miércoles, diciembre 27, 2006

RAÚL CASTRO, ANTONIO GADES Y EL MÉDICO ESPAÑOL JOSÉ LUIS GARCÍA SABRIDO

Tomado de Cuba Encuentro.com


Raúl Castro, Antonio Gades y el médico español José Luis García Sabrido


*******************
Raúl Castro gestionó el viaje del médico con la embajada cubana
*******************

El Periódico de Cataluña (Barcelona), España
27 de diciembre de 2006


"La familia de Fidel Castro decidió pedir la opinión del médico español José Luis García Sabrido. Fue el propio Raúl Castro, actual presidente en funciones y hermano del máximo mandatario cubano, quien solicitó a la Embajada de Cuba en España que contactara con el cirujano para que se desplazara lo antes posible a la isla con el propósito de hacer un reconocimiento a fondo a Fidel Castro, según ha podido saber EL PERIÓDICO —que desveló la noticia el pasado domingo— de fuentes sanitarias".

"La relación de García Sabrido, jefe de cirugía del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, con la familia Castro no es nueva. García Sabrido fue médico del bailarín y coreógrafo Antonio Gades (…) Fue Gades, militante comunista, quien invitó al médico madrileño a visitar Cuba y quien le introdujo en los círculos de la política y la medicina de Cuba, hasta presentarle a Raúl Castro. Gades recibió de manos de Fidel Castro la Orden José Martí, máxima condecoración de la República de Cuba".

"…Las fuentes consultadas aseguraron que las autoridades cubanas quedaron muy impresionadas por el tratamiento que García Sabrido prescribió a Gades, "porque le alargó la vida algunos años". El cirujano español pasó a ser una persona muy admirada en la isla, por sus "milagros" en medicina, y sus posiciones políticas de izquierdas, aunque no comunistas…".




*************

MEDICO QUE ATIENDE A FIDEL CASTRO ESTA ADSCRIPTO A LA FACCION SOCIALISTA
DEL HOSPITAL GREGORIO MARAÑON


El galeno es uno de los pocos leales a muerte a Sabando, último Consejero de Sanidad del PSOE



Pensamiento Vagabundo Blogspot

Madrid
Infosearch:
José F. Sánchez
Analista
Jefe de Buró
Cuba
Dept. de Investigaciones
La Nueva Cuba
Diciembre 26, 2006



Realicé la especialidad en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid, el antiguo Provincial -y menos antiguo Generalísimo Franco, como muchos de los pacientes de mayor edad aún le denominan.

Los recuerdos de la etapa de residente son para un médico los más duraderos, y tengo entre los míos haber estado integrado en la monumental y caótica mole del mayor hospital de Europa, mastodonte dubitativo y en constante cambio. Por eso me viene ahora a la memoria cómo las políticas internas del Hospital siempre estuvieron vinculadas a obtener el plácet de los políticos "provinciales" (incluso antes de asumirse por las Autonomías las transferencia de la Sanidad, pues el "Provincial" no dependió nunca del INSALUD, sino de la Diputación de Madrid), y que la politización del Centro era de una variante más pragmática que ideológica.

El ejercicio de la Medicina allí siempre estuvo amenizado por las pequeñas ambiciones, que eran el origen de una política patatera; en mis últimos años en el Hospital las guerras entre los diferentes Servicios y dentro de los mismos eran libradas siempre con la vista puesta en la Consejería.

García Sabrido, buen cirujano, estaba adscrito a la facción socialista del Hospital, como uno de los pocos leales a muerte a Sabando, último Consejero de Sanidad del PSOE. Creo que es plausible imaginar que haya sido la recomendación de Felipe González, que hacía llamar a Monclóa con frecuencia a los especialistas del Marañón más afines, la más determinante en la elección de Sabrido por parte de la Inteligencia Cubana como cirujano de máxima confianza para una intervención que ya no se prevé que sea mucho más que un embalsamamiento.

Nuestro hombre en la Habana tendrá por delante un difícil papelón del que no puede salir más que escaldado. Ninguna decisión médica puede estar basada en la ética médica en medio del akelarre de la nomenklatura cubana, y no parece que al especialista le vaya a ser permitido sugerir un abordaje simplemente paliativo para tan terminal enfermo: no ha sido llevado a Cuba para eso.

En esta hora, mucho más útil que su trayectoria de cirujano ha de serle su habilidad para la intriga -en la que tan ducho ha de ser todo jefe de servicio del Marañón- cuando tenga que desenvolverse entre las camarillas del Partido y toda decisión clínica tenga primero que superar el entramado de obstáculos que forman la obediencia castrense, las ambiciones soterradas, los odios intestinos, y el insuperable miedo a un futuro sin Jefe o a un Jefe sin futuro.