PRIMAVERA DIGITAL EN CUBA: DOS PRIMAVERAS Y MUCHOS INVIERNOS
Blogueros y periodistas independientes son personas con dos ocupaciones que perfectamente son compatibles. Lo que interfiere en esa buena relación es la visión que tienen en Cuba y fuera de Cuba algunos blogueros, algunos periodistas y opositores en como promover los cambios en Cuba, así como en el protagonismo de algunos blogueros, periodistas independientes y opositores y disidentes en Cuba y fuera de Cuba.
La solución es HACER y no INTERFERIR en las estrategias de los otros y dejar a un lado ciertos protagonismos y desavenencias alimentadas, ya existentes, por todo tipo de entidades, fundamentalmente la Seguridad del Estado, y por intereses y ambiciones personales que superan los para con la Patria.
DOS PRIMAVERAS Y MUCHOS INVIERNOS
Por Luis Cino Alvarez
LA HABANA. (PD)~ El día 22 del pasado mes de noviembre, Primavera Digital cumplió sus primeros dos años, pero no tuvimos tiempo para celebraciones. Como casi siempre, estábamos demasiado ocupados con el trabajo.
No obstante, no es tarde ni mucho menos inoportuno, para hacer algunas consideraciones.
No nos quejamos de las difíciles condiciones y del contexto adverso en que hacemos nuestro trabajo. Más bien agradecemos que las dificultades y los azares nos ayuden a crecer y madurar.
Aparte de (o precisamente por) haber logrado hacer una página electrónica desde Cuba, el equipo de PD ha conseguido formar y dar asesoría a nuevos periodistas independientes y dar voz al pensamiento alternativo al discurso oficial.
Líderes disidentes, escritores y poetas marginados, defensores de los derechos humanos, activistas de la integración racial, economistas, religiosos... En medio de la mayor pluralidad, sin exclusiones, todos tienen espacio en PD.
Se pudiera objetar que eso mismo ha hecho Cubanet durante más de 13 años. De hecho, la mayoría de los que hacemos PD somos desde hace años colaboradores habituales de Cubanet, a la que nos unen lazos entrañables.
Cubanet fue nuestra escuela y sin su solidaridad de siempre, no hubiéramos podido llegar hasta aquí. Pero PD, que se hace totalmente en Cuba, marca la mayoría de edad del periodismo independiente.
Con relación a Cubanet, es como cuando los hijos se van a vivir solos, que no por ello dejan de visitar a sus padres.
Estamos advertidos de la importancia de mantener todos y cada uno de los espacios que hemos ganado para dar a conocer la realidad cubana en el exterior. Pero hay que tener vista larga.
Es preciso prepararnos para hacer periodismo en una Cuba en democracia. PD nos da la posibilidad de dirigirnos nosotros mismos, discutir cara a cara, adoptar nuestras propias decisiones y trazar nuestra propia línea editorial.
Con total libertad, asumiendo plenamente las responsabilidades y los riesgos. Con todos los tropiezos y cabezazos que ello implica.
Estamos seguros que, cuando acabe la dictadura, todas estas experiencias servirán de mucho para la prensa libre que soñamos. En definitiva, lo que haremos entonces será lo que hacemos ya, sólo que con más facilidades y recursos y sin el acoso de la policía política y sus chivatos.
Algunos no han querido verlo así. Sorprendentemente, en estas dos primaveras, hemos tenido demasiados inviernos. Zancadillas, intrigas, chismes, intentos de dividirnos, puñaladas traperas y hasta amagos de chivatería han llovido de todos lados. Y no sólo del Departamento de Seguridad del Estado.
No me gusta hablar de estas cosas, pero es preciso porque evidentemente hay muchos intereses empeñados en desconocer y dar por liquidado al periodismo independiente.
Prefiero pensar que no hay malas intenciones en los que apuestan exclusivamente por los blogueros como factores del cambio. Ojala no esté la mano de la Seguridad del Estado entre los que exacerban las diferencias y azuzan las divisiones entre dos movimientos que no debían hacer otra cosa que complementarse en pos del objetivo común.
Dirán que nos hemos puesto majaderos y paranoicos y que somos demasiado susceptibles, pero es que ¡le molestamos a tanta gente! A derecha e izquierda, por inoportunos e inadecuados, creamos irritación.
Lo mismo a los halcones de la dictadura, a los come-candela del exilio y a ciertos líderes opositores egocéntricos y chambeloneros.
También a muchos personajes que quieren tener vela en el entierro: alcahuetas tiradores de toalla, camaradas solidarios de la nostalgia zurda, negociantes que truecan nuestra libertad por centavos...
Todos tienen voz y voto. Y lo que es peor, bastante dinero e influencias para tratar de ocultarnos. Es como si acallarnos justamente ahora fuera conveniente para todos.
Los periodistas independientes cubanos somos demasiado directos, predecibles, politizados, poco previsores y menos fotogénicos. No es otra historia de perdedores.
Es sólo que advertimos algo tarde que, pese a todo, vivimos en el mundo globalizado de la posmodernidad, las redes sociales y las estrellas mediáticas. Un mundo donde hay poco tiempo para leer.
Para colmo de males, muchos no dominamos plenamente las nuevas técnicas de la información. Apenas hace tres años tuvimos la primera computadora los más afortunados. Los demás siguen con sus viejas máquinas de escribir.
A Internet accedemos cuando podemos, porque embajadas europeas que hasta ayer eran amistosas, ahora que siguen los consejos de las familias y los moratineros, se afanan por no disgustar al régimen o a quien sabe y nos tiran las puertas en las narices.
No obstante, el periodismo independiente, aunque lo quieran dar por agotado, sigue adelante.
Pese a lo que digan y también a lo que no digan, es muy probable que no callemos en los próximos años.
Aún a riesgo de que nos acusen de aguafiestas o alguna otra cosa peor. En definitiva, ya estamos acostumbrados.
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