BARACUTEY CUBANO

Fernando Ravsberg
BBC Mundo, La Habana


El gobierno cubano parece haber entrado en fase de alarma convocando a sus unidades a oficiales y soldados de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), a miles de reservistas y a las milicias.

Según dijeron algunas fuentes a la BBC, la movilización de tropas se está desarrollando de forma masiva en todo el país, a pesar de lo cual en las calles de las ciudades no se ve ningún movimiento bélico.

Las FAR cuentan con alrededor de 50.000 efectivos, más cientos de miles de reservistas, mientras que las Milicias de Tropas Territoriales -civiles armados y entrenados militarmente- superan el millón de efectivos.

"En mi empresa convocaron a todo el personal a un acto de reafirmación revolucionaria e informaron que los milicianos debían presentarse en sus respectivas unidades", le dijo a la BBC una trabajadora de una empresa estatal.

La eterna amenaza

Al parecer se trata de un mensaje dirigido a los Estados Unidos, una advertencia de cara a evitar cualquier acción bélica de parte de su enemigo histórico, que según Fidel Castro podría pretender aprovechar esta situación.

De hecho en los dos comunicados publicados desde su enfermedad, Castro hace referencia a este peligro, incluso sustenta su retiro temporal basado en la amenaza que representa Washington.

Este peligro no parece tan descabellado si se tiene en cuenta que muy recientemente la Casa Blanca aprobó un plan para agilizar la democratización de Cuba, según el cual se radicalizaría el embargo económico y se entregarían US$80 millones a la disidencia interna.


Parecen proféticas las palabras escritas por Castro en la Sierra Maestra:

"Cuando termine esta guerra, yo comenzaré otra guerra mucho más grande y larga por mi cuenta: la guerra en que yo combatiré contra ellos (EEUU). Me doy cuenta de que ése será mi verdadero destino".

"En por lo menos tres centros de trabajo pasaron una lista convocando a crear Brigadas de Respuesta Rápida con el fin de actuar en caso de que se produjeran desordenes internos", le dijo a la BBC un obrero.

Todo parece indicar que el gobierno se prepara para cualquier eventualidad de carácter interno o externo.

"Nos dijeron que debíamos actuar drásticamente en caso de que hubiera personas que alteraran el orden", relató este obrero.

País en calma

Sin embargo, todo este movimiento parece sólo preventivo dado que el país está en total calma y los disidentes tranquilos en sus casas, temiendo que la presidencia de Raúl Castro sea más dura con ellos que la de Fidel.

De hecho, la fama que precede al nuevo presidente desde su juventud es la de un hombre militarmente duro y políticamente intransigente, incluso fue militante comunista mucho antes de que su hermano abrazara esas mismas ideas.

Mientras todo esto sucede tras el telón, la gente sigue esperando que el presidente interino, Raúl Castro, aparezca en los medios de prensa explicando la actual situación y dando señales que marquen el rumbo.

Verdaderamente resulta sorprendente que todavía no haya realizado una alocución pública y que en su lugar optara por mantenerse en la sombra, como lo ha hecho durante más de cuatro décadas al frente de las FAR.

Las especulaciones en torno a esto son muchísimas, van desde las más razonables hasta algunas claramente descabelladas, y seguramente continuarán inundando las calles hasta que el nuevo presidente cubano le hable a la población.