BARACUTEY CUBANO

Por Roberto Solera
Hay palabras que quedan impresas como con fuego. Hace unos días el presentador de televisión Oscar Haza comentó lo que su padre le había dicho un día: “Entre Trujillo y Balaguer he dejado mi vida”. El eco de sus palabras suena vibrante aplicado a la irredenta, infeliz y “conforme” Cuba, otrora Cubita, la Bella. Entre Batista y Fidel he perdido mi vida, pienso para mí. Pero lo peor, mis sueños de una vida mejor y en libertad para mi patria, Cuba, han quedado desgarrados por las realidades de una tiranía, larga y sombría como una noche en el Infierno.
La sangre no es siempre fértil, contrario a lo que es modismo de boga, cuando la “intelligenzia” gusta de filosofar a nivel de “campanario”.
¿Cuál ha sido el saldo de los muertos en insurrecciones, levantamientos, fusilamientos, prisiones –donde hasta la última gota de la sangre de los “vencidos” ha sido derramada?
Tras casi medio siglo –¡horror! ¿qué nos dejan los “barbudos” guerrilleros como fruto de sus desmanes? Sólo el dolor de las madres “huérfanas” de sus hijos, de sus esposos. El horror de un presidio político interminable e injusto que devora vidas como un cíclope hambriento e insaciable.
Más de dos millones de almas han vagado por el mundo en busca de una Patria perdida, por las ambiciones y por las estupideces de aquéllos a los que nos gusta llamarnos sus hijos. Las familias se han quebrado como frágil cristal, los amores prometidos bajo un manto de vibrante color han quedado primero marchitos y más tarde languidecido hasta morir por la separacion, por el desgarre del tejido social, elaborado con amor por generaciones de antecesores, por los avatares de la incertidumbre, de un mañana incierto, de un hoy inexistente donde sólo las bajas pasiones anidan, donde la subsistencia es la palabra de orden, las faces no son eso sino antifaces para ocultar la doblez de los obligados a “vivir” o ¿será “morir”?, día a día en espera de un mañana mejor que sólo se hace ayer en los recuerdos de tiempos idos.
Los jóvenes en años pues son sólo viejos apergaminados que simulan vivir para no percatarse de que ya han muerto, en una Cuba desconocida, dejan salir como anhelos su visión del futuro con la “revolución” de pacotilla que domina sus diario quehacer, que dice seguir a Marx mientras practica a Hitler.
Juventud Rebelde –una juventud casi cincuentona y que de rebelde no tiene ni el nombre --¿no será “reverde” como le llamó un guajirito recién llegado a la “Gran Poma” –La Habana, en 1959, en los albores de nuestra pesadilla., publica sus deseos …«con nuestro dinero, en ¡el 2020!! podremos asistir a todos los lugares». No podía faltar … las mejoras del transporte y la vivienda, «para que todos los jóvenes puedan tener su casa». “Siempre alguien dijo que «si para entonces no tenemos periodo especial ya es bastante, lo demás viene solo». ¡¡Manda…!!!!
¿Dónde murieron los sueños de los que sólo ayer tenían eso y mucho más? ¿Qué se hizo de la virilidad irredenta cubana cuando hoy los “jóvenes” sólo aspiran a ‘irla pasando’, en subsistir y sueñan con algo inaudito, tener un lugar donde vivir con sus hijos, transitar por caminos que no les destrocen los riñones en las furnias-baches, iluminar sus noches con algo más que las estrellas magníicas del cielo cubano?
Dicen lo que desean: “Quizá por eso un chofer encuestado en la región oriental, al detener su carro en plena calle, afirmó en buen cubano: «¿El 2020?... ¡Chico, sencillo! Me imagino la Cuba del 2020 con la carne de puerco más barata, con los programas de suministro de agua al kilo, con omnibus cada 10 minutos, con la carne de res otra vez todas las semanas... ¡Ah! y sin la necesidad de hacer este tipo de encuestas».
Claro mencionar la palabra libertad tácitamente prohibida en un país donde la esquiva señora huyó despavorida no aparece en ninguna encuesta gubernamental…¿o sera que los esclavos sólo aspiran a lo elemental? Sobrevivir es la consigna.
¿Para que ha servido la sangre derramada? Solo para parir enanos
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