunista amenazaba a América. Aún más interesante es la que hace el Ministro Colombiano, quien “ lanzó acusaciones a estudiantes cubanos del paso por el país, en especial el joven Fidel Castro, vinculándolos con la penetración comunista”(p125)

Tal y como nos lo cuenta Carlos Franqui, tras el asesinato el día 9 de Gaitán (en el libro de Franqui se escribe Gaitán), Fidel Castro se verá envuelto en una serie de peripecias. Tras de retorno de estas al Hotel Claridge Fidel Castro y Rafael del Pino se enterarán que eran buscados por las autoridades del país:

“El gobierno Colombiano había decretado la detención de los cubanos y divulgado la versión de que el Bogotazo había sido fruto de una conspiración de comunistas y extranjeros. La policía colombiana alegaría que ` Fidel Castro Ruz y Rafael del Pino fueron los principales dirigentes de los saqueos de iglesias y residencias durante los acontecimientos...Ambos habían dejado de presentarse al embajador cubano y así contribuyeron a interrumpir la conferencia de la OEA, en unión con otros comunistas...
Cuando los detectives comparecieron el en el hotel se apoderaron de correspondencia remitida desde La habana al referido lugar, pudiéndose comprobar, por su texto, que pertenecían al Partido Comunista de Cuba que daba instrucciones a seguir...` Las agencias internacionales de noticias confirmaban que el movimiento revolucionario desatado en Colombia había sido estimulado por comunistas después del asesinato del izquierditas Gaitán" (pp128-129).

Furati nos cuenta que fue el argentino iglesias el que, bajo la queja del lío en que le habían metido, ayuda a escapar a los cubanos de la persecución, lo hace en un auto diplomático dentro del cual Ovares, Guevara y Castro lograron llegar a la embajada cubana. El Ministro argentino había conseguido que el coche de su embajada recogiera y llevara a los cubanos a su representación”. La delegación estudiantil regresará como ya había dicho Franqui en una aeronave que transportaba toros a La Habana, Furati cita a Guevara, según el cual “Llovía a cántaros. Veníamos en un avión, echados en el suelo...y él hablaba de que iba a concentrarse en terminar su curso libre de marxismo” (p129) Dejaban atrás aquel Bogotazo tras el cual Colombia no volvió nunca a ser la misma. Valorando el hecho a la luz de los años, Plinio Apuleyo Mendoza, escribe:

“El país que habíamos conocido sucumbió para siempre aquel viernes enardecido [9 de abril de 1948], húmedo de sangre y envuelto en ráfagas de lluvia y humaredas de incendio. Ardían tranvías y edificios públicos. Muchedumbres enloquecidas y armadas de machetes recorrían las calles. En la noche y al día siguiente la revuelta popular fue sofocada de una manera brutal. Cuatro mil muertos quedaron en las calles de Bogotá. Sólo delante de mi casa conté dieciocho cadáveres. A partir de entonces, la violencia fue protagonista central de nuestra vida política” . (Colombia de Ayer a Hoy, en la revista Encuentro de La Cultura Cubana, Invierno de 2005-2006, pp. 57-70)

La Universidad continúa. Entre balas y los comunistas

Castro en su etapa universitaria

Volvamos de la mano de la Furati a La Habana. El cuatro de julio Fidel Castro es nuevamente acusado del asesinato del policía Universitario Oscar Fernández Carral. Desde el parlamento Rolando Masferrer, recién elegido diputado le responsabiliza de tres atentados en uno de ellos con la muerte de un policía. Dos días después el propio Castro sale ileso de un atentado contra su persona. Pronto recibiría una orden de prisión, acusado de participar en un atentado de la UIR contra Masferrer. El tiroteo había tenido lugar en las escaleras del Capitolio, arrojando el saldo de un muerto y tres heridos. Pero Castro consigue que un juez anule la orden.

Frente a las acusaciones de gangsterismo Castro recibe el respaldo de la FEU y la Juventud Ortodoxa. Dentro de la última y en oposición a la dirección del partido, actúa Max Lesnick, quien intentaba establecer contactos con los jóvenes estalinistas. Lesnick hará gran amistad con Castro, quien formalmente apostaba por la autonomía de los ortodoxos con respecto a los comunistas. Más al parecer, por lo que cuenta la misma Furati, ya Fidel se había “auto reclutado” para el estalinismo cubano:

“La persistente persecución de que era objeto en esa época se debía a su creciente colaboración con comunistas en el ámbito de la FEU. A este respecto, Fidel comentaría con tono irónico: `No, no me reclutaron ellos...Me recluté yo solo...´”(p132)

Lo cierto es que la antigua estrella de los jesuitas, ahora se encontraba a menudo, dentro y fuera de la universidad con los comunistas, con la presencia, en ocasiones de Flavio Bravo, presidente nacional de la Juventud Socialista [Estalinista] y bajo la observación de Carlos Rafael Rodríguez miembro del Buró Político del Partido. Cuando Max Lesnick entra en la Universidad encuentra afinidad inmediata con Guevara a quien se le ocurre la creación de Comités colaterales a la dirección de la FEU con distintos fines tales como los de combatir a las empresas norteamericanas o al gangsterismo. Esto último, precisamente cuando el recién electo Carlos Prío intentaba concertar un pacto entre los grupos a fin de que las bandas se desactivaran incorporando sus miembros al aparato policial. Alfredo Guevara propone como miembro de este Comité antigangsteril a Fidel Castro, pese a la objeción de quienes le asociaban con los mismos pistoleros. De todos modos fue a Castro a quien le tocó la misión de denunciar la lista de los grupos financiados por el gobierno. Lo hizo en un acto celebrado el 30 de septiembre, durante la conmemoración de la muerte del mártir estudiantil antimachadista Rafael Trejo. Allí Fidel Castro acusó a los diferentes grupos de recibir salarios por servicios falsamente ubicados en el gobierno. Nuevamente se desata el escándalo, y es a Max Lesnick quien se responsabiliza con proteger al “Guajiro”, como le decían sus allegados a Castro. Lesnick se lo llevó para su casa donde estrecha aún mas sus los vínculos de estos dos ortodoxos proclives (aunque uno menos públicamente que el otro) a la colaboración con los comunistas.


En julio del 1949 Fidel asiste con regularidad a un seminario de estudios marxistas [¿estalinistas?] organizado por el PSP. En septiembre llega a La Habana Raúl Castro para vivir con su hermano y estudiar en la Universidad, donde se vincula con los amigos comunistas de Fidel, Alfredo Guevara y Leonel Soto, pronto ingresará el menor de los Castro en la Juventud del Partido Socialista Popular.

A partir del famoso acto de denuncia toma cuerpo en la Universidad de La Habana el llamado Comité 30 de septiembre, una especie de organización paralela presidida por Baudilio Castellanos (Billito) amigo intimo de Fidel Castro. Este Comité llegó a convertirse en una fuerza política capaz de movilizar a 60000 personas. Dicha estructura pronto será denunciada como comunista y gangsteril por Ovares y seis presidentes de facultades. Pero no lograron impugnarla por la oposición de otros 7 presidentes de facultades. Al final será la propia FEU la que sea acusada , según Furati, de partidaria de la izquierda [¿o de los comunistas?] La Federación Estudiantil termina disuelta en noviembre por un decreto del Consejo Universitario. A finales de Abril se concentrarán unos doscientos estudiantes de la enseñanza media frente a las oficinas de la FEU, destrozando la sede. El comunista Leonel Soto será acusado de agredir a la policía universitaria, en su defensa saldrá Castro, quien le dirá al Rector Inclán “Si expulsan a Lionel Soto, tendrán que hacer lo mismo conmigo” p 139.

Ya para entonces el Gabinete Nacional de Identificación había abierto un expediente policial sobre las actividades de Fidel Castro, remitido al Buró de Investigaciones, que será solicitado por el Cónsul colombiano, en Cuba Lácidez Moreno, con motivo de la participación de los dirigentes estudiantiles cubanos en el Bogotazo (P139). Un expediente que hoy se encuentra en los archivos personales de Castro, que la Furati parece haber consultado y del cual no dice ni “pío”.

Dejemos pues el libro de Claudia Furati. Fidel Castro, La Historia Me Absolverá y volvamos al tema de Fidel, los comunistas y Colombia desde otra fuente mucho menos comprometida, por no decir totalmente adversa al actual gobernante de Cuba. Se trata de Salvador Díaz-Versón. Investigador de las actividades comunistas en nuestra isla, fundador en mayo el 14 de 1925 de la liga Anti-Comunista de Cuba, inaugurada en la universidad de La Habana. En 1934 Díaz-Versón se convirtió en jefe del policía nacional cubana. Durante la Segunda Guerra Mundial, fungió de Secretario del comité para la defensa de la democracia creada formalmente en 1940. A partir de 1948 hasta el golpe de estado del 10 de marzo de 1952, Díaz-Versón sirvió como jefe en Cuba de la inteligencia militar, bajo el gobierno del Dr. Carlos Prío Socarras. Díaz-Versón es también autor de numerosos libros, entre ellos One Man one Battle (1980). Veremos que nos cuenta el investigador sobre los agentes de reclutados en Cuba, a principio de los años cuarentas, por el funcionario soviético Gunner W. Bashirov; una lista de famosos entre los que se encuentra el nombre de Fidel Castro Ruz **.

*Claudia Furiati, "Fidel Castro, La historia me absolverá" (Plaza y Janés, Barcelona 2003)

**Salvador Díaz-Versón, One Man, One Battle, World Wide Publishing Company. INC, New York.1980, p112

(1) Director de Cubanuestra . www.cubanuestra.nu
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Tomado de http://eichikawa.com

El «primer tirito» de Castro en la UH

septiembre 17, 2010

Por Arnaldo M. Fernández
septiembre 17, 2010

El ex analista de la CIA y actual investigador del Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos (Universidad de Miami) Brian Latell acaba de empacar la re-aparición de Castro el Viejo en la Universidad de La Habana (UH) con la iniciación de Castro el Joven como pandillero. Latell reporta que «dos testigos presenciales» acreditan «sin discusión» cómo Castro intentó asesinar a sangre fía a Leonel Gómez, quien habría declarado su intención de empinarse en la micropolítica de la UH y perfilado así como adversario de Castro. Latell no puede dejar de citarse a sí mismo y saca de su libro Después de Fidel (2008) que «Gómez estaba afiliado a una banda mafiosa rival» y Castro se habría apostado «detrás de un muro de piedra», a la salida del estadio aniversario, para disparar alevosamente contra Gómez, quien sobrevivió a «heridas graves».

(De izquierda a derecha: Fidel Castro, Enrique Ovares, Alfredo "Chino" Esquivel, Gustavo Ortiz Faez, con la campana de La Demajagua a su arribo a La Habana, Nov. 7, 1947. Gustavo Ortiz Faez fue uno de los que  mató en el mismo hecho criminal a Manolo Castro y a Carlos Puchol Samper;  también   fueron heridos José Miró Rojas y José Ignacio Valdés Rodríguez. Fotos y comentarios añadidos por el Bloguista de Baracutey Cubano)

El finado Rafael Díaz-Balart atestiguó (mayo 3, 1960) ante el Senado de los EE. UU. que Castro había baleado a Gómez en 1947. Tras acotar que Castro lo había convidado, pero I refused, because I am a Christian, Díaz-Balart señaló que el atentado traía su causa de percibir Castro a Gómez como serio obstáculo, por ser este último amigo personal del presidente Grau San Martín. Díaz-Balart precisó (marzo 9, 1988) que Leonel Gómez era miembro de la Unión Insurreccional Revolucionaria (UIR), es decir: la misma pandilla en que militaría Castro bajo el mando de Emilio Tro. A Castro lo embullaron «El Gallego» Vázquez y Antonetti, del Movimiento Socialista Revolucionario (MSR), y cuando Gómez salió del estadio universitario, los tres «lo estaban esperando arriba del muro de la calle Ronda». Uno de los jefes del MSR, Mario Salabarríaconfirma que Castro «fue uno de los que le tiró a Leonel Gómez», pero el jurista Ramiro Arango asegura que «fue en un billar que había en un pasaje que iba del Instituto de La Habana al teatro Payret». El líder estudiantil Enrique Ovares puntualiza la fecha del atentado (diciembre 8, 1946), agrega a un tal Isaac Araña como cuarto participante y subraya que Gómez salió ileso: el herido, en una pierna, fue Fernando «La Vaquita» Freyre de Andrade. De ahí que «el primer tirito que dispara Fidel» en la UH se tirara a relajo: «Le fueron a tirar al toro y le dieron a la vaquita».

-Foto: Aquí empieza la calle Ronda, hacia la izquierda © Joseph Scherschel – Time Inc.

-Nota del Bloguista de Baracutey Cubano : Este episodio biográfico de Castro se aclara gracias a investigaciones del Dr. Antonio Rafael de la Cova. Mario Salabarría  no era jefe ni miembro del MSR; Julio,un hermano suyo sí lo era.
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Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

Gustavo León, Doctor en Medicina  y conocedor de la Historia política de Cuba, ha afirmado en  sus programas radiales de Cita con la Historia Y/0 en las directas de Carlos Calvo,  que Mario Salabarría le había dicho en el Exilio del Sur de la Florida que  en esa época Fidel Castro era informante  suyo para que le dijera lo que sucedía en la UIR  de Emilio Tró. En el libro de Rafael Díaz-Bakart Gutiérrez titulado Cuba: Intrahistoria. Una lucha sin tregua, que él fue el que introdujo a Fidel Castro  en esas pandillas; he leido, en otra fuente, que fue Mario Salabarría el que le sugirió a Fidel Castro  que entrara en la UIR dado que Leonel Gómez también pertenecía a la UIR y así se quitaba de encima a Leonel  Gómez que deseaba vengarse por Fidel Castro haberle disparado, aunque había herido  a otro que lo acompañaba.
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Entrevista a Mario Salabarría

Tomado de http://www.latinamericanstudies.org

Entrevista de Antonio Rafael de la Cova con Mario Salabarría Aguiar,el el  3056 S.W. 17 St., Miami, Fla. 33145, el 7 de diciembre de 1983.

A Fidel Castro lo conocí estando el en la universidad. Yo estaba en la policía. Desde que él llegó, los elementos más afines a él eran los que iban a la universidad no para estudiar, sino para perturbar. Sus amigos allí eran del mismo temperamento y de la misma proyección. Yo era comandante jefe del Servicio de Investigaciones Extraordinarias de la Policía Nacional. Yo me dedicaba exclusivamente a la represión política, la persecución del delito político.

Yo voy en el automóvil mío cuando empiezan a circular por la radio un automóvil tripulado por dos individuos que eran elementos peligrosos y que se tomaran precauciones al momento de detenerlo. Estoy en ese momento en la esquina de F y 23 en El Vedado esperando la luz verde. Cruza un automóvil que viene de la calle E y sube por la calle J hacia la universidad, cuando el chofer me dice: “Comandante, ahí va el automóvil que acaban de circular por radio.” Cuando nos acercamos me dice, “el que va manejando el carro es Fidel Castro.” Cuando paso por la universidad para doblar atrás del carro, veo unos policías en la cadena que cerraba el paso a los automóviles y le pregunté a un policía amigo que había sucedido. “Fidel Castro ha hecho unos disparos en una asamblea en la Escuela de Derecho”, me dijo. Eso fue en mayo o junio de 1947 [abril 27, 1947]. Lo seguimos hasta que paró en una casa en la calle Mazón, que es donde él vivía, y me bajé con un arma en la mano y le dije, “Párate ahí”. El se paró, y entonces iba manejando Aramis Taboada, lo registré y a él le ocupé una pistola 45 y Aramis Taboada un revólver 38. Todavía estoy esperando el juicio ese, no me han citado a mí.

Estos casos no iban a juicio porque había un individuo en el Tribunal de Urgencia, de apellido De la Ville, quien por veinte pesos le sacaba determinadas piezas a las armas para hacerlas inservibles. Entonces el abogado defensor pedía un perital para determinar si el arma era usable. Cuando el peritaje era negativo, que el arma no podía disparar, sobre seguían el juicio.

Detuve a Fidel y resultó que vivía en una casa de huéspedes de una familia de apellido Lamar, registré la habitación donde él vivía, y no encontré nada allí. Me lo llevé arrestado para el departamento mío, levanté el acta, y lo remití al Tribunal de Urgencia sujeto a la pistola que le ocupé, y a su vez di cuenta al Juzgado de Instrucción de la Cuarta del hecho que había cometido en la universidad. Así fue como yo personalmente lo conocí a él. Su actuación en la universidad la conocía porque como Manolo Castro era presidente de la FEU, conocía que estaba allí con un elemento gangsteril. Inclusive, me dijo un individuo que él (Fidel) había estado detenido en la Oncena estación del Cerro porque él había tratado de secuestrar al doctor Coro, que era decano en la Facultad de Odontología y que estando detenido en la oncena estación, llegó un individuo que era comandante de la policía, Ignacio Mendieta que era amigo de él, y habló con el doctor Coro y los dos marineros que lo habían arrestado, porque los marineros iban en una guagua y ven en la máquina que resultó del doctor Coro, una trifulca entre dos individuos, se bajan de la guagua, lo detienen y se lo llevan preso a la oncena. Mendieta, que era amigo de él, arregló el problema.

Se habla y se dice de la participación de Fidel en la muerte de Manolo Castro, pero yo no puedo asegurarte nada. Lo único cierto que hay, que el individuo que le tiró a Manolo Castro. Gustavo Ortiz Faez, que en este momento tiene un alto cargo en la DISIP venezolana, que lo detuvieron a una cuadra de allí, cuando estaba preso en la tercera estación, la primera persona que llego allí a interesarse por el preso fue Fidel Castro. La muerte de Manolo fue a las doce de la noche. Eso se comentó entre la policía. Ortiz Faez era ahijado de Paulina Grau (aclaración del bloguista de Baracutey Cubano: se refiere a Paulina Alsina, ex cuñada  del entonces Presidente Ramón Grau San Martín que era la viuda de Francisco Grau San Martín, unico hermano que tuvo el Presidente Grau), porque los Faez son de Matanzas y Paulina era de Matanzas.

Recorte de diarios de la época y de la revista Bohemia añadidos a la entrevista  por el Bloguista de Baracutey Cubano:


(Paulina Alsina Fernández  era viuda de Francisco Grau San Martín (falleció el 30 de noviembre de 1930) único  hermano de Ramón Grau San Martín; Paulina y Francisco tuvieron cuatro hijos: Paulina,  María Leopoldina (Polita), Francisco (Pancho) y  Ramón (Mongo); además  adoptaron a María Dolores Sánchez. Mucho más en mi artículo  Algunos señalamientos relativos a la presidencia del Dr. Ramón Grau San Martín como presidente elegido constitucionalmente.  Aclaro que  el Dr. Ramón Grau San Martín no era homosexual; era más bien mujeriego pero como dice el dicho cubano:  ¨las mataba callando¨ aunque la escritora, y comunista,  Reneé Méndez Capote escribió una supuesta anécdota con Grau que es muy ilustrativa cuando ella muy joven y agraciada estaba sentada en una tribuna y detrás estaba sentado  Ramón Grau San Martín... Comentario añadido por el bloguista de Baracutey Cubano) 

Yo sabía de la existencia del MSR y aquello de Cayo Confites, en lo que yo cooperaba pero en otro plano, no como militante. Yo no era miembro del MSR. Mucha gente piensa que como Rolando Masferrer era amigo mío, y Manolo Castro era amigo mío, que fueron los que organizaron eso, pues pensaron que yo estaba en eso, pero yo estaba en la policía, porque eso me involucraba en otras cosas que no eran factible. Rolando y Manolo fueron los organizadores del MSR. Eufemio Fernández no estaba en el MSR, aunque estuvo en lo de Cayo Confites y tuvo un incidente bastante violento con Fidel allí. Cuando yo salí en libertad en 1979 por la causa contra el gobierno de Fidel Castro, hubo una Conferencia de los No-Alineados en La Habana y hubieron dos o tres dominicanos, y uno de ellos dijo que Fidel lo había nombrado ayudante de él. Dicen que Eufemio le dio una galleta a Fidel, pero no me consta, y aquello culminó con el fusilamiento de Eufemio [en La Cabaña, abril 19, 1961]. Cuando Fidel tuvo en la universidad la Campana de la Demajagua, que se la prestaron los veteranos de Manzanillo, Eufemio y un grupo se la robaron de la universidad. Cuando Fidel fue a buscar la campana al día siguiente para formar el escándalo, se encontró que no había campana, y aquello fue una cosa terrible. Eso fue en el 1947. No se donde la escondieron porque cuando eso ya yo estoy preso. Se la entregaron al general Loynaz del Castillo, que estaba en ese momento de presidente de los veteranos.

No te puedo decir si Fidel militó o trató de entrar en el MSR porque yo estaba en la policía. Que yo sepa, no estuvo en el MSR. Fidel funcionó dentro de esos del UIR [Unión Insurreccional Revolucionaria], como este muchacho [Rafael] Díaz-Balart también estaba con ese grupo. Díaz-Balart no era de la UIR, pero como era el cuñado. . . Orlando Bosch era de la UIR, muy amigo de Fidel, y hablaba mucho por radio con Fidel. Orlando fue presidente de la Escuela de Medicina.

 (De izquierda a derecha: Fidel Castro, Enrique Ovares, Chino Esquivel, Gustavo Ernesto Ortiz  Faez y otros. Gustavo Ernesto Ortiz Faez fue uno de los que  mató en el mismo hecho criminal a Manolo Castro y a  Carlos Puchol Samper;  también   fueron heridos José Miró Rojas y José Ignacio Valdés Rodríguez. Foto, video y comentario del bloguista de Baracutey Cubano)

Yo no sé por qué motivo un grupo de estudiantes del Instituto fue a la universidad en plan de agresión. Entonces Fidel, que estaba en sus inicios en la universidad, fue uno de los que le tiró a Leonel Gómez. No se cual fue el motivo, pero se que él le disparó a Leonel Gómez. Me luce que el aún no estaba definido dentro de la corriente aquella que había dentro de la universidad, porque la agresión a Leonel Gómez significaba la agresión a un grupito de bonchistas del Instituto de La Habana.

A mi me dijo este señor amigo de él, que lo que lo había hecho variar en relación conmigo, y con los que él consideraba amigos míos, fue cuando yo detuve a su hermano Pedro Emilio [Castro Argota], que trabajaba en Comunicaciones, y le ocupé once mil y pico de pesos en giros postales y cheques que se hurtaban allí. El trabajaba en la selección de la correspondencia. Esos eran valores sin certificar que mandaban la gente del interior y ese trabajo de selección lo hacía un grupo de empleados que usaban una luz para ver si había cheques adentro de las cartas. Me acuerdo que fue una causa bastante difícil, que tampoco nunca me citaron a juicio porque hubo que levantar ochenta y pico de actas a cada uno de los perjudicados que mandaron cheques.

Mario Muñoz tuvo un altercado en la granja de Siboney antes de ir al Moncada. Le dijo a Fidel que iba a mandar a la gente a la muerte, que el plan era un desastre. Eso me lo dijo Orlando Castro [García], que estuvo preso conmigo.

Yo no creo que Fidel haya ido a matar a [Oscar] Fernández Caral, por la sencilla razón de que Caral lo conocía a él. Era muy riesgoso jugarse la carta de que Caral iba a quedar muerto y no iba a hablar de él, mas que la muerte de Caral fue en pleno día, en la puerta de su casa. Además, ese barrio de Infanta hacia la universidad es un barrio de estudiantes, donde Fidel era conocido. No comparto esa opinión al hacer esa deducción. Lo lógico es que si lo ve venir, se quite de la puerta, porque sabe que es enemigo. No creo que Fidel sea tan valiente para ir a arriesgarse de esa forma donde es tan fácil detectarlo. Caral era sargento de la policía en la universidad y siempre estuvo al lado de Manolo Castro. Caral era un individuo en la universidad muy definido frente a todos ellos. El hermano de él [Adolfo A. Fernández Caral] es médico y está aquí, y el hermano dice que él esta seguro que fue Fidel Castro quien lo mató. El es médico urólogo de la Clínica “La Gran Familia” en Flagler, entre 27 y 26. Como motivo de ese hecho detuvieron a un individuo que era portero de un cine, el Astral o el Infanta, que salió retratado en el periódico, y efectivamente, el tipo se parecía mucho a Fidel.

El viaje de Fidel Castro a Bogotá fue una cosa muy especial. El aspira a presidente de la FEU, y quien sale electo es Enrique Ovares. Como ellos le tenían cierto respeto a Fidel, ellos tramitan a Fidel y lo incluyen en la delegación de la FEU que va a Colombia. Hay quien dice que fue porque conocía lo del Bogotazo, todo eso es mentira, su viaje fue de acomodamiento. El lo que si estaba armado. Pero Fidel se cuidaba de Rolando Masferrer porque ya había sucedido la muerte de Manolo Castro y él estaba preocupado con ese problema, y tenía miedo que le fueran a hacer algo.

El atentado a Rolando Masferrer fue en el capitolio, se que le tiraron en su casa, pero el que recuerdo fue en el capitolio. A la salida de una reunión, por la puerta que daba a la calle Industria, lo fueron a agredir, lo que pasa es que Rolando se dió cuenta porque la máquina estaba situada en la calle y esa era una entrada de luna. Ellos situaron un billetero en la misma puerta de la salida del capitolio donde las máquinas entraban a recoger las personas. El billetero estaba bajo techo y la máquina afuera. Rolando ve el billetero, quien entonces le pregona un número, “número tal, que se juega mañana”, y Rolando se da cuenta que no había sorteo al día siguiente, y con la misma, sacó la pistola, le tiró al billetero y lo mató. Entonces se dió cuenta que no era un billetero, sino un individuo que estaba avisando su salida del capitolio. Rolando hizo un disparo al bombillo, porque ya estaba oscureciendo, y ahí se formo el tiroteo. Ese atentado se lo oí yo contar a Rafael del Pino personalmente, quien fue el que dirigió el atentado. La mujer que estaba ligado a todos ellos está aquí, se llama Eva Gutiérrez.

Ese atentado fue siendo Prío presidente, porque había una reunión de un grupo de representantes que Prío los había dejado fuera de las responsabilidades del gobierno, y ese grupo que hicieron le decían el Grupo de Cangrejera, porque uno de ellos vivía en el barrio Cangrejera en Marianao. Según le oí a Rafael del Pino, ellos estaban situados en un garage en Industria y Dragones. El individuo que les aviso cuando se terminó la reunión y que ya iban a salir fue un representante de ese grupo, Guillermo Ara, que murió aquí. Cuando Ara le avisa a del Pino, los carros avanzan hacia el capitolio, y cuando Rolando sale, ellos van entrando en la luna, que es cuando el billetero pregona el número, Rolando lo mata y dispara al bombillo del portal del capitolio. Los carros no llegaron a entrar, empezaron a tirar desde afuera, a una distancia de quince metros. Yo se lo oí contar a Rafael del Pino en La Cabaña a un grupo de personas, porque yo dormía cerca de él. Yo estoy seguro que del Pino se ahorcó, porque estaba muy perturbado. Yo lo vi en Guanajay hacer dos o tres veces un simulacro de suicidio. En una ocasión amarró una soga y se la puso al cuello, levanto una silla sobre unos cajones y dijo que nadie se le acercara o si no se ahorcaba. Primero él empezó con una obsesión que quería hablar con Fidel, y se lo decía a todos los presos en Guanajay. Nosotros no teníamos acceso a donde él estaba, que era en la enfermería, pero si conocíamos los detalles por los presos que trabajaban allí y vieron aquello. Entonces lo llevaron a Seguridad de Estado y cuando llegó me dijo a mí que había hablado con Fidel y estaba muy esperanzado, y empezó a hacerse la idea que había resuelto su problema. Mi impresión personal es que él no habló con Fidel, sino con Abrahantes por lo que pude captar. El estuvo muy esperanzado hasta que nos llevaron a Melena, donde dos veces se encaramó en el alambrado, pero ya los guardias tenían órdenes de no tirarle y lo capturaban. El estaba loco. Una noche se tomó un veneno y lo llevaron hasta Güines para hacerle un lavado de estómago. El nunca supo que los americanos estaban planeando soltar a los presos. El tenía una locura violenta. De pronto se quitaba la ropa, y él tenía un problema en la vejiga, y andaba con un depósito para su orine, y se safaba el pito y cogía la botella, que la gente le decía la “granada” de Rafael, y amenazaba con tirarla a quien se le acercara. El estaba muy mal. Cuando el accidente del avión, a él le dieron un balazo que lo dejaron muy mal.

Cuando pusieron en libertad a todos en 1961, me soltaron a mí el 30 de junio de 1961. Yo estaba operado de un cáncer en la pierna derecha, y estaba ingresado en el hospital Curie, donde me dieron la libertad. Después me detuvieron, acusado de atentar contra Fidel el 22 de junio de 1965. Tuve oportunidad de salir de Cuba, porque a ellos le interesaba mi casa, y no ofrecieron que nos fuéramos, pero yo no me quise ir. Cumplí un total de 28 años de presidio, sin contar un año que estuve preso contra Machado del 1931 al 1932. Tenía 17 años, y estaba conspirando contra Machado con el Directorio del Instituto de La Habana que nosotros fundamos en octubre de 1930.

A Rolando Masferrer lo conocí en 1936 cuando él pertenecía a Joven Cuba, y después se fue para la guerra en España. Cuando regresó lo vi en la universidad, y militaba en el partido comunista.

El bonche universitario lo formaban Juan González Andino, que está aquí, y otros. Mi hermano Julio estuvo en el MSR, y también en la Legión Revolucionaria de Cuba, donde yo estuve también, porque lo organizamos en 1934 con Manolo Castro, Antonio Acosta, René Moreno Guitart, que murió hace poco, Casimiro Menéndez, que lo mataron, y un grupo que surgimos del sector estudiantil, y casi siempre luchamos juntos en los otros procesos, contra [Fulgerncio] Batista.

Genovevo Pérez venía relacionado con [Rafael] Trujillo, y aprovecha el problema de Orfila para dar la sensación que nosotros teníamos una conspiración, de acuerdo con Cayo Confites, para derrocar el gobierno. El recibió, y Rolando lo dijo en la Cámara, un millón de dólares de Trujillo por desbaratar la expedición de Cayo Confites. Inclusive Rolando dio en una sesión de la Cámara el número de la cuenta y el banco donde el tenía su dinero depositado en Cuba. Cuando lo de Orfila, Genovevo estaba esa noche en Washington y regresó esa madrugada. Lo de Cayo Confites lo desbaratan al día siguiente o a los dos días, más o menos. Grau es el que da la orden de intervenir, porque él conoce todo el proceso de Orfila, porque Grau inclusive ha tenido en su poder la orden de detención que me dio el juez. Cuando ya es tarde, que el tiroteo es bastante grande, llama al jefe del ejército y le dice que vaya allí a intervenir. Grau no intervino previamente porque él sabía lo que había. Lo que pasa es que como el tiroteo dura tanto, como es natural, no puede permanecer al margen de la cosa, y llama al jefe del ejército para que vaya allí y ponga fin al tiroteo. Lo que da origen al problema de Orfila es la muerte de un capitán del ministerio de Salubridad, Rafael Ávila Ávila. Cuando lo matan, el jefe de la policía me va a ver y me dice que es un hecho que hay que investigar, que el presidente está interesado en eso, y le dije que si el Presidente lo ordena, iba a actuar en esa investigación. Voy a buscar los individuos que están detenidos como testigos presenciales y los interrogo y trabajo con las fotos que tengo, logro determinar quienes son los individuos que actuaron en ese hecho. Entonces llamo al jefe de la policía y le digo, “dile al presidente de la República que hay esto y esto, y los autores son fulano y mengano.” El jefe de la policía lo ve y Grau le dice “dile que proceda.”

Por la mañana levanto las actuaciones y lo presento al juzgado, y el juez me da la orden de detención contra ellos. Entonces busco al jefe de la policía y le digo que le lleve el mandamiento judicial al presidente. Se lo lleva al presidente, quien le dice: “Dile a él que lo cumpla.” Lo que pasa es que cuando fui al juicio no me pude poner a estar diciendo que el presidente me mandó. La situación es grave, porque el jefe del ejército prácticamente ha dado un golpe de estado. El presidente está en ese momento en precaria. Aunque yo estoy preso, me doy cuenta de lo que está ocurriendo allí en el campamento de Columbia. Genovevo prácticamente dió un golpe de estado. Genovevo tuvo prisionero a Grau en Palacio aproximadamente como quince días, porque el jefe de la guardia era un coronel que le había puesto Genovevo. Eso fue cuando lo de Orfila y Cayo Confites. Eso nadie lo sabe, porque son cosas que nadie las ha comentado. Además, Grau tenía a veces pérdida de memoria, lo que muy poca gente sabe. Por ejemplo, él estaba leyendo un libro y cuando le daba eso marcaba el libro para no olvidarse. Grau estuvo como cuatro días con pérdida de memoria total. Usaron lo de Orfila como excusa para acabar con la expedición de Cayo Confites. Trujillo le dio un millón de dólares a Genovevo para que pusiera fin a Cayo Confites. Aunque el gobierno americano también presionó, lo que decidió la cosa fue el soborno. El gobierno americano respetaba a Grau. Orfila fue el 15 de septiembre, y a los tres o cuatro días desbarataron lo de Cayo Confites. Genovevo sabía que yo era un elemento vital en lo de Cayo Confites: resolví la estancia de los aviones que iban a bombardear Santo Domingo; resolví el problema del financiamiento con Alemán, y otras cosas. Aunque yo no figuraba en el grupo de dirigentes, pero las cosas que había que hacer, como hablar con el presidente o el jefe de la Marina de Guerra, lo hacía yo. Allí no podían llegar cinco o seis aviones sin que el presidente no lo conociera, y había que tenerlos en un aeropuerto con amplitud, como el del Mariel. Todo eso yo lo resolví.

Genovevo vivía preocupado con la cosa mía porque yo nunca fui elemento afín a él. Lo que veía en Cayo Confites eran enemigos de él. Genovevo está aquí en Miami. Carlos Prío lo retira porque lo agarra conspirando con Trujillo contra él. Genovevo manda a un coronel de la aviación a Santo Domingo, y el elemento revolucionario allá lo detecta y le avisa a Juan Bosch que un avión del ejército cubano ha llevado un coronel que ha ido a entrevistarse con Trujillo. Agarran al coronel, que era el jefe de la aviación, lo interrogan, y admite que fue. Carlos Prío se metió en Columbia a las dos de la mañana, rompió unas ventanas del estado mayor y se metió allí.

Grau no intervino en lo de Cayo Confites, porque ya prácticamente era un prisionero en Palacio. La guarnición de Palacio era puesta por Genovevo. Estuvo como cuatro días con pérdida de memoria total. Cuando salió de ese estado mental, mando a buscar a Genovevo, quien no fue. Entonces Grau mandó a buscar al general Gregorio Querejeta, que era el segundo del ejército, a quien ordena que se haga cargo de la jefatura del ejército. El negro Querejeta, que es muy inteligente, no le gusta la posición, que es un poco violenta, y le pregunta si lo autoriza para traerle a Genovevo Pérez Dámera ante él, y Querejeta se lo llevó. Allí Grau le dijo horrores a Genovevo. Ese proceso lo conozco por Alemán, que estuvo allí presente. Yo convencí a José Manuel Alemán para que financiara todo lo de Cayo Confites. Yo me imagino que Grau tiene que haber pensado que se produjera lo de Orfila, pero no hubo tal intención. La gente ha creado un ambiente en cuanto a que Grau provoco eso, y a sabiendas intervino en eso, pero no hay nada de eso. Grau estaba ajeno a eso. En primer lugar, él sabía que eso le podía traer un problema en definitiva, y en segundo lugar, que Grau no estaba en esa. Yo era probablemente el único oficial de la Policía que tenía acceso al presidente sin tener que pedir conducto reglamentario para hablar con él. Los ayudantes de él tenían órdenes que cuando yo llegara y solicitara entrevista con él, enseguida me la dieran. A veces yo llegaba y me encontraba al vicepresidente o una serie de Ministros esperando y le decía al ayudante “Necesito ver al Presidente”, y he pasado primero que ellos. Claro, él tenía interés en hablar conmigo porque yo tenía un departamento de información y él funcionaba con eso. Yo fundamentalmente me dedicaba a la represión política. Yo acusé al Ministro de Comercio de Cuba, en una operación con la Argentina de azúcar por cebo, con el presidente de los Hacendados y de los Colonos, y destituyeron al ministro. Durante la guerra se llamó el Servicio de Investigaciones de Actividades Enemigas y al terminar la guerra se reestructuró y se llamó Servicio de Investigaciones Extraordinarias de la Policía Nacional. Eufemio Fernández era capitán en jefe de la Oficina de Control de la Policía cuando existía el Servicio de Investigaciones de Actividades Enemigas, que investigaba el delito común y la cosa política.

Cuando Batista fue a inaugurar una planta eléctrica al presidio de Isla de Pinos, que no era tal inauguración, sino una planta que habían reparado, y cuando pasó por detrás del pabellón donde estaba Fidel, ellos empezaron a gritarle. Era el pabellón dos. Fidel estaba con todo el grupo, y después de eso es cuando lo aíslan y lo meten en una celda, con un preso común que era su cocinero. Era un negro con los pies muy anchos y le decían “patas de plancha.” Cuando ellos le gritan a Batista, el mayor del edificio, Salustiano González, que le dicen “Cebolla”, golpea a Fidel. Después lo condenaron a muerte y por poco lo fusilan. Cuando yo caí preso cuando Fidel, estuve preso en ese pabellón, y “Cebolla” era quien me llevaba la comida a la celda. El fue quien me lo dijo. Fidel le echó la culpa al capitán Juan M. Capote Fiallo, a quien fusiló. Capote fue quien dio la orden para que los presos comunes lo golpearan, porque invita al presidente, y allí le forman un escándalo. Yo estaba en La Cabaña cuando lo fusilaron.

Yo hable con Orlando Castro en presidio sobre lo del Moncada. El es un elemento serio. Hay otra gente que agranda las cosas, y agregan. Lo del robo de automóviles me lo dijo un preso común, José Sánchez Fernández, apodado “Veinte a Diez” que lo utilizaron para ese robo de autos que llevaron al Moncada. El me hablaba de [Raúl] Martínez Ararás. Sánchez cayó preso en uno de los robos de autos en Matanzas, y Fidel fue como abogado y se lo resolvió.

Fidel utilizó el grupo de la UIR como protección. Después ocurrieron cosas, pero ya yo estaba preso. A Rolando Masferrer le hicieron un atentado cuando vivía en 17, entre 12 y 10. El otro atentado que le hizo Rafael del Pino lo oí cuando él les hacía el relato a otros presos, aunque él no me vio.

Yo estaba en el Directorio del Instituto de La Habana cuando el 4 de septiembre de 1933, y nosotros cooperamos con los militares. Yo viví el proceso político de Cuba, no porque me lo contaron, sino porque estaba ahí. Si yo hubiera sido un individuo que escribe, me pasaría la vida escribiendo de las cosas que he visto. Muchos de los que las vieron conmigo están muertos.

Cuando cae Machado, los militares van a las estaciones de policía a supervisarlas. Muchos grupos del ejército estaban conspirando contra Machado, y nosotros conocimos a uno de esos grupos de sargentos que estaban conspirando. Nosotros sabíamos que se iba a dar el golpe, y éramos entre los primeros en estar allí. El verdadero hombre de Columbia era Pablo Rodríguez, presidente del Club de Alistados, lo que pasa que Batista era más inteligente, más hábil, y con don de mando. Me acuerdo cuando llegó Manuel Benítez, que cuando aquello los oficiales usaban polainas, el padre de Benítez era coronel jefe de Pinar del Río cuando Machado, y Benítez fue a Hollywood donde le dieron un papel de extra, sin ser artista. Cuando volvió a Cuba, el padre lo hizo segundo teniente sin haber pasado por academia. Ese es el Manuel Benítez que está aquí. Yo nací en 1914, así es que cuando aquello tenía 19 años. Empecé a luchar en 1930, cuando tenía 16 años. Me acuerdo que Benítez dijo: “Sargento, yo quiero ser uno igual que ustedes,” y se quitó las polainas que usaban los oficiales. El llegó allí sin mando ninguno. El fue quien mató a Mario Hernández en Pinar del Río, cuando éste comenzó a conspirar contra Batista.
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Fragmento del artículo El asesinato del profesor Ramiro Valdés Daussá tomado  de https://espaciolaical.net/articulo/5375/ donde se lee que Manolo Castro y del Campo y Mario Salabarría  asesinaron al profesor Raúl Fernández Fiallo por supuestamente estar implicado en el asesinato del profesor  Ramiro Valdés Daussá, quien estaba al frente de la Policía Universitaria. 

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A través de su historia, la Universidad de La Habana ha sufrido dos etapas de violencia gansteril de las que poco se ha escrito. La primera, de 1937 a 1944, por el surgimiento del llamado bonche estudiantil. La segunda, de 1944 a 1952, debido a las pugnas entre organizaciones pseudorrevolucionarias. Alumnos y profesores cayeron bajo las balas. Esos capítulos de la historia no deben ser olvidados. El presente trabajo contiene datos inéditos sobre aquellos sucesos.

» La muerte del profesor Fernández Fiallo

 Tras el atentado a Valdés Daussá la policía realizó un minucioso registro en el local de la Asociación Alma Máter, donde se ocuparon armas y objetos propios de actividades delictivas. Entre los documentos encontrados había un plano que detallaba el lugar del crimen. Los amigos de Ramiro hicieron su propia investigación. En su condición de Jefe de la Policía Universitaria, Meoqui entró en compañía de Salabarría al depósito donde estaba el auto usado por los bonchistas. Al inspeccionarlo vieron en las gomas una mancha de arcilla de color peculiar, poco común, idéntica a la que existe en los terrenos de la finca de Fernández Fiallo en Pinar del Río. El hallazgo reveló la complicidad de este profesor en el delito: el auto, robado, había sido escondido en su finca antes del atentado. Las sospechas se agravaron al estar Fiallo sujeto a investigaciones por sus vínculos con el bonche.

En horas del mediodía del 28 de noviembre de 1940 Fernández Fiallo abandonó el recinto universitario y caminó por la calle 27 de noviembre en dirección a la calle L. Lo acompañaban su coterráneo, Lomberto Díaz, quien más tarde, en el gobierno de Prío, fue ministro de Gobernación, y el Representante a la Cámara, el auténtico Félix Puentes. Cuando llegaron a la calle K Manolo Castro y Mario Salabarría, que los seguían a corta distancia, le dispararon. Al sentirse herido, Fiallo le pidió a Lomberto que lo sujetara, pero recibió otras descargas y cayó al pavimento. Sus agresores cruzaron la calle y se dirigieron al auto que los esperaba en K y 27 con Soto Carmenate al volante.12 El herido fue trasladado al hospital Calixto García, donde falleció pocas horas después.

En horas de la noche de aquel día, Mario Salabarría visitó a Lomberto en la casa de huéspedes donde se alojaba y le advirtió sobre el daño a su salud que le pudiera acarrear el hecho de identificar a los autores del atentado. Fue la viuda de Fernández Fiallo quien declaró ante el Juez Especial que su esposo había dicho que Manolo Castro quería matarlo. El magistrado libró una orden de detención contra este. El 3 de diciembre de 1940 Manolo Castro fue suspendido de empleo y sueldo como técnico de la Cátedra de Dibujo en la Escuela de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad. Poco tiempo después la causa criminal fue sobreseída.

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Nota  En el largo artículo  Vindicación de Manolo Castro,   de  la autoría de Jorge Domingo Cuadriello,  publicado en la revista Espacio Laical  en su número 4 del año 2019, tal parece que se intenta justificar, explicar o exonerar a Manolo Castro de las acusaciones que aparecieron en el artículo El asesinato del profesor Ramiro Valdés Daussáen particular,  del asesinato del  profesor Dr.  Raúl Fernández Fiallo.





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