ASAMBLEA NACIONAL DEL PODER POPULAR DE LA REPÚBLICA DE CUBA: El burdel idiota
Tomado de http://www.cubanet.org
Aleaga Pesant
LA HABANA, Cuba, agosto (www.cubanet.org) - Los pilotos de guardia, se mantuvieron dentro de los aviones. Cada treinta y cinco minutos se realizaba el cambio de guardia; en posición uno los sistemas antiaéreos. En Ciudad de La Habana los primeros oficiales ejército vestían traje de campaña, y los del Interior portaban armas.
-¡El Parlamento no es un burdel! -gritó indignado el General. Oliver Cromwell miró desafiante a Lord Thomas Fairfax.
-El Rey no puede convocarlo cuando le dé la gana ni hacer lo que le da la gana.
Las miradas de los dos guerreros se cruzaron. Sólo Cromwell intuía la importancia de derrocar al tirano.
Dieciséis años después del maleconazo, Fidel Castro se levantó de su butaca, durante la sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional y se dirigió a la tribuna. La aclamación de los súbditos llegó al delirio. ¡Fidel! ¡Fidel! ¡Fidel! –coreaban, mientras batían palmas y, con caras de idiotas (como dijo públicamente el diputado pianista Frank Fernández) miraban al “querido líder”.
En The House of Saddam, serie de televisión producida por la BBC, de amplia difusión en los círculos intelectuales periféricos de la isla, tiene un lugar especial la humillación permanente a la que son sometidos los súbditos para complacer al amo Saddam. El sátrapa iraquí fue derrocado en el año 2003 por una coalición encabezada por Estados Unidos.
Castro leyó un texto corto, lleno de imprecisiones y medias verdades, escrito en tono apocalíptico y referido al fin próximo fin de la humanidad. La lectura duró apenas 15 minutos. El paroxismo llegó a la sala con las preguntas de los diputados y las respuestas del Comandante. Las alabanzas al líder no tenían fin. Hasta unas decimas se improvisaron con el pie forzado del momento.
Solo en las bibliotecas independientes se puede encontrar en Cuba la novela La fiesta del Chivo, de Mario Vargas Llosa. La novela trata sobre los últimos momentos del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo. Para algunas, se trata de una radiografía de la capacidad de humillarse que poseen los funcionarios subordinados al sátrapa. El fragmento de la entrega de la virginidad de la hija de un súbdito al Chivo, con tal de re obtener su mirada, se identifica con la escena que vimos en televisión el pasado 6 de agosto, en el Parlamento Cubano.
aleagapesant@yahoo.es
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