sábado, enero 06, 2007

VOLVER A SER NACIÓN: ESE ES EL PROBLEMA

Tomado de: Futuro de Cuba.org
http://www.futurodecuba.org
Volver a Ser Nación: Ese es el Problema


Por Alberto Luzárraga

Cambio en puerta. Como encarar el pasado terrible que nos lega Castro se analiza desde muchos ángulos, jurídico, económico, social, justiciero, político, sanitario, electoral y muchos más que sería muy largo enumerar. Todo es válido, pero no vamos a prosperar gran cosa en echar el país adelante si no nos avocamos todos a procurar de nuevo ser nación.
¿Cómo dice? ¿Es que no lo somos? Pues no, solamente lo somos a medias.
Nación se define como un conjunto humano que comparte un territorio geográfico, un idioma, una historia y unas tradiciones comunes. Analicemos. Primero, lo más fácil de resolver.
Territorio: Estamos dispersos por todo el planeta en número equivalente al 20% de la población. Esto puede remediarse pero llevará mucho tiempo y será parcial. Muchos cubanos por razones familiares o económicas no volverán o lo harán como visitantes. Muchos se han naturalizado en otros países, otros son hijos de cubanos y nunca han visto la patria de sus mayores ¿Tendrán doble ciudadanía y voto como hoy se estila? Asunto a decidir que de resolverse afirmativamente crearía lazos de nacionalidad y una ventaja importante para el país. En un mundo cada vez más pequeño tener representantes en muchas partes es una ventaja.
Idioma: El idioma, aún lo tenemos aunque con sintaxis y préstamos varios. El spanglish es un hecho y aun peor es común la sintaxis inglesa aplicada al español que produce algo que se parece al español pero que no lo es. Y en Cuba existe también un deterioro del idioma que hay que corregir. Un problema manejable del que se puede sacar ventaja si se enfoca como oportunidad para unir.
El problema serio reside en la historia y las tradiciones. Castro, siguiendo el modelo marxista del ‘hombre nuevo’ se dedicó a destrozar y revisar no sólo la historia de nuestro país sino también sus tradiciones familiares y personales. El resultado fue una Cuba de pesadilla fraguada en el molde de una mente enferma.
Sólo así se entiende la crueldad y rabia mostradas a lo largo de los años por gentes que no parecen cubanos, pues defectos tendremos pero rabiosos y enconados no hemos sido a lo largo de nuestra historia.
Se me dirá que enseñar la verdadera historia es labor de educación. Es cierto, pero hay dos vertientes. La fácil o sea la nueva generación que está harta de mentiras y deseosa de aprender, y la difícil o sea aquélla de los que creyeron todo o creyeron a medias.
Casi 50 años de mentiras dejan un sedimento profundo. Aún en los que han llegado a conclusiones contrarias al régimen se observan a ratos rezagos de lo que les inculcaron de niños. Es normal, no puede ser de otra forma, somos humanos.
¿Qué hacer pues? ¿Educación de adultos, conferencias, documentales informativos, testimonios de víctimas, etc.?
Todo ayuda, pero hace falta algo más que no se enseña sino se siente, y que en realidad es la llave de una Cuba futura pujante y esperanzada.
Se resume en una simple pregunta: ¿Quiere o no quiere usted pertenecer a una nación Cubana? La inmensa mayoría dirá que sí pero para ser sincero debe usted preguntarse que es ser cubano. No es solamente haber nacido en Cuba o ser hijo de cubanos, no es pertenecer a tales o cuales organizaciones con el gentilicio cubano en su razón social. Es pensar en cubano, actuar en cubano y querer lo mejor para Cuba en cubano.
Eso ha faltado por cincuenta años y no se lo puedo explicar con exactitud. Tiene que descubrirlo usted compatriota exiliado o reprimido. Pero le doy una pista: es tener orgullo de su nacionalidad en cuanto a su historia, entendiéndola con razón y mesura pues perfecta no es ninguna nación. Es tener orgullo de las relaciones que existen entre sus ciudadanos y con los demás. Orgullo de una forma de comportarse. Orgullo de ser laborioso, confiable, emprendedor, inventivo, honrado, responsable con su familia, acogedor y simpático. Si esos valores cubanos tradicionales (hay más pero me conformo con esos) le cuadran, los logra usted, y todos concordamos en que son esenciales, será usted un miembro de una nación digna de admiración, donde se pueda convivir a gusto. Pero si sólo vamos a ver que nos toca, como sea pero que sea ya, ‘ahora que mejoró la cosa’ entiendo la reacción pero la lamento, porque les vaticino que entonces el camino será largo y laborioso, hasta que entendamos que ser persona decente es un buen negocio para nosotros y para nuestros hijos.
Y eso es una nación próspera: un conjunto de personas decentes. Para que exista hay que esforzarse en serlo.

1 Comments:

At 8:00 p. m., Anonymous Anónimo said...

Me ha parecido un articulo muy oportuno, creo necesario que todos nos preparemos para el cambio y la reconstruccion, pero con bases solidas. Hace unos dias transcribi en un articulo algo que escribiera Jose Marti en el ensayo Nuestra America: "Injertese en nuestras republicas el mundo, pero el tronco ha de ser el de nuestras republicas".

Por la vigencia del pensamiento martiano, es que recomiendo que su obra se convierta en estos momentos tan importantes en la biblia de la comunidad cubana dispersa por el mundo. Recuerden que le achacaron la autoria intelectual del Asalto al Cuartel Moncada, pero Marti fue un hombre de letras, no de accion y este acto de vandalismo bajo ninguna condicion hubiera sido aprobado por el, claro, la culpa nunca cae en el piso.

Marti tambien advirtio que "ser cultos era el unico modo de ser libres" y creo que el principal problema que en estos momentos enfrenta la sociedad cubana, es la desinformacion a que la isla ha estado sometida por casi 50 anos y por eso hay que ser muy cuidadosos para que una apertura al mundo resulte efectiva, comprendida y comience a ser aceptada. Nada de imposiciones, nos espera un largo y duro camino y se que muchos lo recorreremos pero otros esperaran muchos anos antes de volver a poner el pie en Cuba y cuando lo hagan solo iran en calidad de turistas para anlizar una posible tajada.

Nosotros tenemos el deber primeramente, de hacerle saber al cubano de la isla que nadie que salio de Cuba antes o a raiz del ano 1959, que dejo sus propiedades ya sea casa o negocios, conserva derechos legales sobre los mismos despues de pasados 50 anos. Es que en ningun lugar del mundo una casa se mantiene cerrada por tantos anos sin ser habitada y sin pagar las correspondientes cuotas de impuestos, ni casa ni negocio ni nada material. Parte de los ciudadanos que lograron salir en esa fecha y los que salieron a raiz de las intervenciones, tienen la mala costumbre de hablar una mano de boberias respecto a lo que van a reclamar y el cubano que se ha quedado en la isla le tiene miedo a verse desplazado y esto se convierte en temor a salir de una bota conocida y entrar en otra de la que no conocen nada. Es como hacerle galas al refran: vale mas un mal conocido que un bueno por conocer, sobre todo si antes de que suceda ya se comienzan a oir tambores de guerra. Opino que al que le intervinieron, al que le quitaron, pero se quedo en la isla trabajando como administrador de lo mismo que le arrebataron, esos si tienen derecho a hacer sus reclamamciones, porque de una forma u otra han aportado para mantener en pie lo que ellos construyeron. En fin, que no debemos enfrascarnos en vanalidades materiales que lejos de aportar algo a la creconciliacion ciudadana lo que creara es un nuevo tipo de temor ante la espectativa de lo que pueda pasar.

No sigamos siendo nuestros principales verdugos. La historia se escribe a retazos de acuerdo al marco historico y social que a cada cual nos corresponde vivir. Hay madres que perdieron sus hijos y se quedaron en Cuba, no porque estuvieran de acuerdo con lo que pasaba, sino para tratar de conformarse o consolarse llevandoles una flor a sus tumbas(si la encontraban) o para seguir acompanando su recuerdo aun despues de desaparecidos fisicamente, pero la razon fundamental, como me contara hace poco una de ellas que ya pasa los 90 anos: ... no me puedo dar el lujo de morir hasta que no vea o sepa muerto al asesino de mi hijo. Esas son Madres Corajes, esas mismas madres que luego, convertidas en abuelas y bisabuelas, siguen velando porque a cualquier otro de sus descendientes o vecinos no les pase lo que para sus hijos fue un engano mayusculo que culmino con su inocencia, ya que la juventud por inexperta y burbujiante de hormonas es la que mas facil se convierte en conejillo de india. Son heroinas anonimas, ejemplos de valentia, catedras de dignidad y perseverancia. Verdaderos ejemplos a seguir y de las que podemos aprender mucho para no caer en los excesos que llevaron a tantos fusilamientos de inocentes que protagonizaron Castro y sus seguidores en los primeros anos de poder y de los que luego, como para lavarse las manos, han reconocido que fueron errores de la Revolucion.

Tomemos nuestro vino -que sabemos que es agrio- en grandes porciones, para no legarle a nuestros hijos el mal sabor que a nosotros nos deja en la boca.

Seamos tolerantes y llenemos nuestros corazones de amor para entregarselo repleto a los que sufren carceles, a los que pasan hambre, a las madres de los que quedaron en el camino. Pero no olvidemos, porque corremos el riesgo de ser victimas dos veces.

 

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