martes, enero 24, 2006

¡ QUE LO COMPRE EL QUE NO LO CONOZCA !

¡ QUE LO COMPRE EL QUE NO LO CONOZCA !
Por Pedro Pablo Arencibia Cardoso

He leído la noticia del anuncio dado por Fidel Castro
de la disposición de su gobierno de operar gratuitamente de la vista a 150 000 pobres de Estados Unidos. Esa noticia me hace recordar el caso de un niño enfermo de Pinar del Río que era apadrinado por el periodista independiente Víctor Rolando Arroyo Carmona. Víctor le hacía llegar a ese niño los medicamentos que desde el Exilio cubano de La Florida le enviaban personas caritativas. El niño tenía una rara enfermedad en la piel y su caso era bien conocido por especialistas pinareños y por el Obispado de Pinar del Río.

Dado que el niño no mejoraba, Víctor hizo las gestiones pertinentes para que el niño fuera acompañado a los Estados Unidos para recibir un adecuado tratamiento médico. El Gobierno Cubano obstaculizó esas gestiones: primeramente a través de cierto personal médico diciéndole a los padres que en Cuba se le daba el tratamiento que llevaba esa enfermedad. Al no desistir los padres de buscar otros tratamientos debido a las respuestas que recibían las consultas que Víctor le hacía a personal médico altamente calificado de Estados Unidos, aparecieron finalmente “los que trabajan en la oscuridad”: le dijeron a los padres que se alejaran de Víctor, que Víctor era un contrarrevolucionario. Los padres, pese a que uno de ellos es una persona "integrada", siguieron viendo a Víctor para el caso de su hijo, pero Víctor fue detenido en la Primavera Negra del 2003 y condenado a 26 años. Desde su prisión, Víctor preguntaba y se interesaba por la salud del niño, pero llegó el día en que Marta Carmona, la madre de Víctor, no sabía como decirle a su hijo que el niño había muerto pues no había podido viajar a los Estados Unidos a recibir su tratamiento.

Fidel Castro le ofrece operaciones gratuitas a los pobres de Estados Unidos pero no le ofrece salarios decorosos a los médicos y cirujanos cubanos para que puedan tener una aceptable alimentación. El médico cirujano y su familia comen mucho peor que esos pobres de Estados Unidos que reciben sus bonos gratuitos de comida o "food stamps". Recuerdo que cuando le hice a Miguelito, un cirujano amigo mío, el Análisis Estadístico de su Tesis para obtener el título de Especialista de Primer Grado en Medicina, observé sorprendido cómo con los años se habían incrementado los errores durante las operaciones de vesícula (teníamos los records de esas operaciones durante 10 años: 1985-1994), cuando realmente era para que esos errores o "fallos" en las operaciones hubieran disminuido por la consolidación y mayor experiencia del "team" o "staff" de cirujanos de ese hospital, el más importante de la provincia.

Miguelito me explicó, en voz baja, que esa situación se daba porque ellos estaban horas operando en el salón sin haber desayunado y comido adecuadamente; me confesó que a él mismo le habían dado mareos haciendo intervenciones quirúrgicas porque entraba al Salón de Operaciones sin desayunar, ya que el litro de leche que le asignaban a su hijita menor de 7 años tenía que compartirlo con la hijita mayor -que ya no tenía derecho a comprarla por ser mayor de esa edad-, y por eso él se iba en ayunas al Salón; como los demás.

Pasaron varios años y el día de la operación de mi vesícula y antes de yo entrar al hospital, compré una fuerte y suculenta merienda (lo que llaman desayuno en España) para todo el "team" de operaciones. Lo compré gracias a los dólares que me enviaba mi familia de Estados Unidos (yo había sido expulsado de mi trabajo y lanzado a la calle por problemas políticos después de 24 años de trabajo). Les aseguro que solamente el maná del cielo en su primer día fue mejor recibido que esa merienda por los cirujanos, anestesistas, instrumentistas, etc. que me operaron. ¿Miguelito?, ¡ No!, ya Miguelito desayunaba todos los días: estaba en España.
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Al blog me llegó este valioso comentario de un amigo mio:
Querido Pedro Pablo:
Doy fe de lo que dices, pues yo soy padrino del hermanito del niño que mencionas- que se llamaba Miguel Antonio. Yo fui quien los puso en contacto con Arroyo. Soy testigo de los obstáculos que pusieron hasta para darle documentos que explicaran el cuadro de la enfermedad (porfiria eritropoyética), también del trabajo que pasábamos su familia y los amigos del obispado de Pinar del Río para conseguir el medicamento, Desferal de 500 miligramos. Se de la preocupación de Arroyo por el Migue y que también atendía otros casos pues yo también le había presentado a sus padres. También, recuerdo la tristeza de la familia del Migue cuando le dijeron que habían detenido a Arroyo, no tanto por el interés en la ayuda que él les daba – que era para tenerlo-sino también por la injusticia con un hombre que estaba entregado a los demás.
Yaxys Dallan Cires Dib
Vea lo que sigue
--Posted by Yaxys D.Cires to BARACUTEY CUBANO at 1/26/2006 10:46:18 AM

1 Comments:

At 10:46 a. m., Anonymous Anónimo said...

Querido Pedro Pablo:

Doy fe de lo que dices, pues yo soy padrino del hermanito del niño que mencionas- que se llamaba Miguel Antonio. Yo fui quien los puso en contacto con Arroyo. Soy testigo de los obstáculos que pusieron hasta para darle documentos que explicaran el cuadro de la enfermedad (porfiria eritropoyética), también del trabajo que pasábamos su familia y los amigos del obispado de Pinar del Río para conseguir el medicamento, Desferal de 500 miligramos.

Se de la preocupación de Arroyo por el Migue y que también atendía otros casos pues yo también le había presentado a sus padres. También, recuerdo la tristeza de la familia del Migue cuando le dijeron que habían detenido a Arroyo, no tanto por el interés en la ayuda que él les daba – que era para tenerlo-sino también por la injusticia con un hombre que estaba entregado a los demás.


Yaxys Dallan Cires Dib

Vea lo que sigue

http://www.cubanet.org/CNews/y02/nov02/01a1.htm

http://www.cubanet.org/CNews/y02/oct02/18a1.htm

 

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