jueves, noviembre 19, 2015

La crisis de los “camineros”. Waldo Acebo Meireles: Para el autor de este trabajo queda la duda de si será el gobierno de EEUU el promotor de la inicial resistencia de Costa Rica y de la violencia de Nicaragua contra los inmigrantes cubanos


 Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

La  tiranía Castrista   de Cuba  desde hace cierto tiempo está buscando una crisis para alcanzar su segunda gran victoria: la derogación de la Ley de Ajuste Cubano (llamada por el Castrismo la Ley Asesina de Ajuste Cubano), la primera gran victoria fue la liberación  de los cinco espías de la red Avispa de espionaje. La tiranía persigue normalizar las relaciones con EE.UU. y la derogación de la  Ley de Ajuste Cubano y el levantamiento del Embargo norteamericano  a la tiranía le daría esa normalización y el acceso a los bimillonarios créditos norteamericanos que a fin de cuenta pagará el pueblo norteamericano, pues la tiranía siempre ha sido un mal pagador y de eso saben muy bien el Club de París y Rusia, esta última la heredera de las deudas Castristas con la extinta Unión Soviética. Esa normalización será muy frágil  ya que la tiranía totalitaria de los Castro la quebrará cada vez que le haga falta una crisis o enfrentamiento con los EE.UU. para manipular al pueblo cubano y a la opinión pública internacional. Esa estrategia se ha utilizado  en varias ocasiones  por parte de la dictadura chavista-madurista  de Venezuela, la cual está asesorada por la tiranía Castrista.
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Tomado de http://www.cubaencuentro.com

La crisis de los “camineros”

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Para el autor de este trabajo queda la duda de si será el gobierno de EEUU el promotor de la inicial resistencia de Costa Rica y de la violencia de Nicaragua contra los inmigrantes cubanos
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Por Waldo Acebo Meireles
Miami
18/11/2015

Tuvimos la “crisis del Mariel”, luego la “crisis de los balseros” y ahora esta nueva y novedosa crisis que pudiéramos llamar las de los “camineros”, casualmente, o no casualmente, todas durante gobiernos demócratas.

De repente se comienza a culpar al gobierno de Ecuador, por facilitar la entrada de cubanos, potenciales tránsfugas de la tiranía, de esta crisis; otros al gobierno del inefable Daniel Ortega por no permitir el paso de los cubanos por medio de la fuerza, descarnada y abierta, pero al parecer todos olvidan que los verdaderos culpables están en sus cómodas poltronas admirando el paisaje de la devastación de Cuba.

Qué nos dice el hecho de que la cifra de cubanos entrando a Estados Unidos por las fronteras, básicamente la del sur, llegase en este año, hasta el 30 de septiembre, a 43.159, contados escrupulosamente por Homeland Security, con lo cual casi se duplicó la cifra para el año 2014 que fueron 24.278. Cómo valorar que en estos momentos estén varados en Costa Rica una cifra superior al millar y muy cercana a los dos mil cubanos.

Esto refleja el total fracaso del intento del presidente estadounidense de —son sus palabras— empoderar al pueblo cubano, o vamos a considerar que lo ha empoderado lo suficiente como para que se lancen a la aventura de atravesar selvas, escalar montañas, cruzar ríos y mares, batirse con fuerzas represivas, lidiar con “coyotes”, sobornar a los tradicionales y omnipresentes oficiales corruptos, para al final llegar a tierras de libertad.

Esta nueva odisea de los cubanos, casi tan peligrosa como la de cruzar el estrecho de la Florida en frágiles balsas, deja al desnudo, una vez más que los cubanos no creen que ningún acuerdo diplomático vaya a solucionar el profundo deterioro de la economía y la sociedad cubana. El aparente embullo, que no es entusiasmo, de los cubanos con el restablecimiento de relaciones, escondía su interno temor de que las cosas, como siempre, fuesen a cambiar de mal a peor, y todo parece indicar que no se equivocan: si las cosas no mejoran entonces irremediablemente empeoran.

Otro factor que agravan los raigales temores son los acuerdos migratorios entre los gobiernos de Cuba y México que sibilinamente no menciona la palabra deportación pero que el cubano con mucha razón considera que está implícito en la abstrusa redacción de los acuerdos que fueron meticulosamente preparados para su firma formal en una rápida visita de 24 horas.

Y finalmente el máximo temor: que en cualquier momento el Congreso norteamericano derogue la llamada Ley de Ajuste Cubano, lo cual pondría estos a un nivel de igualdad con el resto de los inmigrantes ilegales que llegan a EEUU.

Solo queda una duda: será el gobierno de EEUU el promotor de la inicial resistencia de Costa Rica y de la violenta de Nicaragua, estuvo la mano de Washington embebida en los acuerdos migratorios Cuba-México, estarán intentando paso a paso cerrar talanqueras fronterizas y generar vericuetos legales que impidan que llegue a la frontera otra crisis de inmigrantes cubanos, ahora con los pies bien secos, como todo buen caminante.

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