miércoles, abril 02, 2008

GATO POR LIEBRE Y UN PROBLEMA PARA CADA SOLUCION

Gato por liebre


Por Yoel Prado

Fidel Castro está demostrando una vez más su increíble habilidad política. Hace largo tiempo que no aparece en público para hipnotizar a las masas; sin embargo, el régimen que encabezó durante medio siglo continúa ahí, hipotecando el futuro de Cuba.

El ex gobernante ha logrado desterrar momentáneamente la palabra ''transición'' del diccionario político de la isla y escribir el término ''sucesión'' como única alternativa admisible.

Esa sucesión dinástica la encabezan los mismos fósiles que rodearon el trono desde el año 1959. Pero lo más asombroso es que tales guardianes de la ortodoxia están logrando lo que parecía imposible: que el mundo santifique la era de Raúl Castro como algo renovador. Que el pueblo de Cuba esté esperanzado es lógico, porque la situación es tan agobiante que la gente se conforma con tímidos cambios económicos. Pero que las naciones civilizadas acepten y amplifiquen como notables transformaciones lo que son meros ajustes administrativos o trucos publicitarios, raya en la tontería.

¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI alguien vea ''cambios esperanzadores'' en medidas elementales como que los cubanos puedan comprar computadoras, hornos de microondas y equipos de video? ¿Acaso es una proeza que los campesinos tengan mayor acceso a los machetes o que los enfermos puedan escoger una farmacia para adquirir sus medicamentos? ¿Es algo fuera de lo común permitir a los ciudadanos de la isla que se acerquen a los hoteles? Por favor, señores, seamos serios. Estos gestos de Raúl sólo dan la medida de cuán empobrecida, atrasada y surrealista es la Cuba de hoy.

En los próximos meses seremos testigos de otros movimientos presentados a la opinión pública como ''cambios estructurales''. Serán, esencialmente, pequeños agujeros para oxigenar un sistema que no admite verdaderas reformas. Así, gracias a una hábil maniobra de distracción, seguirá sobreviviendo un modelo político que parecía destinado a extinguirse. Y Fidel, desde el más acá o desde el más allá, reirá satisfecho al habernos vendido gato por liebre.

Yoel Prado

West Palm Beach
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Un problema para cada solución

Acostumbrados a que el régimen les ponía nombre a todos los planes, los cubanos se inventaron dos planes conocidos como el Plan Camarioca (hay, pero no te toca) y el Plan Escambray (te toca, pero no hay).

Esos planes en realidad no han sido respaldados por oficinas con directores y empleados, pero existen en la voluntad del régimen de no dejar que el cubano disfrute de lo que está reservado sólo para el extranjero que, con sus dólares, les permite a los dirigentes llevar una vida muelle que los diferencia del vulgo.

En realidad, quienes van a pagar la estancia de cubanos en los hoteles cubanos (valga la redundancia) van a ser los de la diáspora, que tendrán que incluir desde ahora, como parte de las ''necesidades'' de su familia en la isla, un fin de semana en el Meliá Cohiba, pa' que mi viejita disfrute algo antes de morir, y, en todo caso, el régimen siempre se reservará el derecho a decirle al cubano que no tiene habitaciones disponibles; o sea, le aplicará el Plan Escambray (te toca, pero no hay) y así sucesivamente hará con los celulares (no hay líneas disponibles) y con cuanta ''apertura'' ellos decidan pues son los que tienen la llave y le abren a quien quieren y en la medida que quieren.

Ya veremos los problemas de discriminación que esto acarreará pues en Cuba existe siempre un problema para cada solución, en vez de ser al revés. Veremos también a muchos bisneros presos por macetas que viven perennemente en hoteles y poseen celulares (intervenidos, por supuesto). Bueno, queridos hermanos, sentémonos a ver la película pues la enfermedad de Fidel sólo era un recreo para soñar en el regreso.

Alexander Domínguez

cubalexcape@yahoo.com